El paraíso emprendedor en la región del Cáucaso en 2026

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Georgia: un país para vivir, invertir y viajar

Georgia es un país ideal para residir, abierto a la inmigración, a pocas horas de vuelo de Europa y con un clima agradable. Además, ofrece muchas ventajas fiscales tanto para las empresas como para los residentes que deciden establecerse allí.

No hay duda de que se trata de uno de los países más subestimados del mundo. Destacado también como destino para invertir, recientemente se ha posicionado en el sexto lugar del mundo en el índice de facilidad para hacer negocios.

En Librestado hemos hablado ya de diferentes jurisdicciones con tributación territorial. Estos países, en lugar de gravar los ingresos mundiales, solo tributan los ingresos generados dentro del país, lo que los hace muy atractivos para quienes son nómadas digitales o emprenden por internet y desean fijar su residencia fiscal allí.

Georgia es uno de estos 40 Estados en el mundo que aplican una tributación territorial. A diferencia de países como Panamá, Costa Rica, Paraguay, Tailandia o Filipinas, que también tienen sistemas similares, Georgia tiene la ventaja de estar en Europa, a pocas horas de vuelo de la mayoría de los países europeos.

Para quienes quieren o necesitan permanecer en Europa, Georgia ofrece una excelente alternativa a sistemas como los de Malta, Irlanda o Reino Unido, e incluso a programas especiales en Chipre, o a jurisdicciones de baja presión fiscal con tributación por residencia, como Bulgaria, República Checa o Rumanía.

Aunque por su ubicación geográfica muchos la consideran un país asiático, culturalmente Georgia es muy europea y en los últimos años ha experimentado un notable auge económico.

Este crecimiento se debe a que han creado un sistema tributario atractivo y han facilitado la inmigración. Solo con pisar el país, Georgia ya concede una visa de 365 días a la mayoría de los ciudadanos de países occidentales, convirtiéndose en uno de los destinos más abiertos a la inmigración.

Si bien últimamente ha sido más difícil obtener permisos de residencia permanentes, quienes deseen pasar temporadas en Georgia pueden seguir haciéndolo sin problema. Lo único necesario es darse de alta como autónomo o crear una empresa en Georgia.

Para obtener una residencia permanente, basta con realizar una inversión inmobiliaria de 100.000€ o una inversión de otro tipo por 300.000€.

Podemos ayudarte en todo lo necesario para obtener tu residencia en Georgia.

Georgia está a solo 3-4 horas de vuelo desde Europa Central, con precios de vuelos desde unos 200 euros. Además de su excelente gastronomía, vino y naturaleza, hay muchos otros aspectos que atraen a quienes visitan el país.

Muchos viajeros llegan y se enamoran de Georgia, olvidándose del vuelo de regreso y permaneciendo allí sin una fecha definida.

La capital, Tiflis, combina una arquitectura soviética en ruinas con construcciones modernas, y ha ido ganando popularidad entre nómadas digitales y viajeros. Actualmente, vivir en esta ciudad ofrece todas las comodidades occidentales a precios muy accesibles.

En este artículo te hablamos primero de la residencia y después de cuatro opciones que ofrece Georgia para montar la estructura perfecta de tu negocio.

Residir en Georgia: requisitos para la inmigración y obligaciones fiscales

Emigrar a Georgia es sencillo. No es necesario hacer Visa-Runs como en otros países, ya que Georgia es uno de los países más abiertos del mundo y se ha beneficiado de ello. Desde hace años, otorga a casi todas las nacionalidades un derecho de residencia inicial de 365 días al llegar.

Sin embargo, a diferencia de algunos países europeos, esta apertura no significa que se toleren entradas ilegales. Quien entra legalmente, se registre y desee visitar o hacer negocios en Georgia, puede hacerlo sin problemas. Los 365 días de residencia incluyen también un permiso de trabajo.

Lo que hace interesante a Georgia es su fundamentación de la obligación tributaria. La residencia fiscal se basa en una presencia de 183 días, pero con algunas particularidades ventajosas.

