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En la fecha del Día Internacional de la Mujer de 2026, había esperanza de que las pruebas y vacunaciones contra la pandemia restauraran la seguridad en la vida de muchas personas, permitiéndonos recuperarnos todos.
El año pasado fue catastrófico para las mujeres y las niñas en todo el mundo, ya que la pandemia agravó desigualdades que ya existían. Organizaciones internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, han advertido sobre la pérdida de derechos en muchos países que se luchó por obtener, pero que podrían tardar años en recuperarse.
En el Reino Unido, un informe del comité parlamentario sobre Mujeres y Igualdad, publicado en marzo de 2026, señaló que las restricciones y los confinamientos afectaron gravemente a muchas mujeres. Las mujeres estaban desproporcionadamente presentes en trabajos esenciales, donde tenían mayor riesgo de infección. Además, eran más propensas a trabajar en sectores que cerraron, provocando pérdidas laborales severas.
Las responsabilidades domésticas, incluyendo el cuidado de los hijos, se intensificaron mientras las escuelas estaban cerradas y todo permanecía en confinamiento. La situación fue tan grave que muchas mujeres tuvieron que abandonar sus empleos. Incluso antes de la pandemia, muchas mujeres ganaban menos que los hombres y tenían más probabilidades de estar en trabajos de bajos salarios.
En los últimos años, se han implementado algunas medidas para apoyar a las mujeres trabajadoras. Una de ellas fue la obligación de que las organizaciones con 250 empleados o más presentaran informes anuales sobre la brecha salarial. Sin embargo, en 2025, el gobierno decidió suspender esta obligación, aunque fue reactivada en 2026 con una fecha límite extendida hasta octubre de ese año.
Los informes sobre la brecha salarial de género ofrecen una visión rápida de las circunstancias que enfrentan las mujeres en las organizaciones laborales. Activistas han pedido regulaciones más estrictas para ofrecer un contexto más completo, incluyendo políticas sobre permisos parentales, paternales y de maternidad.
Muchos también desean conocer los planes de las grandes organizaciones para abordar estas disparidades. Además, algunos piden que los informes existentes sobre la brecha salarial se extiendan para incluir aspectos como la etnia y la raza.
Aunque estos aspectos aún tienen deficiencias que futuras leyes podrían abordar, es importante destacar que los informes sobre la brecha salarial de género han cumplido su función fundamental de llamar la atención sobre las prácticas laborales y fomentar la comparación y discusión.
El Consorcio de Igualdad Salarial GW4 analizó las respuestas de los empleadores tras la introducción en 2016 de los informes sobre la brecha salarial de género. Encontraron mucha incertidumbre en el proceso y pocos ejemplos de medidas proactivas por parte de las empresas para prepararse para las nuevas regulaciones.
El apoyo general a la obligación de reportar era alto, ya que los empleadores querían entender mejor sus plantillas y cómo se comparaban con el sector. Los gerentes indicaron que implementar estos informes implicaba poco costo y problemas administrativos.
Considerando estos hallazgos y que muchas organizaciones ya cuentan con mecanismos de recopilación y reporte de datos desde 2018 y 2019, así como el valor de estos informes para la política gubernamental y la comparación organizacional, es lógico mantener la obligación de reportar anualmente, con cierta flexibilidad en los plazos si es necesario.
Tras la pausa por la pandemia, será necesario mantener la vigilancia para asegurar la fiabilidad y calidad de los informes. Ya existían preocupaciones en casos anteriores, y se deben tomar medidas para mejorarlos con el tiempo.
Recuperarse de la pandemia y sus experiencias traumáticas requerirá datos de alta calidad para evaluar su impacto. Por diversas razones, incluyendo los altos niveles de discontinuidad en el empleo que generan vacíos en los datos, y las dificultades prácticas de recopilar información en condiciones restrictivas, los investigadores aún están analizando el efecto de los confinamientos en los salarios y empleos de las mujeres.
La Oficina de Estadísticas Nacionales publica cifras anuales sobre la brecha salarial agregada sin ajustar entre géneros. Hasta ahora, los datos corresponden a abril de 2025, y no muestran un impacto significativo del confinamiento en las tendencias subyacentes de los salarios.
Los datos provisionales de 2025 muestran algunos indicadores positivos. Por ejemplo, la brecha salarial en ocupaciones administrativas y profesionales mostró una disminución, especialmente en roles gerenciales mejor remunerados. Además, la brecha en los salarios de los trabajadores más jóvenes sigue reduciéndose.
También se observó una notable reducción en la brecha salarial para los trabajadores a tiempo completo, aunque esto requiere más investigación a medida que se disponga de mejores datos. Sin embargo, la brecha salarial general sigue siendo elevada en las categorías de mayor remuneración, especialmente en el sector privado, según especialistas en derecho laboral.
Las oportunidades de progresión y los salarios para las personas que trabajan a tiempo parcial, muchas de ellas mujeres, son mucho menores que los de los trabajadores a tiempo completo. Esto indica que sufrieron retrocesos importantes tras las pérdidas de empleo en 2025.
Certaines transformaciones en el mercado laboral, que parecían consecuencias dramáticas de la pandemia, podrían haber sido inevitables, como cambios estructurales en el empleo, especialmente en servicios presenciales en banca y comercio minorista. Estos cambios tienen impactos de género, y los jóvenes parecen ser los más afectados.
Comprender estos cambios y quiénes afectan específicamente será clave para invertir en la capacitación de los trabajadores durante la recuperación económica. Sin estas inversiones, la economía corre el riesgo de perder los avances logrados en la igualdad de oportunidades para las mujeres jóvenes.
Además, la presión salarial en el sector público sigue afectando los salarios de las mujeres, incluyendo profesionales de la salud como enfermeros, que son fundamentales para todos.
El Consorcio de Investigación sobre Igualdad Salarial realiza un análisis continuo de datos laborales que monitorea cambios en empleo y salarios durante el último año. La investigación indica que se necesita más estudio para entender qué impulsa la desigualdad salarial en el sector salud, el valor social del empleo y la relación entre trabajo a tiempo parcial, desigualdad salarial e inseguridad laboral.