Descubre cómo viajar sin gastar mucho en los gastos más importantes de un viaje: transporte, alojamiento, comida y otros.
¿Es posible viajar sin gastar dinero?
¿Quién de los que están leyendo este artículo no soñó alguna vez con largarse a viajar? Agobiados por la monotonía de la rutina, los problemas sin sentido de la ciudad, viviendo en una zona de confort que nos estanca y no nos impulsa hacia algo nuevo.
Creo que todos lo soñamos, pero no todos lo cumplimos. Algunos (y qué lindo ser parte de este grupo) nos animamos, dejamos todo y nos lanzamos a la ruta, con coraje, curiosidad y humildad. Pocas decisiones me enorgullecen tanto en mi vida como esta.
Hay personas que no se animaron porque no sentían que esa decisión los llamaba tanto, porque pensaban que, al fin y al cabo, su lugar estaba en su ciudad de origen (lo cual no está para nada mal), y otros se escudan en la famosa frase: “Para viajar necesito mucha plata”.
Bueno, en este artículo voy a demostrarte que se puede viajar por el mundo sin gastar mucho dinero. O al menos, gastando mucho menos que si viviéramos en un lugar fijo, atrapados en una rutina diaria agotadora.
Advertencia: No te voy a vender ninguna fórmula mágica. Aquí no hay trucos que hagan que todo sea más fácil. Como en casi todo en la vida, se requiere esfuerzo. Tal vez tengamos que resignar alguna comodidad. Pero déjame decirte, al final del camino, habrá valido la pena.
Ahora sí, vamos:
Cómo viajar sin gastar mucho dinero
Alojamiento
Donde dormimos cada noche es algo que siempre tenemos que resolver cuando estamos de viaje. Es que, bueno, en algún lado hay que dormir, ¿no? Dormir tenemos que dormir. Hay muchas maneras de ahorrar en alojamiento en la ruta y poder usar ese dinero en otras experiencias.
Couchsurfing es una opción de economía colaborativa donde diferentes personas ofrecen un sillón, una cama, una habitación libre o lo que tengan, para que un viajero se hospede en su casa. ¿Y qué tengo que dar a cambio? Nada económico. Eso es una de las ventajas. No hay que pagar nada. Es más bien un intercambio de experiencias, un trueque.
La filosofía de Couchsurfing nos invita a, una vez en la casa del anfitrión, charlar un rato, contarles de dónde venimos, qué viaje estamos haciendo y compartir, al menos, una noche con ellos. Porque no, nadie mejor que un local para mostrarnos su ciudad, ¿no?
Siempre que hablo de Couchsurfing, debo aclarar que no es un hotel, ni un hostel, ni un Airbnb. Si vas a llegar, dejar la mochila y salir corriendo, o encerrarte en tu habitación a ver Stories en Instagram (la tecnología a veces no ayuda), no uses esta plataforma.
La idea de viajar con Couchsurfing es socializar, conocer gente nueva, contar nuestras experiencias y escuchar lo que los anfitriones tienen para compartir. Si no estamos en esa etapa del viaje (lo cual no está mal), podemos gastar unos dólares más y optar por un Hostel o un Airbnb, donde podemos ser más independientes.
Tip: La plataforma tiene cada vez más usuarios. Por eso, es muy importante crear un perfil completo y auténtico. Que refleje quiénes somos de una forma diferente y particular. Y al aplicar, no copiemos y peguemos el mismo mensaje a todos. Dediquémosle tiempo a cada anfitrión y escribamos un mensaje personalizado, mostrando que leímos su perfil y que nos interesa.
Descubre cómo viajar sin pagar alojamiento.
Dependiendo del tipo de viaje que hagamos, si vamos a estar varios meses en ruta, puede ser una buena inversión una tienda de acampe de calidad y una bolsa de dormir.
Muchos países tienen zonas de acampe gratuitas, donde podemos montar nuestra carpa y pasar algunas noches. Si no encontramos zonas gratuitas, siempre podemos preguntar en casas de locales o en negocios con patios traseros si podemos desplegar nuestra tienda y pasar la noche.
