Define cómo quieres que sea tu futuro
Un futuro estable y financieramente seguro empieza con una visión clara, así que debes tener una idea específica de cómo quieres que sea. ¿Te imaginas disfrutando de una jubilación temprana, activa y larga? ¿O te ves generando ingresos constantemente, quizás persiguiendo un sueño de toda la vida?
Una visión del futuro te ayudará a identificar exactamente qué necesitas y qué debes hacer ahora para hacer realidad esa visión.
Concéntrate en lo que puedes controlar ahora
No tiene sentido preocuparse por los problemas o gastos que pueda traer el futuro, y no hay una forma definitiva de controlar cómo se comportará el mercado o la economía. En lugar de preocuparte por esas cosas, enfócate en lo que sí puedes controlar: tus ahorros. Y eso nos lleva al siguiente punto —
Ahorra
Ahorrar siempre ha sido fundamental para prepararse para el futuro. Para lograrlo, es importante crear presupuestos, vivir por debajo de tus posibilidades y priorizar tus necesidades sobre tus deseos. Pero, aunque estos pasos son importantes, a veces pueden ser difíciles de seguir y pueden impedirte disfrutar de los frutos de tu trabajo ahora.
¿Cómo puedes ahorrar y, al mismo tiempo, disfrutar de tus ingresos mientras eres joven? Una buena estrategia es automatizar tus ahorros. Configura una aportación mensual automática a un plan de retiro, como un plan 401(k) o una cuenta Roth IRA. Así, no tendrás que preocuparte tanto por ahorrar a la fuerza, y podrás aumentar tus aportaciones conforme suba tu ingreso, facilitando y acelerando el ahorro.
Establece metas a corto plazo
Como mencionamos antes, preocuparse por los problemas futuros es una pérdida de tiempo, y lo mismo aplica para establecer metas a largo plazo que intenten solucionar estos problemas lejanos.
En lugar de gastar energía en metas difíciles y a largo plazo, enfócate en crear y cumplir metas a corto plazo. Estas pueden incluir pagar tus cuentas y deudas actuales antes de que termine el año, hacer aportaciones automáticas mensuales a tu plan de retiro, comprar una casa o adquirir un coche nuevo. Solo asegúrate de que estas metas sean específicas, medibles y alcanzables.
Al establecer y cumplir estas metas a corto plazo, eventualmente podrás alcanzar tus objetivos a largo plazo sin siquiera darte cuenta.
Haz buenas inversiones
Hay muchas cosas que puedes hacer con tu dinero, pero solo unas cuantas pueden considerarse buenas inversiones. Estas incluyen inversiones en negocios y propiedades, y dado que estas conllevan riesgos, lo mejor es comenzar con poco y hacerlo temprano, mientras aún tienes tiempo y recursos para recuperarte en caso de que no sean rentables.
Aunque los negocios y las propiedades pueden ser activos muy valiosos, debes recordar que tu mayor activo eres tú mismo. Por eso, invertir en ti mismo también es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Puedes hacerlo contratando buenos seguros para proteger a tu familia y buscando oportunidades de mejora, como capacitación profesional, estudios adicionales y mejores oportunidades laborales.
Solo pide dinero prestado para inversiones, no para tu estilo de vida
Contrario a lo que muchos piensan, pedir dinero prestado puede ser una buena opción, pero solo si utilizas ese dinero para invertir. Si tomas un préstamo personal y lo gastas en cosas lujosas e innecesarias, solo estarás aumentando los costos de tu estilo de vida, ya que no solo pagarás por lo que compraste, sino también los intereses adicionales.
Lo más inteligente sería usar préstamos personales o crédito para inversiones, de modo que las ganancias que obtengas superen con creces los costos del préstamo. Estas inversiones no tienen que ser necesariamente en bienes materiales; como mencionamos antes, pueden ser en educación, capacitación u otros programas que te ayuden a alcanzar tus metas financieras más rápidamente.
No hay razón para tener miedo respecto al futuro. Con cada decisión pequeña pero inteligente que tomes ahora, puedes asegurarte una vida financieramente estable en el futuro.