El poder de comenzar imperfectamente

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¿Qué es lo óptimo versus lo que necesitas?

Si pones tu objetivo en “ser increíble”, es muy difícil comenzar. — Seth Godin

Aprender de otros es genial y lo hago todo el tiempo. Sin embargo, comparar tu situación actual con la de alguien que ya ha logrado sus metas puede hacerte sentir que no tienes los recursos necesarios para empezar.

Mirar su sistema óptimo puede hacerte pensar que necesitas comprar cosas nuevas, aprender habilidades adicionales o conocer a más personas antes de dar el primer paso hacia tus objetivos.

Pero generalmente, eso no es cierto. Aquí tienes algunos ejemplos para entender mejor la diferencia entre lo óptimo y lo que necesitas para empezar.

Viajar por el mundo. Cada vez que viajo, veo a muchos mochileros que han gastado una fortuna en equipo: bolsas impermeables, ropa que absorbe la humedad, zapatos especiales. No digo que el equipo no sea útil, pero no es imprescindible. No necesitas zapatos nuevos para empezar a correr. No necesitas utensilios de cocina nuevos para comer más saludable. Y no necesitas una mochila nueva para comenzar a viajar. Esos detalles pueden ser óptimos, pero no son necesarios al principio.

Empezar un negocio. Cuando eres emprendedor, es muy fácil obsesionarse con lo óptimo. Esto es especialmente cierto al principio. Recuerdo haber pensado que mi primera página web no tendría éxito sin un logo espectacular. Pero aprendí la lección. Ahora, mi “logo” es solo mi nombre y esa es la página más popular que he creado.

Comer saludable. Tal vez la dieta óptima sería comprar carne solo alimentada con pasto o verduras orgánicas, o seguir alguna estrategia súper saludable. Pero si solo quieres avanzar en la dirección correcta, ¿por qué complicarte con tantos detalles? Comienza con algo sencillo, como comprar otra verdura esta semana, ya sea orgánica o no. Luego habrá tiempo para optimizar.

Evitar la parálisis por optimización

Decidir que necesitas “aprender más” o “tener todo en orden” puede ser una excusa que te impide avanzar en lo que realmente importa.

  • Puedes quejarte de que tu juego de golf no mejora porque necesitas nuevos palos, pero en realidad solo necesitas practicar durante un par de años.
  • Puedes argumentar que es difícil viajar ligero sin la mochila perfecta, pero en realidad puedes hacerlo con lo que tienes ahora mismo.
  • Puedes señalar que tu mentor de negocios tiene éxito porque usa cierto software, pero probablemente empezó sin él.

Obsesionarte con la estrategia definitiva, la dieta perfecta o los accesorios ideales puede ser una forma inteligente de evitar hacer el trabajo duro.

Como saben los lectores habituales, yo apoyo la optimización y la mejora continua. Pequeños avances del uno por ciento me llenan de alegría. Los hábitos pequeños me enamoran. La constancia en niveles elevados hace que mi corazón lata más fuerte. Pero no permitas que la idea de lo óptimo te impida comenzar.

Un inicio imperfecto siempre puede mejorarse, pero obsesionarse con un plan perfecto nunca te llevará a ningún lado por sí solo.

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