Reflexiones sobre vivir en Bangkok
He vivido en Bangkok de manera intermitente durante dos años. Se ha convertido en mi base de operaciones mientras viajo con mochila por Tailandia y Asia. Es el lugar al que siempre regreso cuando se me acaba el dinero y necesito trabajar. He construido una red de amigos, contactos de negocios, aprendido el idioma y dominado la ciudad.
Pero ahora este capítulo en mi vida ha llegado a su fin. Tengo que decir adiós a ser expatriado en esta ciudad.
La primera vez que vine aquí fue con mi amigo Juan en 2005. Estábamos de vacaciones y, al aterrizar en Bangkok, decidimos que lo primero que teníamos que hacer era salir de la ciudad. La odiamos. Estaba sucia, llena de gente, contaminada, decadente y aburrida. No vinimos a una ciudad llena de calles agobiantes y caóticas. Queríamos playas, fiestas y selvas. La “auténtica” Tailandia.
Incluso cuando regresé a Tailandia en 2006, pasé solo 10 horas en la ciudad antes de partir a las islas. No podía salir de Bangkok lo suficientemente rápido. ¿Por qué querría pasar tiempo en una ciudad enorme y caótica cuando podía estar relajándome en la playa?
Pero, cuando decidí mejorar mi tailandés, me mudé a Bangkok. Era el mejor lugar para aprender el idioma, ya que el tailandés de Bangkok se considera el estándar; aprenderlo en alguna provincia fuera de la ciudad me habría dado un acento más marcado. Además, sería mucho más fácil encontrar un profesor en Bangkok (especialmente uno que también hablara inglés). Pensé que aguantaría un mes, aprendería lo que pudiera y luego seguiría adelante.
Pero las cosas cambiaron, como suele pasar, y me encontré viviendo en la ciudad. Antes de darme cuenta, empecé a disfrutar mi tiempo allí. Bangkok comenzó a convertirse en un lugar que me gustaba visitar… y luego en un lugar que amaba. Como llegué a comprender, la ciudad tiene mucho que ofrecer si sabes dónde buscar.
Como turista en esas primeras visitas, no sabía dónde mirar, por eso nunca disfruté del todo. Pero una vez que logré abrir los ojos y vislumbrar la verdadera ciudad, se convirtió en un lugar que amaba. Es una de mis ciudades favoritas en el mundo.
Ahora, a unas semanas de partir para enseñar en Taipei, no puedo evitar pensar en todo lo que esta ciudad me ha enseñado.
5 lecciones que aprendí viviendo en Bangkok
- Vivir en Bangkok me enseñó que las primeras impresiones casi siempre son equivocadas. Odiaba la ciudad cuando llegué, pero cuanto más tiempo pasaba allí, más la ciudad se abría a mí y más me parecía un lugar emocionante y vibrante para vivir. Si hubiera juzgado solo por mi primera impresión, nunca habría quedado y aprendido a adaptarme a una ciudad. Nunca habría desarrollado la red de contactos que tengo ahora.
- Vivir en Bangkok me enseñó que las ideas sobre seguridad están sobrevaloradas. En Occidente, somos muy conscientes de la seguridad. Y si no lo somos, alguien seguramente nos demandará. Pero aquí ves niños pequeños conduciendo motos y personas cruzando calles concurridas, subiendo y bajando autobuses, caminando por aceras con agujeros que llevan a tuberías. Los abogados occidentales tendrían un campo de juego aquí. Pero viviendo aquí, aprendí que la seguridad, aunque importante, no es tan crucial como mantener la cabeza fría. Pocas veces ocurren accidentes porque la mayoría de las personas son conscientes de su entorno y usan la cabeza.
- También las ideas sobre limpieza. Anoche comí comida tailandesa en la calle junto a un puesto de motos. La noche anterior, comí pollo a la parrilla hecho con pollo que claramente llevaba tiempo allí (sobre hielo). La mujer que cocina mi Pad Thai usa las manos para prepararlo. Y aún así, sigo vivo. Dicen que una de las razones por las que los niños desarrollan alergias es porque somos demasiado limpios y sus cuerpos no desarrollan resistencia. Aquí no se habla mucho de alergias a los cacahuetes o al trigo. Nuestra especie duró miles de años siendo un poco sucia. Bangkok me enseñó que un poco de tierra nunca ha hecho daño a nadie.
- Vivir en Bangkok me enseñó que puedo ser completamente torpe con los tonos y aún así aprender un idioma tonal. Me encanta aprender idiomas. Pero también soy terrible en ello. Me cuesta mucho aprender uno nuevo. Todavía no puedo hacer vibrar la R en español, aunque empecé a estudiarlo en la secundaria. Aunque no lo creo, mis amigos tailandeses dicen que mi pronunciación es muy buena. No soy fluido, pero puedo mantener una conversación básica con los taxistas. Si puedo entender el tailandés, no debería ser tan difícil aprender francés o alemán en el futuro.
- Y lo más importante, vivir en Bangkok me enseñó que puedo triunfar en cualquier parte. Llegué sin conocer a nadie y pasé las primeras semanas solo en mi computadora. Pero hice amigos, conseguí trabajo, aprendí el idioma, encontré pareja, creé una red social. Logré prosperar en un país extranjero. Navegué por sistemas bancarios, alquileres, facturas y culturas que no entendía. Bangkok me mostró que puedo ser autosuficiente e independiente.
Si pude comenzar una vida en un lugar como Bangkok, puedo empezar una en cualquier parte. Puedo ser quien quiero, hacer nuevos amigos y vivir lleno de aventuras. Ahora, al ir a Taipei enfrentando la misma situación, no tengo miedo. Si puedo manejarme en una ciudad, puedo en otra.
Si estás viajando con mochila por Tailandia, asegúrate de darle a Bangkok la oportunidad que merece. No solo la visites y la disfrutes a la ligera, como hice en mi primer viaje. Trata de conocer su esencia. Sal del camino turístico. Bangkok es una ciudad para sus habitantes. No solo en sus templos, sino en la calle, con la gente.
La ciudad te sorprenderá.
Y ahora no puedo evitar preguntarme, después de aprender tanto en Bangkok, ¿qué me enseñará Taipei?
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