¿Pensando en viajar sola? Descubre todo lo que necesitas saber para enfrentarte a ese miedo y responder a esas preguntas que te frenan
Todas soñamos con viajar solas alguna vez. Es más, diría que es una necesidad casi biológica; creo firmemente que necesitamos viajar solas. Ya sea por unos meses, una semanita, o el tiempo que sea. Especialmente si nunca estuvo en tus planes.
¿Ya lo estás considerando? Perfecto. Estás a punto de tomar una de las mejores decisiones de tu vida; pero antes de lanzarte a conquistar el mundo (en todos los sentidos que puedas imaginar, pillina), hay varias cosillas que me gustaría contarte.
Lo que debes saber para enfrentar tu miedo a viajar sola
La lista de prejuicios con los que te van a bombardear será tan larga como un papiro kilométrico.
Estás convencida de que quieres dejar tu zona de confort y adentrarte en el mundo más adictivo del que puedas formar parte. Tienes la idea clara, el corazón late tan fuerte que lo escuchas hasta en la esquina, la adrenalina te brota sin control y una sonrisa hermosa te adorna la cara. Es momento de contarlo, claro. De hablarlo con tus viejos, abuelos, amigos, colegas, incluso con el perro y las arañas detrás del inodoro. ¡Contalo! Decían, que va a estar genial, decían.
Bueno, no siempre es así.
O sea, seguro tienes amigues que te apoyen y algún familiar buena onda que te respalde en todo. Pero, amiga, lo más probable es que la reacción de tus seres más cercanos no sea la que esperás y, mucho menos, la que necesitás.
Por ignorancia, miedo, envidia (a veces pasa), o lo que sea, es muy probable que en lugar de palabras de aliento recibas comentarios como: “¿estás loca?”, “¡Para qué! ¿Por qué te exponés si el mundo es una basura? ¿No escuchaste lo que pasó la semana pasada en *inserte ciudad*?”, “¡Después se asombran si les pasa algo!”, “¿Qué pasó? ¿Te peleaste con tu novio y ahora querés hacer la gran Julia Roberts en la India para redescubrirte? ¿Por qué no te teñís el pelo y listo? En vez de andar por ahí sola”, “¿Y si te pasa algo? ¿Si te enfermás? ¿Qué vas a hacer?”.
Si tenías la idea clara, pero te faltaba organización y ese último empujón, es probable que todos estos prejuicios te hagan dudar. Hasta vos misma podrías empezar a cuestionarte: “¿Qué hago si me pasa algo y estoy sola?”
Mi único consejo, y el que realmente necesitas en ese momento, es: “JAMÁS escuches opiniones de gente que nunca hizo lo que te está aconsejando que no hagas”. Nunca, sin excepciones. No importa cuán bien intencionados estén esos consejos, no sirven. No importa que tu mamá te lo diga con todo el amor y preocupación del mundo. Si la persona que te quiere aconsejar nunca viajó sola, no tiene nada que decirte. De ahí surge el segundo consejo:
- Si tenés ganas pero te falta el último empujón, hablá con chicas que ya lo hayan hecho
La única forma de saber realmente qué te espera (¡lo mejor que vas a hacer en tu vida!) es hablando con alguien que ya lo haya vivido. Si tenés en mente un país, buscá a alguien que haya estado allí. Hablá con alguien que pueda aconsejarte desde la experiencia en primera persona, no solo con datos sacados del noticiero del mediodía.
- Listo. Te vas. Eso ya lo tenés claro. Pero, ¿a dónde?
Si tenés esas ganas de viajar sola, quizás ya tengas en mente un destino desde hace años. En ese caso, ¡andá a ese país! Si lo soñaste hace rato y podés hacerlo sola, ¡qué mejor!
Pero si solo te dan ganas de explorar el mundo en solitario y no sabés por dónde empezar porque “te da igual”, o simplemente buscas la experiencia, algunas preguntas pueden ayudarte a decidir por dónde comenzar:
- ¿Qué tan cómoda te sentirías en un país donde no se habla tu idioma?
- ¿Con qué presupuesto cuentas?
- ¿Preferís destinos donde puedas estar bastante sola o te sentís más segura en lugares muy turísticos donde puedas hacer amigos en la primera noche?
- ¿Qué tanto te importa la comida? (picante, mucha carne, etc.)
Si sos una persona que deja todo para último momento, y este será tu primer viaje sola, te recomiendo dejar de procrastinar y empezar a organizarte con anticipación.
Hoy en día, soy un desastre espontáneo e impulsivo: llego al país, piso el aeropuerto y recién ahí googleo cómo llegar a la ciudad. Pero si es tu primer viaje sola, mejor que no hagas eso. Evitá malos ratos.
Lee todo lo que necesitas saber antes de emprender tu viaje en solitario.