Acampar nos permite elegir dónde dormir: frente al mar, en un lago, bajo un cielo estrellado, en la cima de una montaña o en medio de un bosque. La libertad total.
Lee cómo viajar a la Patagonia argentina con poco presupuesto.
¿Te gustaría cuidar una casa mientras sus dueños están de vacaciones? Esa modalidad se llama House Sitting.
Alguien se va de vacaciones, por trabajo o por lo que sea, y no quiere dejar a sus mascotas solas. Entonces, publican su casa en plataformas como Trusted House Sitters, indicando las fechas en las que no estarán.
A veces es solo por unos días, otras por dos o tres meses, o más. Los usuarios de la plataforma aplican para cuidar esas casas.
Uno obtiene alojamiento sin costo (y muchas veces de calidad, porque es donde vive la familia) y la familia se queda tranquila sabiendo que alguien cuida a sus mascotas. Además, para nosotros, es una alegría compartir tiempo con animales. Yo y mi pareja extrañamos mucho a nuestros perros en Argentina, así que intentamos transmitir ese amor a otros animales en el mundo. Un ganar-ganar.
En Nueva Zelanda, cuidé a un perro y un gato en Wellington durante una semana, en una casa con cancha de tenis. Increíble experiencia.
La modalidad de voluntariados está cada vez más en auge y es común encontrar personas que viajan un año entero por Sudamérica, solo haciendo voluntariados. Es una forma de financiar nuestro viaje, al menos de manera indirecta.
Aunque no ganemos dinero, tampoco lo gastamos y eso nos permite extender la duración del viaje. Además, intercambiamos experiencias y conocimientos.
YoEmpresario ofrece una plataforma web y una app muy intuitiva para buscar experiencias de voluntariado. Es fácil encontrar anfitriones que ofrecen alojamiento a cambio de ayuda. Se puede filtrar por continente, país o ciudad desde la app, y también aplicar a las ofertas sin usar siempre la web.
El trabajo dependerá del anfitrión. Para más detalles, mira esta guía.
- Descuentos en alojamiento:
Seguro has visto (o usado) los links de descuento de plataformas como Airbnb o Booking, ¿no? Son enlaces donde, al reservar, obtienes un descuento inicial o reembolsos en tu tarjeta al finalizar la estadía. Eso ayuda a ahorrar unos pesos.
Pero lo que pocos saben es que podemos generar nuestro propio link de descuento. Solo hay que ingresar en nuestro perfil en esas plataformas y buscar la opción de “Invitar a amigos” o similar. La plataforma genera un enlace para compartir con conocidos.
Cuando ellos reservan mediante ese enlace, a nosotros nos llega una comisión. Cuantos más compartamos, más comisiones y menos gastaremos en nuestro próximo hospedaje. ¿Qué te parece?
Otras formas de viajar sin pagar hospedaje:
Existen muchas otras opciones de economía colaborativa. Plataformas donde se hacen intercambios de casas. Por ejemplo, una familia en Roma viaja a Madrid y otra en Madrid a Roma. Se contactan y, si todo encaja, intercambian sus casas por el tiempo de las vacaciones, sin pagar hospedaje.
También puedes alquilar una van o motorhome y detenerte en zonas de camping, muchas gratuitas o con precios bajos comparados con hostels o Airbnb. Es una experiencia única. Solo asegúrate de informarte bien sobre las reglas en cada país, como registros de conducir y zonas de camping.
No olvides los aeropuertos, estaciones de buses o trenes. Muchas veces, un vuelo temprano o un vuelo nocturno hace que gastar una noche en alojamiento sea innecesario.
En esos casos, basta con descansar unas horas en un sillón del aeropuerto para hacer tiempo, esperar el vuelo o que amanezca, y luego tomar transporte público a la ciudad, ahorrando en hospedaje.
Sleeping in Airports es una página útil que informa sobre las comodidades y facilidad de pasar la noche en cada aeropuerto.
