¿Qué es una CBDC?
Una CBDC (Moneda Digital de Banco Central) es la versión digital del dinero en papel. Los billetes y monedas están digitalizados. En lugar de una cartera física, usas una cartera digital del banco central, algo parecido a las tarjetas bancarias actuales, pero con un único proveedor.
Las CBDC otorgan al banco central el control total de la oferta monetaria y, en última instancia, la capacidad de imponer políticas que podrían no ser aceptadas voluntariamente por la población, además de monitorear todos los movimientos del dinero de cualquier ciudadano.
Imagina que, usando una CBDC, los gobiernos podrían establecer un presupuesto máximo mensual con unos pocos clics, decidiendo no solo el valor de nuestro dinero (inflación), sino también cuánto podemos gastar de él.
Es importante no confundir los pagos sin efectivo, pagar con el móvil, los neobancos o los códigos QR con una moneda digital totalmente centralizada. Una CBDC no es solo un método de pago más. No subestimes el impacto negativo que podría tener en nuestras vidas.
Una moneda digital concede al Estado poderes de gran alcance. Es el acceso absoluto de los gobiernos a todo lo que hacemos, tenemos y gastamos.
En muchos casos, no comenzará como moneda única de curso legal, pero tras convivir con otros métodos de pago, seguramente eliminará la opción de pagar en efectivo o con medios alternativos.
El dinero pronto se convertirá en otra herramienta de control social.
Quizá te preguntes: «¿Entonces… una CBDC es una criptomoneda estatal?»
Definitivamente, no.
Las monedas de los bancos centrales son exactamente lo opuesto a las criptomonedas. Que ambas sean digitales no significa que sean iguales.
La transparencia, la descentralización, la libertad en el uso y la verificación del código fuente son solo algunos de los aspectos que las diferencian.
¿Todo lo digital es inestable?
Que los gobiernos estén preocupados por las criptomonedas y su descentralización no es algo nuevo. Es curioso que los bancos centrales critiquen las criptomonedas alegando que son muy volátiles, como si las monedas fiduciarias (euros, dólares, etc.) no lo fueran.
Hoy en día, con 1000 dólares, tienes el mismo poder adquisitivo que con 56 dólares hace 100 años.
Calculadora de inflación del IPC |
1000 $ en agosto de 2025 tienen el mismo poder adquisitivo que 56,05 $ en agosto de 1990 |
Si te parecen muchos años, mira los últimos 30 euros de poder adquisitivo del euro: la inflación en la zona euro entre 1992 y 2025 es del 85,52 %, lo que equivale a un aumento total de 855,23 euros. Es decir, 1000 euros en 1992 serían aproximadamente 1855,23 euros en 2025.
Si eso te parece estable…
Historia de la inflación en la eurozona (1992-2025) |
El gráfico muestra cómo 1000€ en 1992 equivalen a una cantidad mayor en 2025 debido a la inflación, manteniendo el poder adquisitivo constante en términos de bienes y servicios. |
Los mercados financieros son generalmente volátiles. Todo lo que se negocia en las bolsas está sujeto a fluctuaciones. Lo demás es pura especulación.
Por ejemplo, cuando un famoso dejó de beber Coca-Cola en una rueda de prensa, su cotización cayó rápidamente. Pero eso no significa que Coca-Cola haya perdido su valor real. Lo mismo pasa con Bitcoin: su valor en sí no cambia, solo las percepciones y especulaciones.
Por otro lado, la pérdida de poder adquisitivo y la inflación son reales y afectan a todos, siendo resultado de una expansión monetaria mal gestionada por los gobiernos.
El mercado de las criptomonedas aún es joven y vulnerable a fraudes y estafas, pero evoluciona día a día. Muchas personas trabajan para hacerlas más seguras y confiables.
En Librestado, participamos en una startup que desarrolla una bolsa de intercambio descentralizada, sin problemas de escalabilidad y con máxima seguridad —para resolver el llamado «trilema» de seguridad, escalabilidad y descentralización—.
Hoy en día, las criptomonedas representan una especie de «internet» en un mundo donde todavía se usa mucho la televisión. ¿Por qué?
La televisión siempre fue el medio por el cual los gobiernos ejercían censura y control de la información, hasta que internet complicó esa tarea.
Las monedas fiduciarias —dólar, euro, libra, franco suizo— son como esa televisión: controladas por bancos centrales y adaptadas a nivel nacional.
Quizá el punto de inflexión fue cuando los gobiernos vieron que no podían detener el crecimiento de las monedas digitales descentralizadas.
Debieron actuar rápidamente: o aceptaban su derrota y las adoptaban, o trataban de aprovecharse de ellas.
Y así, los gobiernos llegaron a una conclusión: «Si no puedes con ellos, únete a ellos»
Facebook tiene alrededor de 3000 millones de usuarios activos mensuales. Según expertos, la red social es un «continente digital».
En 2019, anunció su propia moneda digital, llamada en ese entonces Libra. Esto fue un hito en la historia de las monedas digitales.
Imagina que Facebook solo aceptara pagos por publicidad o salarios de empleados a través de su moneda. La escalabilidad y viralidad serían enormes. La aceptación por parte del público sería muy probable, incluso en países donde la moneda local no vale mucho, como Venezuela, Argentina o Sri Lanka.
El potencial de esta moneda podría interferir en la soberanía de otras monedas, algo que los bancos centrales jamás permitirían.
Por eso, surgió la idea de crear una moneda digital de propiedad estatal.
