1. Realidad Virtual
La realidad virtual, o VR, es una tecnología que utiliza imágenes en 3D generadas por ordenador para sumergir al usuario en un entorno simulado, creando la ilusión de que está completamente allí. Aunque para muchas personas todavía parece sacada de una película de ciencia ficción, la VR ya tiene aplicaciones prácticas.
Las industrias del gaming y el entretenimiento son de las primeras y más amplias en adoptarla, pero muchas empresas ya usan VR como una herramienta complementaria de entrenamiento. No es difícil entender por qué: permite un mayor nivel de compromiso e inmersión que en un aula tradicional, y aumenta la retención (según algunos estudios, hasta un 75-90 por ciento).
Además, la tecnología VR se vuelve más asequible cada año, con el precio de los cascos en constante descenso, por lo que quizás ya sea momento de considerar su aplicación en tu negocio.
2. Aprendizaje móvil
El uso de aplicaciones móviles en la formación corporativa ofrece flexibilidad y personalización que difícilmente se logran con otros métodos. Con ellas, las sesiones de entrenamiento pueden organizarse en cualquier lugar y en cualquier momento, algo que resulta invaluable en la capacitación para empresas. Es especialmente útil en conjunto con el microaprendizaje, que consiste en dividir el contenido en pequeños fragmentos que se pueden asimilar en poco tiempo. Todo esto define las principales ventajas del aprendizaje móvil:
- Es especialmente efectivo para los Millennials, que están acostumbrados a usar sus dispositivos móviles en todos los ámbitos de su vida;
- Es ideal para ofrecer educación en movimiento, una solución perfecta para empleados que viajan frecuentemente;
- Permite mayores tasas de finalización, ya que las tareas pequeñas son más fáciles de completar que programas extensos.
3. Gamificación
La gamificación está ganando cada vez más terreno en la educación en general, y la formación corporativa no es la excepción. Después de todo, lo más importante en un programa de capacitación empresarial efectivo es un proceso de incorporación bien diseñado, y la mejor forma de motivar a los empleados a participar activamente en el aprendizaje es hacerlo divertido.
La gamificación consiste en hacer que actividades rutinarias (como aprender) sean más atractivas e interesantes mediante la incorporación de elementos lúdicos. Esta estrategia tiene múltiples ventajas:
- Fomenta que los empleados destaquen en sus tareas a través de recompensas;
- Mejora la retención de información al hacerla más memorable;
- Aumenta la colaboración y las interacciones sociales entre empleados.
4. Retroalimentación
No importa qué base elijas para tu programa de formación corporativa, pero una cosa es segura: debes hacer de la retroalimentación constante uno de sus elementos clave. Esto no solo aumenta el compromiso de los empleados, sino que también contribuye a crear una cultura corporativa en la que los empleados se sientan valorados, que sus opiniones importan y que no son solo empleados, sino socios en lo que hacen.
La retroalimentación es la base del aprendizaje continuo, que trasciende un solo curso y acompaña a los empleados durante toda su etapa en la empresa.
5. Aprendizaje combinado
El término “aprendizaje combinado” generalmente refiere a la integración de MOOCs (cursos en línea masivos y abiertos), enfoques de gamificación, clases presenciales dirigidas por instructores y formación en persona, para crear un programa que se enfoque en enseñar habilidades prácticas y útiles que los empleados puedan aplicar de inmediato en su rutina laboral. Todo esto no solo hace que el aprendizaje sea más atractivo e interesante, sino que también aumenta significativamente la retención, especialmente considerando que las estadísticas indican que en la formación corporativa tradicional, los empleados pierden rápidamente alrededor del 90 por ciento de las habilidades adquiridas una vez que regresan a sus tareas.
Por supuesto, incorporar todas estas tendencias en tu programa de entrenamiento no será tarea fácil. Sin embargo, el potencial retorno de inversión es enorme: la profesionalización de los empleados es uno de los factores clave para el éxito empresarial.