Para calcular los 183 días, también se consideran todas las estancias en el extranjero por motivos de negocios, médicos, estudios o turismo. Por lo tanto, una estancia ocasional en Georgia, incluso si es menor a 183 días, puede ser suficiente para obtener la residencia fiscal.

Sin embargo, para empresarios nómadas que solo quieran estar en Georgia una vez al año, puede ser más conveniente residir en países como Panamá, Chipre o Bulgaria. En Georgia, es recomendable visitar el país varias veces al año para mantener la residencia fiscal.

Georgia también ofrece un programa HWNI (High Net Worth Individuals) para personas con alto patrimonio, sin un tiempo mínimo de residencia fiscal requerido. Para acceder, basta con poseer un inmueble valorado en más de 3 millones de laris georgianos o haber ganado más de 200.000 laris anuales en los últimos tres años.

Para entrar en este programa, solo necesitas un permiso de residencia normal y podrás solicitar la residencia HWNI en Georgia.

Tras un año de residencia, puedes solicitar la residencia permanente. La renovación del permiso de residencia y trabajo es sencilla y se puede solicitar hasta 40 días antes de que finalice el primer año, incluso si tus ingresos provienen del extranjero.

Georgia también ofrece otros tipos de visados, como el de inversores por 300.000 laris, o visas para víctimas de trata, estudiantes y personas sin pasaporte o nacionalidad, que pueden residir en el país de forma duradera.

La nacionalidad en Georgia se puede obtener tras residir allí 5 años. Además, los ciudadanos georgianos pueden moverse sin restricciones por 99 países, incluyendo la Unión Europea y el espacio Schengen. Sin embargo, no se permite la doble nacionalidad en la mayoría de los casos, salvo en circunstancias excepcionales.

El idioma oficial, el alfabeto propio, y las dificultades para aprender el idioma, hacen que obtener la nacionalidad sea un proceso largo, pero tras 6 años de residencia, se puede solicitar la residencia permanente.

Tributación de las personas físicas en Georgia

Una vez residente en Georgia y con obligación tributaria, la ventaja principal es que los impuestos son muy bajos. Georgia aplica una tributación territorial, solo gravando los ingresos generados dentro del país. Incluso si tienes negocios locales, los impuestos son aceptables.

El sistema se inspira en Estonia, país pionero en tributación diferida. Desde 2017, Georgia aplica un sistema similar, en el que las sociedades tributan sus beneficios al 15% solo si distribuyen dividendos.

La contabilidad se presenta mensualmente, reduciendo la carga burocrática. El impuesto del 15% también se aplica a transacciones con empresas asociadas en países sin impuestos, siempre que no incluyan valor de mercado habitual.

Existen regímenes especiales para pequeños empresarios: quienes tengan un volumen de negocios de hasta 30.000 laris y sin empleados, no pagan impuestos. Hasta 100.000 laris de facturación, se paga un impuesto del 3-5%, dependiendo de las deducciones.

Para quienes venden en otros países, gracias a la tributación territorial, no se aplican las reglas CFC y pueden gestionar empresas en cualquier parte del mundo, incluso en paraísos fiscales, y recibir beneficios libres de impuestos en Georgia.

Los ingresos en Georgia, como salarios, tributan al 20%, mientras que dividendos, intereses y licencias solo al 5%. Las plusvalías de cotización se gravan solo si se generan dentro del país, y el impuesto territorial es menor al 1%. No hay impuestos sobre sucesiones, donaciones ni patrimonio. El IVA es del 18%.

Una particularidad es que en Georgia no se pagan contribuciones a la seguridad social, lo que reduce los costes laborales. Los trabajadores pagan un 20% de impuestos sobre sus ingresos, y existen convenios de doble imposición con más de 52 países, que pueden reducir retenciones en origen.

Desafíos y problemas en Georgia

Por supuesto, Georgia no está exenta de problemas. Su ubicación en el Cáucaso trae cierta inestabilidad inherente. En 2008, Rusia invadió brevemente el país, y desde entonces Georgia ha orientado su política hacia la UE y la OTAN. Los países vecinos, como Turquía, Armenia y Azerbaiyán, tampoco son democracias ejemplares, y existen conflictos en regiones como Abjasia y Osetia del Sur, además de la frontera con Chechenia.

