Tu experiencia de voluntariado está llegando a su fin, estás haciendo tu maleta (que probablemente excederá el peso permitido) y te preguntas: ¿Y ahora qué?
¿Qué es la depresión post-voluntariado?
La depresión post-voluntariado es ese sentimiento que experimentas cuando vuelves a tu país y debes re-ajustarte a tu antigua vida. Después de todas las experiencias vividas como voluntario, puede que te cueste un poco adaptarte, pero con estos consejos espero ayudarte a que sea más sencillo.
¿Por qué te costará adaptarte?
Cuando participas en un voluntariado, sabes bien que no es solo un intercambio de tareas por alojamiento, sino que se convierte en un estilo de vida. Sobre todo si tu experiencia ha durado varios meses.
Durante esta etapa, conocerás a viajeros de todo el mundo, con quienes tendrás conversaciones que te cambian la vida, harás amigos que se convertirán en familia, aprenderás nuevas habilidades y descubrirás partes de tu personalidad que no sabías que existían.
Enriquecerás tus habilidades de comunicación con expresiones en otros idiomas e incluso verás el mundo desde una perspectiva diferente.
Después de todo esto, llegará la parte negativa: la despedida. Por supuesto, estarás feliz de volver a ver a tus amigos y familiares, pero también puede entristecerte pensar que todo cambiará. Tus viejos hábitos te parecerán menos interesantes, viajarás menos y las actividades que ofrece tu ciudad no te parecerán tan emocionantes.
¿Cuál es el problema con volver a tu rutina habitual?
Al regresar a tu rutina, te encontrarás en la misma situación que cuando llegaste a tu nuevo país, pues necesitarás un tiempo para ajustarte a los cambios. Puede que te sientas extraño en tu propia casa, y es que ya considerabas tu voluntariado como tu vida normal, así que volver a la realidad puede asustarte.
Al principio, tus amigos y familiares estarán muy interesados en saber cómo te fue, y escucharán atentamente todas tus historias. Cómo se vivía en el país donde estuviste, los platos que probaste, las ciudades que visitaste, las historias de cómo conociste a tus nuevos compañeros…
Sin embargo, con el tiempo, se cansarán de escuchar tus historias y tus comentarios como: «Cuando estuve en Holanda…», «En Finlandia funciona diferente…». (Ya han pasado varios años y sigo comparando Finlandia con mi país).
El problema es que vas a comparar todo con tu experiencia como voluntario, y las personas a tu alrededor no entenderán, porque no han vivido esa experiencia. Tampoco reaccionarán igual a esas expresiones y palabras nuevas que usaste con tus compañeros, ya que no tendrán sentido para tus viejos amigos.
¿Cómo sobrellevar la depresión post-voluntariado?
No te deprimas, esta sensación no durará para siempre. Usa la experiencia adquirida como un beneficio.
1. Ayuda a otros viajeros.
Aunque tus amigos se cansen de escuchar tus historias, no significa que no debas compartir tu experiencia con nadie… ¡Busca una nueva audiencia!
Contacta con otros viajeros o personas interesadas en realizar un voluntariado y comparte tu experiencia con ellos. Les será muy útil para preparar su viaje. También puedes escribir sobre tus consejos para sobrevivir en ese destino o explicar cómo aprendiste tus habilidades (yo no me canso de hablar sobre Holanda).
2. Mantente ocupado.
Haz planes con tus amigos y familia, pasea a tu perro, haz ejercicio, estudia, trabaja, encuentra un nuevo pasatiempo… Lo importante es mantener tu mente activa para evitar pensamientos melancólicos.
Disfruta de tus tareas, pues tu vida continúa. Puedes organizar escapadas que te hagan sentir que estás conociendo nuevos destinos, ya que tu experiencia como voluntario no es el final de tu viaje, sino un impulso para seguir descubriendo el mundo.
3. Mantén el contacto con la cultura.
Procura mantener el contacto con las personas que conociste durante tu viaje, ya que siempre compartieron la misma experiencia.
Asimismo, intenta encontrar una comunidad relacionada con la cultura que descubriste durante tu voluntariado. Por ejemplo, si estuviste en Alemania, busca lugares donde enseñen alemán y apúntate unas clases a la semana.
De esta forma, podrás mantener viva la cultura y seguir aprendiendo. Además, te dará la oportunidad de conocer a personas con intereses similares en el país, que seguramente querrán conocer tu experiencia.
4. Planifica tu próximo voluntariado.
YoEmpresario ofrece cientos de opciones y destinos, ¿por qué no aprovechar esa oportunidad? Sudamérica, Norteamérica, Europa, Asia… Cualquier destino que tengas en mente, reserva tu vuelo y prepárate para tu próxima aventura.
Quizá quieras desarrollar tus habilidades como pintor o fotógrafo.
Lo más importante es no comparar tu nuevo voluntariado con el anterior, ya que serán experiencias diferentes, con personas distintas y nuevas aventuras que vivirás.