Vivir en familia sin ataduras: ideas y pasos para una vida libre en 2026

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Motivos para la salida del país

Hace poco preguntamos en nuestro grupo internacional para viajeros perpetuos cuál fue el principal motivo por el que los miembros de nuestra comunidad abandonaron sus países de origen (muchos de los que respondieron eran de Europa Central).

Las respuestas fueron:

  • Libertad
  • Mentalidad
  • Clima
  • Impuestos
  • Evolución política
  • Restricciones
  • Intromisión del Estado en la vida privada
  • Coste de vida
  • Falsedad: la mentira cada vez más presente en gobierno, política y sociedad
  • Prohibiciones
  • Regulaciones
  • Hospitalidad
  • Prejuicios
  • Cultura
  • Las todavía recientes medidas COVID-19
  • Privación de derechos y libertades al ciudadano
  • Política exterior
  • Seguridad personal

Resulta que los nuevos viajeros perpetuos quieren proteger a sus hijos de una cultura y sociedad que no consideran sana. Quieren que vivan y aprendan libremente en el entorno más adecuado para su desarrollo.

No estamos aquí para decirte qué tipo de educación es la mejor para tus hijos. Nuestra función es simplemente escuchar lo que quieres y ayudarte a eliminar todos los obstáculos para que lo consigas. Estás en tu derecho.

Puedes hacer lo que quieras con tu vida mientras no afecte la libertad de otros. Por cierto, por si alguien todavía no lo tiene claro, no dejar a tus hijos en poder del Estado y de su sistema educativo, no es perjudicarlos ni restringir su libertad presente o futura, ni desconectarlos de la realidad, sino todo lo contrario.

El enfoque Librestado

No tengas miedo y no permitas que los prejuicios de los demás te afecten demasiado.

Los tipos impositivos no dejan de ser números. Meros porcentajes fríos que puedes consultar con una búsqueda en internet. Son absolutos: no tienen personalidad, edad ni preferencias.

La optimización fiscal no es complicada en sí misma: solo tienes que entender que el 10 % es menos que el 42 % y ¡listo!, ya estás preparado para pagar menos impuestos. Lógicamente, hay mucho más que eso detrás, pero nuestra intención aquí es hacerte ver que son los números los que nos guían en este ámbito, sobre todo si pensamos en elegir país para un negocio (la residencia personal tiene muchos más puntos que deben ser valorados).

Sin embargo, cuando se trata de niños, no hay una única solución, la cosa se complica más. No hay un número inerte detrás. Por eso creemos que los niños no deben ser clasificados solo por su año de nacimiento: tienen sentimientos, problemas y un ritmo de desarrollo propio, con sus preferencias de aprendizaje. El ritmo de aprendizaje de un niño difiere del de otro, pero te garantizamos que un impuesto del 25 % en España sigue siendo igual que uno del 25 % en Estados Unidos, Brasil o China.

En Librestado lo sabemos, y por ello nuestro enfoque es más profundo y emocionalmente empático cuando se trata de niños. No son un número (como los ven en las escuelas). En realidad, son las personas que crearán valor en el futuro, cuando muchos de nosotros ya tengamos canas.

Para que el día de mañana puedan solucionar sus problemas, debemos ofrecerles hoy las mejores infraestructuras y oportunidades posibles.

Además, los niños no ven el mundo como los adultos: son soñadores, creativos, menos parciales (o al menos menos que nosotros). Buscan diversión y no juzgan a los demás. No tienen paciencia para actividades aburridas. Ven el mundo lleno de colores, entonces, ¿por qué muchos solo muestran un mundo en blanco y negro?

No pueden cortarnos las alas

Cuando escuches que algo no es posible, créenos, en la mayoría de los casos, sí lo es. Puede que no sea tan sencillo como imaginaste al principio, pero todo es posible, generalmente solo requiere tiempo y constancia.

