Viajar el mundo como una experiencia que transforma y conecta
Viajar el mundo fue un llamado del alma, un mensaje que me sacó de mi zona de confort, dejando atrás el papel de joven ejecutivo y mujeriego exitoso.
Durante muchos años viví una vida materialista. Trabajé en bancos sin un propósito real, creyendo que las cosas que compraba me traerían felicidad y solo pensaba en mí mismo.
Viajar por el mundo fue un llamado del alma, un mensaje que me impulsó a salir de mi zona de confort, dejando atrás la imagen de joven ejecutivo y mujeriego exitoso.
Grité de felicidad cuando renuncié y me lancé a viajar por el mundo. Pude quitarme la máscara que llevaba todo el día, soportando indignación, injusticia y un vacío existencial.
Experiencias que me transformaron por completo
Viajé en trenes de tercera clase desde la India y dormí en hostales, ashrams, granjas, siendo mucho más feliz que cuando viajaba en primera clase y me hospedaba en hoteles de cinco estrellas en Nueva York.
Aprendí que el dinero realmente no compra la felicidad
Observé a muchas personas que prácticamente no tenían nada material siendo mucho más felices que quienes trabajaban conmigo. Ganaron millones, pero estaban desconectadas, aisladas, infelices, entumecidas e intoxicadas por la ilusión del éxito que nos venden.
Sin tiempo, sin espontaneidad, sin arte, sin propósito y sin conexión con la naturaleza…
Viajando, aprendí que todos somos uno
Hijos, padres, nietos, amigos de ayer y de hoy. Todos somos parte de este planeta, hechos de carne y hueso, buscando significado, comida, refugio y compañía.
Les deseo alegría y salud a usted y a sus seres queridos. Cuanto más nos separamos por diferencias, más nos aislamos. Somos seres sociales y necesitamos comunidad.
Viajar me enseñó que hay un mundo que ha olvidado estas cosas y depende de nosotros ayudarlos a recordar.
Deseo que todos los jóvenes del mundo puedan viajar
Jóvenes de todas las edades, porque son quienes están dispuestos a aprender y a abrir su mente.
Viajar me abrió las puertas a un mundo interior
Me demostró que hacer realidad los sueños es posible y que cuanto más viajas, más deseas que todos sean buenos y que el mundo sea mejor.
Viajar es una clave para despertar el amor universal
A través de encuentros, luchas, momentos de soledad y la belleza del mundo, descubrimos una esencia que está en todos los seres.
Los límites entre países no son más que una ilusión, líneas imaginarias creadas por mentes aisladas.
El sistema educativo está anticuado, enfocado en formar robots para el mercado laboral; la política, muchas veces, es más corrupta que útil; y las religiones luchan por demostrar cuál es la verdadera.
Estos sistemas están rotos y pronto caerán…
Nuevas frecuencias de conciencia y amor ya están en marcha; el cambio climático nos alerta como un termómetro. El mundo se inclina hacia la derecha, pero también vemos cómo un sistema industrial, colonial y heteronormativo de consumo masivo está en declive.
La industria farmacéutica busca enfermarte para venderte sus medicamentos, la petrolera no quiere energías renovables, el sistema penitenciario es cuestionable, la televisión captura tu atención y dinero a través de tus miedos, y los empresarios compiten por ser los más ricos.
Nunca ha sido tan fácil y necesario viajar, salir y cambiar de perspectiva
Cuanto más personas viajan, más se transforman, amplían su conciencia y comienzan a ver el mundo con ojos más auténticos.
Por supuesto, no todos lo hacen; muchos siguen viendo el viaje como un producto para comprar y publicar en redes sociales. Pero incluso ellos, al cumplir sus sueños, se preguntarán qué más hay en la vida.
Es mejor viajar que ser infeliz en el trabajo. Viajar abre la posibilidad de cambio, meditación y conocimiento espiritual.
Algunos enfoques alternativos, como ciertos métodos de introspección, también pueden ayudar en este proceso.
Pero nada es tan divertido como viajar. Cuanta más gente viaja, más personas descubren el placer de conocerse a sí mismas. Los estereotipos caen, igual que los sistemas basados en máscaras sociales.
Deseo que todos los jóvenes del mundo puedan viajar como lo hice yo
Pero sé que muchas personas viven en la pobreza, sin pasaporte o sin posibilidades de hacerlo. Aquellos que deben quedarse en condiciones insalubres y no pueden experimentar lo que yo viví.
Eso me entristece y decepciona.
Sintiendo tristeza, surge la compasión.
Sintiendo ira, llega la acción.
Imagina un mundo sin fronteras, donde cada uno pueda fluir libremente, conocer a otros seres humanos, idiomas, culturas y ecosistemas, sin riesgos derivados de un sistema desigual.
¿Qué estás buscando realmente en un viaje?
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Si todos viajáramos, ¿cómo sería el mundo?
Hoy tenemos el privilegio de viajar de manera más segura y accesible. Aprovecha este privilegio, viaja y ayuda a que más personas puedan cumplir sus sueños, abrir sus mentes y conectar con el mundo.
El efecto dominó… ¿Qué otra forma hay de cambiar el mundo? ¿Qué es más efectivo, divertido y necesario que eso?
No dejes que el miedo a expresarte, a no ser aceptado, al futuro, a la escasez o a ser diferente, te limite.
No aceptes un mundo enfermo como si fuera saludable, ni sigas los consejos de quienes siempre han reprimido sus sueños y pasiones.
¿Qué recordarás cuando seas mayor?
¿Tu coche nuevo o tus viajes? ¿Tu ascenso laboral o las experiencias en el mundo?
Ya experimenté el éxito material: dinero, fama, poder. Espero que puedas vivirlo si eso es lo que deseas, pero también te darás cuenta de que eso no trae felicidad y, en algunos casos, puede llevarte a lugares oscuros del alma, donde la ilusión del éxito te mantiene atrapado.
De esta vida solo nos llevamos lo que hemos vivido.
La vida está hecha de experiencias, los aprendizajes también, y las nuevas frecuencias demuestran que el SER vibra en una frecuencia superior al TENER.
Viaja para conocerte, para entender el mundo y para colaborar.
Transfórmate para evolucionar.
Deseo que todos los jóvenes del mundo puedan viajar como lo hice yo…
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