Por qué la bancarrota no es lo peor que puede pasar

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Un Nuevo Comienzo

La bancarrota es, en realidad, un nuevo comienzo. Una vez que el juez la aprueba, los acreedores ya no pueden exigir lo que previamente te debían. Aunque puede ser humillante darse cuenta de que esta es una opción que debes considerar, para muchas personas es una excelente forma de salir de deudas con tasas poco favorables, como las que imponen las compañías de tarjetas de crédito.

Presentar la solicitud de bancarrota en casos de deudas que superan los miles de dólares, especialmente si las tasas de interés superan el 25%, no sería algo tan negativo. Además, los pagos atrasados ya habrían afectado negativamente tu puntaje crediticio.

La Ley Es Tu Aliada

Las leyes de bancarrota personal están de tu lado y debes tenerlo en cuenta. Además, una vez que salgas de esa situación, podrás considerar pagar lo que debes.

Solicitar la bancarrota te libera de la preocupación de cumplir con compromisos inmediatos e imposibles de pagar, permitiéndote enfocarte en generar ingresos suficientes para resolver tus asuntos financieros. Puedes empezar de nuevo, ser más consciente de la deuda que acumulas y tomar mejores decisiones para evitar caer en las mismas trampas de antes.

Mantienes Tus Ahorros

Si bien puede parecer prudente o sencillo pagar tus deudas con los ahorros que has reservado para el futuro, en realidad es una pendiente resbaladiza que te dejará sin nada en el final. Además, podrías incurrir en gastos adicionales por penalizaciones por retiro y impuestos al intentar pagar de esta forma. Y, al final, podrías terminar con una deuda que te obligue a solicitar la bancarrota.

Por eso, en estos casos, lo mejor es conservar lo que tienes y, si no puedes pagar, optar por la bancarrota.

Mejor que la Ejecución Hipotecaria

Permitir que tu casa sea ejecutada hipotecariamente es aún peor que solicitar la bancarrota. La razón es que esto indica que ni siquiera consideraste la opción de pagar lo que debes, ya sea solicitando bancarrota y renegociando los términos de pago, o vendiendo tu propiedad (aunque sea con pérdida) y usando las ganancias para saldar la deuda.

Es posible que, si tu casa era tu principal o única fuente de deuda, hacer cualquiera de estas cosas te permita obtener condiciones más favorables para pagar lo que debes.

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