El país cuenta con la protección natural de las montañas del Cáucaso, que alcanzan los 5.000 metros de altura. Sin embargo, Georgia sigue siendo un país relativamente pobre, con grandes diferencias entre zonas rurales y urbanas, y una economía basada en la agricultura.

Georgia es famosa por su vino, fruta y verdura fresca. El costo de vida es muy bajo, lo que favorece a quienes obtienen sus ingresos en el extranjero. Es posible adquirir una vivienda en Tiflis por solo 15.000€.

Razones para abrir una cuenta bancaria en Georgia como particular

En el sector bancario, Georgia ofrece muchas ventajas. Mientras en Europa los intereses en cuentas de ahorro están en números negativos, en Georgia puedes obtener tasas de hasta el 10% en cuentas normales.

En 2016, un depósito a plazo fijo de un año en laris podía ofrecer hasta un 14% de interés. Aunque la inflación es del 4%, sigue siendo una inversión atractiva. También es posible hacer depósitos en euros y dólares con intereses del 4-5% anual.

Para abrir una cuenta en Georgia como extranjero, basta con el pasaporte. Generalmente, es necesario acudir en persona, aunque también hay opciones a distancia. Los bancos principales ofrecen banca online en inglés y tarjetas Visa.

Como miembro del estándar IBAN, las transferencias son fáciles. Georgia combina una tributación baja con intereses elevados, por lo que cada vez más personas consideran abrir cuentas allí para gestionar sus finanzas.

Aunque Georgia firmó el CRS (intercambio automático de información), actualmente no lo aplica, facilitando la privacidad en las cuentas.

También se pueden abrir cuentas de negocios para sociedades offshore, especialmente si se cuenta con un patrimonio mínimo de 10.000€. Desde 2018, es posible abrir cuentas a distancia en los principales bancos georgianos.

Georgia como emplazamiento perfecto para tu negocio

El país ha experimentado un desarrollo sorprendente desde la caída de la Unión Soviética. Se ha eliminado una administración corrupta y se ha impulsado una revolución digital similar a la de Estonia, con ventanillas drive-through y terminales para pagos en muchas ciudades.

La banca es moderna y sencilla, y abrir una cuenta local, incluyendo tarjetas de crédito, es muy fácil solo con el pasaporte. Además, Georgia adoptó el modelo de tributación diferida para sociedades, con mejores condiciones que Estonia.

Existen otros modelos de sociedades interesantes, como el emprendedor individual con un impuesto del 1% y la Virtual Zone Company, exenta de impuestos. También hay ventajas para negocios financieros internacionales y exenciones fiscales en ciertos sectores.

La sociedad de capital georgiana común: tributación en diferido con la LLC

La LLC georgiana es en realidad una sociedad de capital con responsabilidad limitada, que permite distribuir dividendos sin pagar impuestos hasta que se reparten. No es necesario desembolsar un capital social para su constitución.

Desde 2018, Georgia aplica un sistema de tributación diferida, en el que solo se paga impuesto del 15% al repartir dividendos, favoreciendo el crecimiento del negocio y la reinversión de beneficios.

El impuesto de sociedades es del 15%, menor que el 20% de Estonia, y los gastos de explotación pueden deducirse si están debidamente documentados. La tributación del 15% en dividendos también se aplica a participaciones en filiales, pero no a beneficios de filiales en otros países.

Georgia no es aún un país adecuado para crear un holding internacional, ya que no forma parte de la UE y no tiene convenios de doble imposición tan amplios como otros países.

El sistema no es un paraíso fiscal típico, pero su bajo coste y facilidad para gestionar empresas en cualquier parte del mundo lo hacen muy atractivo para empresarios y residentes en Europa.

El país no implementa aún las iniciativas internacionales más restrictivas, como el intercambio automático de información, y el registro mercantil es público, facilitando la apertura de cuentas y la gestión empresarial.

Los costes salariales y laborales son bajos, y

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