Poder retirarse es clave para conseguir financiamiento en rondas de inversión

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Resumen

  1. Decir no a un acuerdo equivocado protege tu visión, tu participación y el éxito a largo plazo.
  2. Salir de la negociación demuestra confianza y te alinea con los socios adecuados.
  3. El funding no es solo dinero; se trata de encontrar la opción perfecta para crecer.

Índice

  • Perspectiva del fundador: más que solo dinero
  • Perspectiva del inversor: apostar por la opción correcta
  • Lecciones reales sobre cuándo walk away
  • Dinámica de poder: un acto de equilibrio
  • Cómo ganar confianza para walk away
  • Conclusión: la fuerza de saber cuándo marcharse

Hay una especie de emoción al entrar en una sala llena de posibles inversores. Como fundador de una startup, has preparado tu pitch, practicado tus números y ajustado tu presentación.

Estás listo para convencer al mundo de que tu idea será la próxima gran cosa. Pero la realidad es que no todos los acuerdos valen la pena, y a veces, la mejor decisión en una ronda de funding es simplemente marcharse.

Es contraintuitivo, incluso aterrador, pensar en rechazar dinero cuando estás construyendo tu empresa. Pero entender cuándo y por qué walk away puede marcar la diferencia entre mantenerte fiel a tu visión y perder el control de tu startup.

Por otro lado, los inversores de capital de riesgo también enfrentan sus propias presiones y deben tomar decisiones difíciles sobre qué oportunidades aceptar o dejar pasar. Para ambos, fundadores e inversores, saber cuándo retirarse es fundamental.

Perspectiva del fundador: más que solo dinero

Para un fundador, el funding es una tabla de salvación — mantiene las luces encendidas y alimenta el crecimiento. Pero aceptar dinero de los inversores equivocados puede ser más costoso a largo plazo que no recibir nada.

Expectativas desalineadas, exceso de control por parte de los inversores o ceder demasiado de la participación en etapas tempranas puede arruinar incluso las mejores ideas.

Por ejemplo, en los primeros días de su camino, una fundadora fue abordada por posibles inversores dispuestos a invertir, pero solo si tomaban el control total de su empresa.

Reconociendo el valor de su visión, ella decidió rechazar la oferta. En su lugar, autofinanció su negocio, manteniendo la propiedad y el control total.

Su startup se convirtió en una marca valorada en miles de millones, y su decisión de no aceptar fondos externos en el inicio le permitió moldear la empresa exactamente como quería.

Salir de la negociación no solo se trata de control; también es preservar la cultura y el propósito de tu negocio. Los inversores aportan más que dinero: influencia, estrategias y expectativas.

Si sus prioridades no coinciden con las tuyas, puede generar fricciones que bloqueen la creatividad y el progreso. Los fundadores deben evaluar si un inversor potencial entiende su misión y puede aportar valor más allá del capital.

Perspectiva del inversor: apostar por la opción correcta

Para los inversores de capital de riesgo, las apuestas también son altas. Cada dólar invertido es un riesgo calculado, y su éxito depende de identificar startups que puedan ofrecer retornos excepcionales.

Los inversores no solo evalúan el producto o el potencial del mercado, sino también a los fundadores. Buscan personas apasionadas, motivadas, estratégicas y flexibles.

Salir de una inversión también forma parte del juego. Por ejemplo, un inversor de renombre en Silicon Valley ha mencionado que en los primeros días de algunas startups decidió no invertir en ciertos casos.

Reconoce que, aunque en retrospectiva pudo perderse un éxito enorme, mantener sus principios y estrategia de inversión fue clave.

Para los inversores, walk away no significa falta de fe en la startup, sino mantener el enfoque y asegurarse de que el momento, el equipo y el mercado encajen con su tesis de inversión.

La capacidad de decir no, incluso cuando la tentación está presente, los protege de sobreextender recursos o invertir en oportunidades que no encajan.

Lecciones reales sobre cuándo walk away

El mundo de las startups está lleno de historias donde marcharse llevó a mejores resultados. Un ejemplo destacado es el CEO de una plataforma de alojamiento compartido.

En los primeros días, enfrentaron escepticismo de inversores que no comprendían su visión. En un momento, les ofrecieron medio millón de dólares por una parte significativa de la empresa.

Era tentador — el dinero escaseaba y luchaban por ganar tracción — pero rechazaron la oferta, sabiendo que no era la decisión correcta.

Esta decisión les permitió mantener el control, mejorar su producto y, con el tiempo, construir una empresa valorada en miles de millones.

Por el contrario, una startup de entregas de comestibles levantó una gran cantidad de fondos durante la burbuja tecnológica, pero su expansión rápida sin un modelo sostenible llevó a la bancarrota.

Ambos ejemplos muestran que, a veces, es mejor pausar, reevaluar y reconocer cuándo marcharse para no arriesgar todo.

Dinámica de poder: un acto de equilibrio

En las negociaciones de funding, el poder suele estar en manos de los inversores, especialmente en rondas iniciales. Los fundadores pueden sentir presión para aceptar cualquier condición.

Pero el funding es una relación de asociación. Ambas partes tienen algo en juego y deben creer en el potencial del proyecto.

Salir de la negociación requiere confianza y claridad. Los fundadores deben conocer bien su negocio y mercado para negociar desde una posición fuerte.

Los inversores, por su parte, deben confiar en su instinto y reconocer cuándo una oportunidad no encaja con sus objetivos.

Cómo ganar confianza para walk away

¿Cómo desarrollar la confianza para marcharse? Para los fundadores, todo empieza con preparación. Conoce tus números, entiende tu mercado y ten claros tus límites no negociables.

Contar con una hoja de ruta clara te da la ventaja para rechazar condiciones que no se alinean con tu visión.

Para los inversores, es importante mantener su tesis de inversión y enfocarse en el largo plazo. No todas las oportunidades serán un éxito, y a veces, decir no a las malas puede abrir la puerta a mejores opciones.

Por ejemplo, algunos fundadores prefieren crecer de manera sostenible y mantener el control, rechazando financiamiento externo para construir un negocio rentable y duradero.

Conclusión: la fuerza de saber cuándo marcharse

Salir de una negociación no es signo de debilidad, sino de fortaleza. Se trata de saber qué quieres, qué está en juego y tener el valor de priorizar el éxito a largo plazo sobre las ganancias inmediatas.

Ya seas fundador o inversor, la capacidad de decir no puede abrirte puertas a mejores oportunidades en el futuro.

Al final, el funding no solo se trata de dinero, sino de encontrar la opción adecuada.

Cuando ambas partes abordan la negociación con claridad, confianza y disposición a marcharse si es necesario, establecen las bases para alianzas basadas en respeto mutuo y visión compartida. Y esa es la base de cualquier historia de éxito.

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