Una estrategia efectiva para gestionar el riesgo en tu negocio

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No existe un negocio que esté completamente libre de riesgos, y estos riesgos suelen afectar negativamente a tu empresa. Sin embargo, puedes superar estos riesgos empleando estrategias proactivas y reactivas de gestión de riesgos. Es fundamental contar con un plan sólido para mitigar los riesgos a los que te enfrentas.

El plan debe incluir:

1. Identificar los riesgos

El primer paso para superar cualquier desafío o amenaza es identificarlo. ¿Cómo identificar los riesgos? La forma más sencilla es consultando a las personas que conocen bien la organización. Puedes realizar talleres o sesiones de lluvia de ideas para identificar los riesgos que podrían afectar a la empresa. Otra opción es realizar un análisis más detallado de todos los aspectos y operaciones de la organización. Este método busca detectar riesgos ocultos o puntos débiles que quizás pasaste por alto en la etapa intuitiva.

2. Estimar el riesgo

Una vez identificados los riesgos, el siguiente paso es estimar la probabilidad de que estos afecten a tu organización y el impacto potencial. Calcula el costo de corregir el riesgo en caso de que impacte a tu empresa. Identifica las áreas que podrían verse afectadas y el impacto probable en tu negocio. En caso de un peligro, determina quiénes podrían resultar perjudicados, el costo de prevenirlo frente al costo de recuperarse.

Si enfrentas varios riesgos, puedes estimar la probabilidad de cada uno y su impacto. Identifica cuál es más probable que ocurra primero y cuál tendrá un impacto más significativo.

3. Control del riesgo

Ya identificaste los riesgos y conoces su impacto, ahora es momento de controlarlos. Aquí te explico cómo hacerlo:

a. Aceptar el riesgo

Reconociste que existe una amenaza para tu negocio y decidiste aceptarla. Esta estrategia suele ser adecuada para riesgos mínimos que tendrán un impacto nulo o muy pequeño en tu empresa. Son riesgos que son fáciles de manejar cuando se presentan, o que consumirían demasiados recursos si intentaras prevenirlos desde el inicio. Por eso, muchas empresas optan por gestionar el impacto en lugar de gastar recursos en prevenirlo demasiado pronto.

b. Evitar el riesgo

Si identificaste un riesgo que podría tener un impacto importante en tu negocio, quizás prefieras evitarlo. Por ejemplo, invertir en un país extranjero donde exista riesgo de inestabilidad política. Cuando un país es políticamente inestable, se vuelve más difícil hacer negocios y aumenta el riesgo de sanciones por parte de las principales economías. Estos problemas pueden afectar negativamente tu inversión. En lugar de enfrentarte a estos riesgos, puedes optar por invertir en un país con mejor estabilidad política y mejores retornos.

c. Reducción del riesgo

Consiste en disminuir el impacto del riesgo. Por ejemplo, si tu empresa corre el riesgo de pérdidas por robo, puedes instalar sistemas de seguridad. Esto ayudará a reducir el impacto del robo e incluso puede prevenirlo en algunos casos.

También aplica en situaciones de desastre, cuando las empresas prevén pérdidas considerables. En estos casos, implementan estrategias para reducir los daños y pérdidas, además de contar con un plan de recuperación para volver a operar a plena capacidad.

d. Transferir el riesgo

Implica trasladar el riesgo a otra parte, como una aseguradora. Por ejemplo, en caso de robo, puedes contratar servicios de seguridad externos, transfiriendo así el riesgo a la empresa proveedora del servicio, similar a cómo aseguras tu vehículo. En caso de un incidente, la aseguradora asume la responsabilidad de la reparación o indemnización.

e. Aprovechar el riesgo

No todos los riesgos tienen un impacto negativo; en ocasiones, el impacto negativo es mínimo comparado con las posibles ganancias. La idea al gestionar riesgos es proteger lo que ya tienes antes de buscar más. Por ejemplo, la tecnología representa un riesgo para cualquier organización, pero también puede ser una oportunidad. La inteligencia artificial y la automatización están haciendo que ciertos trabajos sean obsoletos, lo cual puede parecer un riesgo, pero también puede ser una oportunidad para mejorar la productividad y reducir costos.

También puedes experimentar un riesgo positivo en marketing, como subestimar la demanda de un producto o servicio. Esto significa producir menos de lo que la demanda requiere o que tus instalaciones no puedan atender a todos los clientes. En estos casos, puedes ajustar tu producción o servicios para satisfacer la demanda creciente.

4. Presupuesto para riesgos

Independientemente de la estrategia de riesgo que elijas, necesitarás fondos y recursos para que sea efectiva. Además, es imposible prever todos los riesgos que podrían afectar a tu negocio, pero es más fácil recuperarse si reservas fondos para estos incidentes. Esto garantiza que tu empresa pueda recuperarse incluso en escenarios adversos. También puedes adquirir un seguro comercial, que ayuda a mitigar el riesgo transfiriéndolo a la aseguradora.

Conclusión

Nunca debes bajar la guardia; continúa evaluando tu empresa, el entorno empresarial y cualquier otra área que pueda representar un riesgo potencial.

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