Cómo reducir la retención en la fuente sobre dividendos en 2026

14 Min Read

Por supuesto, trasladar la residencia a un país donde no pagues impuestos por tus ingresos es el primer paso, pero según tu modelo de negocio y los países en los que residan tus sociedades, a veces no es suficiente, ya que nos encontramos en ciertos casos con las retenciones sobre dividendos.

Todo aquel que tenga una sociedad mercantil debería saber en qué consisten las retenciones y cómo puedes evitarlas, así que hoy dedicaremos un artículo a esta temática.

¿Para quiénes son importantes las retenciones en origen?

No todas las empresas tienen que enfrentarse a las retenciones sobre dividendos. De hecho, este tipo de retenciones afectan exclusivamente a las sociedades de capital.

Las sociedades personalistas y los empresarios individuales (autónomos) no se ven afectados por ellas, ya que sus empresas no constituyen una persona jurídica separada y, por lo tanto, no pueden distribuir dividendos. En estos casos, los ingresos se reparten proporcionalmente entre los socios y tributan según los tipos del impuesto sobre la renta en el país donde residan (en el blog hay más información sobre las sociedades limitadas y otras formas).

Así pues, la retención en origen es el segundo factor de tributación más importante para una sociedad de capital, después del impuesto de sociedades o industrial.

Que sea aplicable la retención sobre dividendos depende del tipo de ingreso y de la jurisdicción en la que se encuentre la sociedad.

En general, la retención en origen se limita a tres categorías de ingresos bastante amplias: intereses, dividendos y cánones de licencias (royalties).

Los dividendos pueden dividirse en dividendos directos en el marco de grandes participaciones en empresas (generalmente, con participaciones del 5-10%) y dividendos de acciones. La diferencia radica en la retención en origen aplicable según los convenios de doble imposición.

Por regla general, las grandes participaciones en sociedades tienen más ventajas que las pequeñas, según los convenios de doble imposición.

Ya hemos escrito sobre el uso de los convenios de doble imposición para traders. En este artículo nos centraremos en los repartos de beneficios vía dividendos para grandes participaciones (más del 5-10%, en algunos casos más del 25%).

¿Quién tiene acceso a los convenios de doble imposición?

Como ya hemos mencionado, hay posibilidades de reducir la retención utilizando los convenios de doble imposición. Estos convenios tienen varias funciones, pero como su nombre indica, están diseñados para evitar que alguien tenga que pagar impuestos dos veces por el mismo ingreso.

Dado que las retenciones se aplican tanto cuando el dinero entra como cuando sale de una jurisdicción, existe la posibilidad de que, dependiendo de los países por los que pase el dinero, se vea sometido a una doble o incluso triple imposición.

Los convenios de doble imposición regulan qué parte de qué tipo de impuestos debe cobrar cada Estado. En general, estos acuerdos reducen la cantidad de la retención de modo que la persona solo tenga que pagar en su país de residencia.

Al final, lo que se hace es que se otorga un crédito fiscal (se tiene en cuenta el impuesto o retención ya pagado al calcular el impuesto en el país de residencia) o se exime a la persona de la retención, de modo que solo tenga que pagar el impuesto en su país de residencia.

Sea como sea, no todos pueden recurrir a los convenios de doble imposición. Aunque las personas físicas pueden utilizarlos, solo pueden hacerlo demostrando su residencia fiscal.

Es decir, para apoyarse en estos convenios, la persona física necesita generalmente un certificado de residencia fiscal, que solo se expide tras residir al menos seis meses en un país (con algunas excepciones, como Chipre).

Esto se hace para que nadie pueda aprovecharse de los convenios de doble imposición y obtener ventajas que en principio no estaban pensadas para él. Exigiendo una estancia mínima de 183 días para obtener el certificado fiscal, se asegura que cada persona solo pueda usar uno de estos convenios.

Un detalle que a menudo no entienden las personas es que incluso sin certificado fiscal puedes tener que pagar impuestos (como no residente).

Estar sujeto a impuestos en un país no siempre implica que debas presentar una declaración tributaria allí, y tener un número de identificación fiscal no necesariamente significa estar sujeto a impuestos.

En el caso de personas sin residencia fiscal (turistas perpetuos), no podrás apoyarte en ningún convenio de doble imposición, al menos no a nivel privado.

En estos casos, se puede recurrir a los convenios de doble imposición a través de sociedades.

Para ello, la sociedad debe contar con un establecimiento comercial en el país, es decir, tener un mínimo de estructura empresarial (una pequeña oficina y algún empleado).

Las sociedades personalistas (LP, LLC, etc.) y los autónomos no pueden usar los convenios, a lo sumo podrían utilizarlos como personas físicas en su país de residencia.

Por supuesto, las sociedades offshore, sin oficina ni empleados locales, quedan excluidas del uso de los convenios de doble imposición.

Ejemplo: reducción de la retención en origen de una sociedad de responsabilidad limitada alemana (GmbH)

A continuación, presentamos dos ejemplos para entender mejor la interacción entre la retención de dividendos en origen y los convenios de doble imposición.

Hans tiene una GmbH y emigra a Chipre. Paga el impuesto de salida y está convencido de que tras este trámite podrá olvidarse para siempre de la Hacienda alemana, que ya no tendrá que pagar impuestos por su sueldo y dividendos.

Por su parte, en Chipre todo funciona sin problemas. Pero Hans no ha tenido en cuenta la obligación tributaria como no residente en Alemania, la “beschränkte Steuerpflicht”. Tampoco consideró las retenciones en fuente sobre los dividendos (“Abgeltungsteuer”).