Monedas digitales bajo control de Estado y sociedad
El 8 de septiembre de 2025, se realizó la 40ª Conferencia Anual de Política Monetaria del Instituto Cato, con la participación de expertos y autoridades, donde se abordó el tema de las CBDC y sus implicaciones en la privacidad y el control.
Se discutieron preguntas clave como:
- ¿Qué salvaguardas tienen las CBDC?
- ¿Qué poderes tendrá el banco central?
- ¿Qué nivel de vigilancia se ejercerá?
- ¿Qué problemas resolverá realmente una moneda digital?
- ¿Significará el fin del dinero en efectivo?
- ¿Cómo se intercambiará información entre diferentes CBDC?
- ¿Realmente necesitamos una moneda digital totalmente controlada?
El interés en las monedas digitales crece en todo el mundo. Muchos países están en fase de investigación y pruebas piloto, como en la Unión Europea, donde el desarrollo está avanzado.
Por ejemplo, en países como Ecuador, en 2015 se lanzó un «Dinero Electrónico» que fue cerrado en 2018 tras varias críticas, como la falta de respaldo total, limitaciones para pagos internacionales y riesgos de vigilancia.
En Japón, en 2022, se abandonó el proyecto de una moneda digital estatal debido a la falta de interés popular, ya que la población prefiere métodos tradicionales como efectivo, tarjetas y monederos electrónicos.
Los planes de la Unión Europea
El Banco Central Europeo (BCE) apoya firmemente las CBDC, considerándolas como la única solución para mantener la estabilidad del sistema monetario actual.
El euro digital está en desarrollo, con planes para su lanzamiento en 2026, aunque todavía se discuten detalles sobre cómo se realizarán las transacciones y cómo se protegerá la privacidad.
El BCE ha señalado que el euro digital no reemplazará al dinero en efectivo, pero en una economía digital, el dinero físico podría dejar de tener cabida.
Un informe del BCE advierte sobre la «paradoja de la privacidad»: aunque los consumidores valoran la protección de datos, en la práctica comparten sus datos a cambio de beneficios o conveniencia.
El objetivo es ofrecer soluciones digitales seguras, pero sin perder la confianza y la libertad de los usuarios.
La CBDC china como caso de estudio
China ha avanzado mucho en el desarrollo de su moneda digital, llamada e-CNY, con pruebas en varias ciudades y para diferentes usos, incluyendo pagos fiscales y préstamos a empresas.
Su sistema se basa en un modelo de dos niveles: uno para la emisión y distribución, y otro para el gasto y uso diario, con control y trazabilidad total.
El yuan digital busca competir con el dólar y expandirse a través de iniciativas como la «Belt and Road», conectando economías de Asia, Europa y África.
Expertos advierten que, en China, la adopción masiva de la moneda digital podría reducir la privacidad de los ciudadanos, ya que sus transacciones estarían completamente monitoreadas y compartidas con el Estado.
El control total del dinero digital en China es un ejemplo de cómo las CBDC pueden ser utilizadas para limitar libertades y reforzar el poder del Estado.
Ten cuidado con lo que deseas… podría cumplirse
Muchas personas piensan: «Los gobernantes quieren lo mejor para mí, así que no me preocupa darles más control».
Pero no consideran que esos líderes no gobernarán para siempre. Otros con menos interés en la libertad podrían llegar al poder, o los líderes actuales podrían cambiar y dejar de ser benevolentes.
Con una herramienta tan poderosa como la moneda digital controlada por el Estado, el gobierno, sea quien sea, tendría un control absoluto sobre nuestras vidas.
La pérdida de poder adquisitivo, libertad y autonomía es una realidad que muchos aceptan por la seguridad que creen obtener.
Las monedas digitales estatales están cada día más cerca y podrían implementarse en los próximos años, representando una amenaza para la privacidad y la libertad de las personas.
Los gobiernos podrían usar esta tecnología para recaudar impuestos automáticamente o imponer recargos por comportamientos considerados no adecuados.
Las criptomonedas existen para evitar este control, y no se trata solo de mayor integración o protección del valor, sino de preservar la libertad.
Las monedas digitales estatales podrían ser la gota que colme el vaso, impulsando a muchas personas a usar criptomonedas privadas como protección.
Todos queremos pagos rápidos, operaciones seguras y privacidad en intercambios legítimos y pagos internacionales. Pero la solución no pasa por centralizar todo en manos del Estado.
La verdadera libertad está en las criptomonedas independientes o en otros medios aún por descubrir. La demanda por formas seguras y alternativas para escapar del control estatal seguirá creciendo.
Y, al menos por ahora, los Estados no podrán eliminar la criptografía ni con ordenadores cuánticos, aunque intenten prohibir las que no les gustan.
Desgraciadamente, no es ciencia ficción
Es aterrador pensar en cómo una moneda digital estatal o CBDC puede dar a los gobiernos poderes ilimitados, más allá de los que ya tienen. Y lo peor es que ese poder puede usarse para fines distintos a la lucha contra el terrorismo.
Seremos conejillos de indias, sometidos a experimentos de manipulación masiva, viviendo en una jaula sin muchas opciones de escape.
Las CBDC no buscan protegernos, sino ampliar aún más el control del Estado. Basta ver el caso de China y su avance hacia un Nuevo Orden Mundial.
Es importante estar atentos, porque la cuestión de la moneda es una de las bases que el Estado no quiere perder de control.
¡Para que tu vida siga siendo tuya!