Por eso, cuando las escuelas, los servicios de protección de menores y las autoridades intentan cortarte las alas y evitar que vueles, es precisamente cuando debes hacerlo. Vuela muy lejos, y cuanto antes.

Es posible liberarse de la presión escolar y es mucho más fácil de lo que muchos pretenden hacerte creer.

¿Has pensado alguna vez en el homeschooling? Esta idea de educar en casa no implica que los niños tengan que pasar todo el día estudiando «en casa», lejos del mundo real, solos y encerrados como presos. Homeschooling significa que en el hogar —los padres— deciden sobre la educación de los niños, no una institución externa.

Tampoco significa que debas estudiar leyes de física o reproducción de plantas para explicárselas a tus hijos. Enseñar en casa también puede implicar contratar profesores particulares y planificar con ellos lo que consideres importante que aprendan. En definitiva, significa que tienes influencia y participación en la educación de tus hijos.

La educación en casa significa para ti que no solo tienes control de tu vida, sino también de la de tus pequeños, para que puedan correr y jugar en tu jardín en lugar de en un patio de recreo.

El homeschooling es el mejor legado que puedes dejar a tus hijos. ¡La forma de hacerlo solo depende de ti y de tu familia!

¿Cómo llevarlo a la práctica?

Ahora que tenemos tu atención, vamos a diseñar un plan muy sencillo que te guíe antes, durante y después de la baja.

Antes de la baja en tu país

  • Emocionalmente: ¿estás preparado para irte? ¿Te alegra la idea?
  • Motivos: ¿son tus razones para irte más fuertes que las que te atan a quedarte? ¡Anótalas!
  • Medios: ¿tu familia tiene los ingresos o recursos necesarios para afrontar las situaciones que puedan surgir?
  • Educación: ¿cómo quieres educar a tus hijos? ¿Lo harás tú mismo? ¿Seguirás un plan de estudios adaptado por especialistas? ¿Adoptarás el plan oficial de algún país ajustándolo a tus necesidades? ¿Contratarás a alguien para educarlos? ¿Apoyarte en escuelas en los países que visites?
  • Preferencias de los niños: ¿cómo aprenden mejor? ¿Dónde se sienten más cómodos? ¿Cerca de la naturaleza? ¿En grandes ciudades? ¿Cómo llevan los viajes largos?
  • Minimalismo: ¿están dispuestos a vivir con mucho menos de lo que tienen ahora?
  • Minimización de riesgos: ¿estás preparado (sobre todo financieramente) para afrontar imprevistos?
  • Ilusión: ¿están tus hijos entusiasmados con este cambio? (Este punto es más importante cuanto mayores sean)
  • Compromiso: ¿estás dispuesto a seguir adelante pese a los problemas que puedan surgir? No es necesario continuar si las cosas no funcionan, pero tampoco debes dar media vuelta ante el primer obstáculo.

Hay muchas cuestiones a considerar antes de dar el paso y dejar tu vida anterior. Todo depende del tiempo que puedas dedicar a prepararte. Algunas personas planifican con años de antelación, ahorrando dinero, investigando y hablando con expertos. Otros deciden salir de repente o con poca planificación.

¿Cómo puede ser que ambos tengan éxito en su viaje? Muy sencillo: ambos recorren el mismo camino.

Por supuesto, para que la salida del país sea efectiva, debes asegurarte de que no hay nada que interfiera en tus planes desde el principio.

¿Tienes un trabajo por cuenta ajena? Renuncia. ¿Tienes una casa? Véndela o alquílala para obtener ingresos extras. ¿Tienes deudas? Págalas o asegúrate de que no sean un problema. ¿Tienes un negocio? Trasládalo al extranjero o internacionalízalo para pagar menos impuestos (en Librestado también podemos ayudarte con esto). ¿Tienes vínculos económicos con tu país de origen? Busca fuentes de ingreso e inversiones alternativas.