Antes de que le lleguen los dividendos, la GmbH tendrá que haber retenido una buena parte, ni más ni menos que un 26,375%.

Hans podrá evitar o reducir esta retención, porque en Chipre se plantean dos problemas.

En primer lugar, como ocurre con otros países de baja presión fiscal, Chipre no tiene muchos convenios de doble imposición, por lo que con Alemania no existe ninguno (si Hans tuviera su empresa en México o España, sí contaría con un convenio de doble imposición).

En segundo lugar, si bien Hans tiene obligación fiscal en Chipre debido a su residencia permanente (solo sobre los ingresos obtenidos en el país), solo podrá obtener un certificado tributario para usar los convenios de doble imposición de Chipre (con países como Holanda, Irlanda, Portugal, Reino Unido, México y España) tras una estancia mínima de 183 días.

Así, tras asesorarse en Librestado, Hans decide mudarse a Malta. En Malta, solo necesita pasar 60 días para obtener un certificado fiscal, algo que le resulta aceptable.

Trasladando su residencia fiscal a Malta desde el principio, incluso se habría ahorrado el impuesto de salida (moratoria por permanencia en la UE) y en Malta no está obligado a pagar impuestos sobre dividendos, ya que se registra como non-dom.

El convenio de doble imposición entre Malta y Alemania reduce la retención sobre dividendos del 26,375% al 15%.

Sin embargo, a Hans todavía le parece demasiado el 15%, así que decide vender sus participaciones en la GmbH alemana a la sociedad maltesa que ha constituido para pagar menos impuestos y obtener la residencia en Malta.

Como residente en Malta, al igual que en Panamá, no está obligado a pagar impuestos por la venta de sus acciones.

Una vez que la sociedad maltesa posee las participaciones de la GmbH, entra en juego la directiva matriz-filial de la Unión Europea, que permite trasladar beneficios a la matriz sin retención alguna. Esto, por supuesto, también funcionaría en España, y el convenio entre España y Malta reduce directamente las retenciones sobre dividendos al 0%.

Para aprovechar estas ventajas en la UE, las sociedades relacionadas deben cumplir ciertos requisitos. El más importante es que la sociedad matriz tenga al menos un 5-10% de participación en la filial y mantenerla durante un período mínimo de 12 a 24 meses.

El ejemplo de Hans muestra una de las muchas posibilidades de optimizar la retención de dividendos.

En caso de tener participaciones en empresas en países con alta presión fiscal, esta temática es fundamental a tener en cuenta.

Reducción de retenciones mediante convenios de doble imposición

Los convenios de doble imposición son especialmente útiles cuando una filial o la matriz tiene su sede en un país fuera de la UE o del EEE, ya que en estos casos no se aplica la directiva matriz-filial.

Tomemos como ejemplo Hong Kong, un destino muy popular para las empresas.

Si una sociedad limitada alemana (GmbH), por seguir con el ejemplo anterior, adquiere participaciones en una sociedad de Hong Kong, pagará la retención sobre dividendos en Alemania en el momento del reparto de beneficios.

En cambio, Austria ha suscrito un acuerdo de doble imposición con Hong Kong, por lo que el reparto de beneficios de una sociedad limitada austríaca tributa solo al 15%, en lugar del 27%. Esto se aplica siempre que la sociedad de Hong Kong tenga un establecimiento comercial real y no opere como una mera offshore.

Si, en cambio, la filial en la que se tiene una participación sustancial estuviera en Singapur, sería más conveniente que en Austria, ya que en Alemania la retención sería del 0% frente al 5% en Austria.

Austria, por su parte, tiene una retención del 0% cuando los dividendos provienen de países árabes como Qatar y Bahréin, con los que Alemania no tiene convenio, en cuyo caso se paga el impuesto completo.

En la relación entre Alemania y Estados Unidos, la situación es diferente. Aquí, la retención en EE. UU. es del 30% y en Alemania del 26,375%.

Aunque en este caso no se paga un 56,375% en total, gracias al convenio de doble imposición, el impuesto puede reducirse al 5% en ciertas condiciones, tanto en Alemania como en Austria y Suiza (en México, por ejemplo, sería aproximadamente un 10%).

Dependiendo de la configuración de países, el convenio de doble imposición puede ser más o menos favorable. Una de las principales tareas de los equipos fiscales de grupos internacionales es estructurar estas constelaciones de forma óptima, optimizando las compensaciones internas dentro del grupo de empresas (Transfer Pricing).

Los ingresos deberían tributar donde el impuesto de sociedades sea más bajo, y si existe una retención en origen elevada, se deben trasladar a otros países para reducirla.

En algunos casos, esto puede requerir más de dos países, como en el caso del “Double Irish Dutch Sandwich”, que salió en los medios por los impuestos de grandes empresas estadounidenses como Apple.

Eso sí, si quieres copiar esa estrategia, recuerda que ya no es posible (al menos en Irlanda, de la forma en que se hizo), ya que la UE ha tomado medidas al respecto.

Criterios para constituir sociedades mercantiles

Pero también el emprendedor de a pie o incluso el autónomo puede aprovechar los convenios de doble imposición para su beneficio, como vimos en el ejemplo de Hans.

En cualquier caso, todo inversor o empresario serio debería contar con una sociedad mercantil, ya que le permitirá optimizar a largo plazo su carga fiscal en cuanto a las retenciones sobre dividendos en caso de cambio de residencia.

En estas sociedades mercantiles, hay que

Share This Article
No hay comentarios