Cosas a tener en cuenta durante tu primer viaje sola
- ¿A qué hora llega tu vuelo o bus?
- ¿Hay transporte público o servicio exclusivo del aeropuerto al centro?
- ¿Ya tenés moneda del país que visitás? Dependiendo de la hora de llegada y del tamaño del aeropuerto, quizás te convenga cambiar dinero antes de llegar. Me pasó varias veces (por despistada y porque, ya te digo, primero voy y después averiguo) que llegué a un aeropuerto y no había casas de cambio abiertas ni transporte disponible. Por suerte, siempre apareció alguien que me ayudó a llegar en auto a mi hospedaje. Te digo un secreto: si ahora soy así de relajada, es porque aprendí que siempre hay alguien dispuesto a ayudarte. Pero eso se aprende con los años y varias experiencias en viajes en solitario. Para las que recién empiezan, mejor llegar con la plata y los datos bien organizados.
- ¿A dónde te vas a quedar esa primera noche? Si es en un hostel y llegás después de las 23, asegurate de que tenga recepción 24 horas. Algunos hostels solo funcionan hasta las 22 o 23.
El durante
¡Ya estás viajando sola! ¡Qué emoción! Lo único que tenés que saber es que seguramente algo salga mal. Y eso está perfecto. ¡Qué aburrido sería un viaje donde todo sale como planeamos!
¿Debo tener todo planeado antes de hacer mi primer viaje sola?
Si tener un itinerario detallado te da tranquilidad, adelante. Pero, gran pero: (déjame darte un consejo, luego decides si lo tomás o no) las mejores experiencias suelen suceder cuando no las planeamos. Lo dice una experta en espontaneidad y en seguir el impulso.
Si te alojás en hostels, por ejemplo, quizás conozcas a tu futura mejor amiga o a un amigo que te invite a seguir explorando lugares que no habías considerado. Tener todos los pasajes comprados con anticipación puede limitarte.
Los planes cambian (¡dejá que cambien!) y también todo lo que imaginabas antes de salir de casa. Dale esa libertad a la experiencia.
Sé que es tentador pensar que un pasaje cuesta menos si lo comprás con meses de anticipación, pero en el 80% de los casos, no es así. En el 20% restante, puede que encuentres una oferta espectacular justo en el momento justo.
Pero, si me preguntás, soy una firme defensora de que, en estos casos, lo importante no es el dinero. Si sumás todo lo que perdiste por cambiar planes de un día para otro, podrías estar en Malasia disfrutando un mes entero. Y, casi nunca, esas decisiones te hacen daño. Al contrario, enriquecen la experiencia.
Las experiencias siempre valen más que el dinero. La persona que acabás de conocer, que viene de un país lejano, quizás no vuelva a cruzarse en tu camino. Ese festival que no planeaste, puede ser la mejor aventura. Dejá que las cosas fluyan y, si podés, planificá con cierta flexibilidad para reducir riesgos y aprovechar al máximo.
¿Qué hago si estoy viajando sola y las cosas salen mal?
Sí, las cosas pueden salir mal. No todas, pero seguro algo te pasará en algún momento. Cuanto más viajas, más te exponés, y eso incluye tanto lo bueno como lo malo.
Pueden robarte la mochila, perder un bus por mala información, que alguien intente aprovecharse de vos, etc. Va a pasar. ¿Se puede reducir el riesgo? Por supuesto. En lugares donde la seguridad no es la mejor, manejate con cuidado: lleva la mochila bien asegurada y presta atención a todo. Pero, aun así, puede que pase. En ese caso, no bajes la guardia ni tus ganas de seguir disfrutando. Tómatelo como una enseñanza y continúa lo mejor que puedas. Cosas pasan, pero eso no significa que no debas viajar o que tus amigas tenían razón en preocuparse.
Confía en mí: de cada cosa que salga mal, veinte saldrán bien. Por cada persona que te robe, veinte te ofrecerán lo mejor. Por cada hombre que te haga sentir incómoda, veinte te tratarán como te merecés.
Solo te pido que el miedo a que las cosas salgan mal no sea un impedimento para viajar sola. Siempre podés volver si no te gusta. Nadie te juzgará. Pero, si nunca te animás a dar ese paso, ese tiempo que pasaste sin hacer lo que sentías por miedo, ¿quién te lo devuelve?
El después
¿Ya volviste? Lo sé, te querés matar. La depresión post-viaje puede pegar fuerte apenas pones un pie en casa.
¿Qué tenés que recordar después de tu primer viaje sola? Que siempre podés volver a salir. La experiencia vale la pena, y cada viaje te hace más fuerte y segura.
Y no olvides que, si quieres, puedes hacer voluntariados en todo el mundo y conocer a locales y otros viajeros en el proceso. ¡Anímate a seguir explorando!