El hospedaje también depende de nuestro estado de ánimo. Hay días (o meses, o viajes) en los que estamos abiertos a socializar, a hablar con la gente, a conocer y dejarse conocer.
En la vida de viaje, hay altos y bajos, como en la vida misma. Si estamos en uno de esos momentos, quizás sea mejor un Airbnb o un hotel para estar solos y descansar. Respetemos nuestro momento siempre.
Cómo viajar sin gastar mucho en transporte
Si bien el alojamiento es clave para ahorrar, cómo nos movemos entre ciudades o países también importa mucho.
Para recorrer muchos lugares, usaremos diferentes medios de transporte y, si logramos reducir gastos, ahorraremos mucho dinero.
La primera pregunta que me hago en cualquier ciudad es, creo, la más importante: ¿Cómo haría un local para ir del punto A al punto B? ¿Pagará el precio elevado que me ofrece el taxista o el transporte público?
La mayoría de las veces, la respuesta es NO. Entonces… si un local no usaría esa forma de transporte, ¿por qué yo sí?
Haciéndonos esa pregunta, resolveremos muchos dilemas y problemas.
En ciudades grandes, es buena idea averiguar cómo funciona el sistema de transporte público. ¿Hay metro? ¿Buses? ¿Funcionan todo el día? ¿Cortan a la noche?
Hoy, con Google Maps, todo es más fácil. Aunque no funciona igual en todos los países, también vale buscar alguna app local de transporte.
Por ejemplo, en Japón, Google Maps funciona a la perfección, pero en Dinamarca, hay una app específica que muestra de forma más práctica cómo usar el transporte en la ciudad.
En países con monedas débiles en comparación con el dólar, euro o libra, los negocios de buses nocturnos suelen inflar los precios, aprovechando a los turistas que llevan moneda extranjera, y siguen siendo convenientes para ellos.
Por eso, la clave es preguntarse: ¿Cómo haría un local para ir del punto A al punto B? Siempre hay una opción más económica, más local y más enriquecedora para nuestras historias.
Podemos preguntar en mercados o restaurantes si saben cómo llegar a un lugar de forma económica, o acercarnos a la estación de trenes o buses y consultar en las boleterías.
Es cierto que a veces los empleados quieren cobrar más, inventando impuestos o tarifas extras. En esos casos, busca a alguien local que hable tu idioma y pregúntale si puede ayudarte a sacar el boleto. No estafarán a un local.
Lee cómo hacer voluntariados sin gastar mucho dinero.
- Conseguir vuelos baratos:
Para recorrer grandes distancias, muchas veces usamos avión, ya sea porque es la única opción o porque es la más rápida. Conseguir pasajes económicos es fundamental para nuestro presupuesto. Aquí te explico cómo hacerlo.
- Hacer dedo (o Hitchhiking):
Requiere más coraje, paciencia y planificación, pero hacer dedo es una opción que cierra por todos lados. Desde la experiencia y la inmersión cultural, es una de las mejores formas de transporte.
Al hacer autostop (hitchhiking), nos entregamos a la amabilidad local, que nos puede llevar a nuestro destino o a un lugar cercano.
Durante el viaje, podemos hablar con la persona que nos recoge (o su familia y amigos), y conocer aspectos que de otra forma no descubriríamos: cómo viven, qué trabajan, su visión del país, historias y anécdotas.
Hay que saber que hacer dedo requiere esfuerzo. No solo en planear rutas y hacer carteles, sino también en el viaje mismo. No podemos subirnos y quedarnos dormidos como en un taxi.
Si alguien nos recoge, es porque también quiere saber quiénes somos, nuestra historia y por qué estamos allí. Hay que estar abiertos a conversar y a compartir.
Al final, esa es la esencia de viajar: abrir la mente a nuevas realidades.
Tip: Desde el punto de vista económico, hacer dedo ayuda mucho a ahorrar. Solo hay que invertir en un boleto de bus o metro hasta las afueras de la ciudad, donde sea más fácil encontrar un lugar para esperar y que alguien nos levante. No es recomendable hacer dedo en el centro, donde hay más tráfico y menos posibilidades.
El Carpooling