¿Qué tiene que ver todo esto con salir del país? Que estos puntos pueden indicar que tus intereses aún están en tu país, a pesar de haberte ido. Si esto pasa, perderías una de las ventajas del viajero perpetuo: no estar sujeto a impuestos ni leyes de residentes.

Dejar de ser residente fiscal en tu país no sirve de nada si luego no puedes demostrar que realmente te has ido y que resides en otro lugar. En algunos países, para darte de baja fiscalmente, necesitas un permiso de residencia o certificado fiscal en un país puente.

Respecto a tus hijos, evita confrontaciones directas con las escuelas, los servicios de protección de menores y las autoridades.

Sé responsable y evita problemas. Comunícales claramente en un lenguaje sencillo que te vas a otro país por una oportunidad laboral, y que tus hijos seguirán yendo a la escuela allí.

¿Y qué pasa si intentan detenerte?

La realidad es que no pueden impedir que una familia se traslade a otro país. Una vez que te das de baja en tu país, las instituciones educativas y demás ya no tienen poder ni jurisdicción sobre ti, sin importar amenazas. Solo debes actuar a tiempo, antes de que los servicios de protección de menores llamen a tu puerta.

Dejando de ser residente fiscal

Si los pasos previos están claros, el resto será sencillo.

En España, por ejemplo, solo necesitas salir del país e informar a Hacienda mediante el modelo 030 de tu nueva dirección. Es importante tener una dirección en otro país, aunque no necesariamente un certificado fiscal, pero sí algún documento que pruebe que ya no resides en España.

Para darte de baja en el padrón, debes registrarte en una embajada o consulado en tu nuevo país de residencia.

En otros países, como Perú, Argentina, México o Chile, el proceso es similar: salir del país, obtener un permiso de residencia en otro lugar y dejar de tener vivienda o empleo en el país de origen. En el artículo enlazado anteriormente y en este también encontrarás información más concreta.

Vivas donde vivas, recuerda informar en la escuela de tus hijos sobre tu traslado para que puedan gestionar los trámites necesarios.

La baja en el registro es un proceso burocrático. Cuanto más sencillo sea, mejor. No intentes convencer a nadie de que estarás viajando por el mundo. Busca un país puente y, luego, podrás viajar libremente.

Una vez que dejas de ser residente, tu antiguo país ya no tiene autoridad sobre tus acciones, incluyendo tu dinero y tu familia.

Tras darte de baja en tu país

Una vez que te has dado de baja en tu país de origen y estás en un país puente, el siguiente paso es abandonar también ese país. Lo ideal es hacerlo antes de convertirte en residente fiscal allí. Para ello, generalmente solo necesitas dejar la vivienda que tenías y, en algunos casos, informar en el ayuntamiento o en el padrón de tu salida.

Es fundamental asegurarte de que no cumples con los requisitos para volver a ser residente en el país que dejas atrás. Esto significa vivir fuera de allí realmente.

O permaneces en el sistema, con la seguridad que ofrece, o te mantienes fuera, evitando fronteras y residiendo en otro país la mayor parte del año.

Reiteramos la importancia de evitar que tu país de origen pueda demostrar que tus intereses siguen allí. Hemos escrito mucho sobre cómo evitar caer en el sistema y convertirte en residente fiscal sin quererlo.

Recuerda que darte de baja en tu país también implica dejar de lado ciertas ventajas o ayudas, y aceptar la responsabilidad de tu vida y tu familia, incluyendo dejar de recibir subvenciones del Estado.

Concluyendo

Como mencionamos al inicio, hoy hemos querido explicarte cómo puedes salir del sistema y vivir como viajero perpetuo en familia, no solo desde el aspecto burocrático, sino también humano.

Si necesitas ayuda con tu proceso, estamos aquí para apoyarte. Puedes contratar nuestro servicio de consultoría. Si no, esperamos que este artículo te haya sido útil.

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