Mejores prácticas para una gestión efectiva de activos fijos en salud en 2026

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La importancia de la gestión de activos fijos en la salud

Una gestión efectiva de los activos fijos es fundamental para mantener la eficiencia operativa, garantizar la seguridad de los pacientes y optimizar el rendimiento financiero. A medida que las organizaciones de salud enfrentan mayores demandas de atención de calidad y control de costos, adoptar las mejores prácticas en gestión de activos fijos se vuelve imprescindible.

Hablemos de la importancia de gestionar bien los activos fijos, lo cual puede ayudar a las instituciones de salud a mantener sus recursos de manera efectiva.

La importancia de la gestión de activos fijos en la salud

Los activos fijos en el sector salud son esenciales por varias razones. Los centros de atención deben mantener sus equipos en buen estado para ofrecer atención de alta calidad. Cuando los equipos médicos fallan o no están disponibles, puede haber retrasos en los tratamientos e incluso poner en riesgo la seguridad del paciente.

Además, una gestión adecuada de los activos fijos ayuda en la planificación financiera y en la elaboración de presupuestos. Las organizaciones de salud necesitan conocer el valor de sus recursos para tomar decisiones informadas sobre futuras inversiones. Esto incluye decidir cuándo comprar nuevos equipos o reparar los existentes. Tener registros precisos de los activos también ayuda a cumplir con los requisitos regulatorios.

Por último, gestionar bien los activos fijos ayuda a prolongar su vida útil. El mantenimiento regular y las reparaciones oportunas pueden prevenir fallos costosos, permitiendo que las instalaciones de salud ahorren dinero a largo plazo. Esto también reduce la necesidad de reemplazos frecuentes, haciendo que los recursos financieros de la organización duren más.

Componentes clave de la gestión de activos fijos en la salud

Una gestión efectiva de activos fijos en salud incluye varios componentes esenciales:

  • Identificación de activos: Garantiza que cada elemento, desde equipos médicos hasta mobiliario de oficina, esté etiquetado con un identificador único como un código de barras o número de serie.
  • Valoración de activos: Es fundamental para los informes financieros, el seguimiento de la depreciación y la planificación de futuras inversiones.
  • Gestión del mantenimiento: Implica establecer cronogramas y mantener registros para asegurar que los activos permanezcan en buen estado.
  • Seguimiento de la depreciación: Monitorea la reducción del valor de los activos con el tiempo, ayudando en decisiones de reemplazo.
  • Cumplimiento y reportes: Garantiza el cumplimiento de las regulaciones, incluyendo registros precisos y reportes financieros.

Una gestión adecuada de los activos fijos en salud implica identificar, valorar, mantener y rastrear los recursos, además de asegurar el cumplimiento normativo. Estas prácticas ayudan a las instituciones a operar con eficiencia, tomar decisiones financieras informadas y extender la vida útil de sus recursos.

Seguimiento de activos y gestión de inventarios

El seguimiento de activos y la gestión de inventarios son fundamentales para mantener el control sobre los recursos en salud. El seguimiento de activos implica monitorear la ubicación, estado y uso de cada recurso durante su ciclo de vida. Este proceso suele apoyarse en herramientas como códigos de barras, etiquetas RFID y software de gestión para salud que almacenan información detallada, incluyendo ubicación, historial de mantenimiento y depreciación.

Las auditorías físicas periódicas también aseguran que los activos estén en su lugar y en condiciones óptimas.

La gestión de inventarios se enfoca en mantener registros precisos de los recursos del centro de salud. Estos registros incluyen detalles como compras, valor actual y vida útil estimada. Es importante actualizar estos datos regularmente para reflejar cambios como nuevas adquisiciones o bajas.

Una gestión eficiente de inventarios garantiza que la organización tenga un conocimiento claro de sus recursos, lo cual facilita los informes financieros, la planificación del mantenimiento y las decisiones de reemplazo.

Mejores prácticas para la gestión de activos fijos en la salud

A continuación, algunas de las mejores prácticas para gestionar eficazmente los activos en salud:

  1. Crear un sistema centralizado de gestión de activos: Toda la información sobre los recursos debe almacenarse en un sistema accesible para el personal autorizado. Esto facilita el seguimiento y la gestión.
  2. Revisar y actualizar regularmente los registros de activos: Los registros deben revisarse y actualizarse periódicamente para reflejar el estado actual de cada recurso, incluyendo mantenimiento, ubicación y depreciación.
  3. Implementar un programa de mantenimiento preventivo: El mantenimiento regular ayuda a prolongar la vida útil y prevenir fallos inesperados. Es recomendable establecer un programa preventivo para los recursos críticos.
  4. Capacitar al personal en procedimientos de gestión de activos: El personal involucrado debe recibir formación sobre los procedimientos y el uso de las herramientas de gestión, incluyendo auditorías físicas y actualización de registros.
  5. Monitorear la depreciación de los activos: La revisión periódica de la depreciación ayuda a tomar decisiones informadas sobre reemplazos y planificación financiera. La precisión en el seguimiento de la depreciación también es clave para los informes financieros.
  6. Planificar el reemplazo de activos: Las instituciones deben planear la sustitución de recursos antes de que finalice su vida útil para garantizar la disponibilidad de equipos adecuados para una atención de calidad.

Los límites de depreciación en vehículos, incluyendo los utilizados por organizaciones de salud, pueden afectar los informes financieros y las decisiones estratégicas. La depreciación influye en el valor de los recursos en el balance y en la salud financiera general de la organización. Comprender estos límites ayuda a realizar informes precisos y planificar futuras adquisiciones.

En resumen, la depreciación en salud implica un seguimiento cuidadoso, mantenimiento y planificación financiera. Siguiendo las mejores prácticas, las instituciones pueden gestionar sus recursos de manera efectiva, prolongar su vida útil y tomar decisiones financieras acertadas.

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