Comunicación transparente
No puedes ser un buen gerente si no tienes una comunicación transparente con los miembros de tu equipo. Sin embargo, ten en cuenta que esta comunicación debe ser bidireccional.
Es decir, debes elegir tus palabras cuidadosamente, pero también expresar claramente lo que piensas. Además, tus empleados deben sentirse cómodos compartiendo sus ideas y preocupaciones.
Por supuesto, la mejor forma de manejar esta comunicación es cara a cara, pero no siempre es posible tener reuniones individuales con cada miembro del equipo. Si gestionas un equipo grande, puede ser conveniente invertir en canales de comunicación. Afortunadamente, hoy en día existen muchas aplicaciones diseñadas para facilitar la comunicación en el lugar de trabajo.
Aprovecha esto e implementa aplicaciones como Slack o Basecamp en tu entorno laboral. Así, no solo mejorarás la comunicación, sino que también potenciarás la colaboración entre tú y los empleados.
Si gestionas un equipo remoto, también deberías considerar un sistema telefónico VoIP, ya que ha demostrado ser muy útil para la gestión de equipos a distancia. Se ha consolidado como una herramienta valiosa, y cada vez más empresas la utilizan.
Dedica tiempo a hablar con tus empleados cara a cara, pero recuerda que uno de los trucos de gestión del tiempo más efectivos es el uso de herramientas de comunicación y colaboración.
Conoce realmente a los miembros de tu equipo
Ningún empleado es igual a otro. Es curioso cuántos gerentes olvidan esto, así que asegúrate de no ser uno de ellos.
Al ver que cada miembro del equipo es diferente, tu comportamiento hacia ellos también debe ser distinto. Algunos pueden destacar en improvisar, mientras que otros son expertos en planificar estrategias.
Como gerente, necesitas conocer las habilidades de cada uno y establecer metas mensuales o semanales según sus capacidades. Todos deben tener ganas de triunfar, pero sin exagerar. Expectativas demasiado altas pueden causar agotamiento, y eso nadie lo desea.
Al entender qué puede ofrecer cada persona, sabrás qué roles asignarles. Cuando aciertes en esto, tendrás un sistema que funciona de manera eficiente.
Además, si los conoces en un nivel más personal, generarás mayor confianza, lo que mejorará aún más el funcionamiento del equipo. Por eso, esta estrategia es excelente tanto para el compromiso como para la motivación.
Utiliza la tecnología
El uso de canales de comunicación es solo una de las formas en que la tecnología puede ayudarte en el lugar de trabajo. Hoy en día, la tecnología forma parte de casi todos los aspectos de un negocio.
No importa si eres gerente de equipo o gerente de producto, saber cómo diferentes programas pueden automatizar tu trabajo y el de tus empleados puede mejorar y acelerar los resultados significativamente.
Por eso, sería recomendable investigar en línea y buscar plataformas que se adapten mejor a tu entorno laboral.
Por ejemplo, muchos gerentes de producto utilizan Google Docs en su herramientas de gestión de productos. Además, casi todos los lugares de trabajo modernos emplean programas de colaboración como Jira o Basecamp.
¿Por qué buscar en un montón de papeles cuando puedes acceder a una base de datos y encontrar lo que necesitas en segundos?
Hoy en día, hay muchas opciones de software para estas tareas. Un ejemplo destacado es MongoDB Metabase, pero hay muchas otras que puedes explorar y probar.
Estos programas facilitan enviar archivos, mensajes, notificaciones y muchas otras cosas con un solo clic. Además, permiten a los empleados intercambiar información de manera más rápida y sencilla.
Esto resulta muy conveniente, ahorra tiempo y hace que tu equipo sea más efectivo.
Da retroalimentación, pide retroalimentación
A tus empleados les gusta saber cuánto valoran su trabajo en la empresa. Quieren conocer tu opinión sobre su desempeño y qué pueden mejorar. También agradecerán que reconozcas sus logros.
Procura ofrecer retroalimentación mensual o trimestral, lo suficientemente detallada para que cada uno sepa exactamente qué debe mejorar. Así, no solo beneficias a tu negocio, sino que también contribuyes al desarrollo profesional de los empleados.
Realiza evaluaciones periódicas, incluso si todo funciona bien. Y siempre da la oportunidad a tus empleados de expresar sus inquietudes.
La retroalimentación constructiva es fundamental tanto para ellos como para ti. En estas situaciones, es importante dejar los egos a un lado. Pregunta a tu equipo cómo se sienten contigo, deja que todos opinen y mantén una actitud respetuosa.
Si tus empleados son reacios a dar retroalimentación, puedes realizar encuestas anónimas y pedirles que las completen. También puedes ofrecerles la opción de mantener su anonimato o firmar sus respuestas.
Confía en tu equipo
Haz todo lo posible por conocer a los miembros de tu equipo y enfoca tu atención en construir confianza.
Como líder, debes aprender a delegar tareas y, una vez que lo hagas, confiar en tus empleados.
Si has formado un equipo competente, no necesitas micromanagear. Como gerente, debes saber cuándo dejar que los profesionales hagan su trabajo.
Mostrar signos de desconfianza puede hacer que los empleados perciban esa falta de confianza y se sientan inseguros. Ese tipo de ambiente solo perjudica en el lugar de trabajo.
Así que, evita estar vigilando todo el tiempo, da oportunidad a todos para destacar y actúa en consecuencia según los resultados de su trabajo.
Previene el agotamiento laboral
Es importante establecer límites claros entre trabajo, ocio y descanso. Tus empleados saben que deben cumplir con sus tareas en la oficina, pero no todo debe ser solo trabajo.
Tienes la responsabilidad de marcar cuándo y dónde deben desconectarse del trabajo para relajarse y viceversa.
Un buen ejemplo de esto es no esperar que tus empleados revisen correos electrónicos fuera del horario laboral. El trabajo debe quedar en la oficina.
Esto puede ser difícil en ocasiones, pero es importante ofrecer cierta flexibilidad. Todos somos diferentes y tenemos distintas necesidades. Nunca ajustes los días laborales de los demás según los tuyos, ya que eso puede generar molestias.
Si no estableces límites claros, puedes causar agotamiento laboral, lo cual siempre es perjudicial tanto para tu negocio como para los empleados.