Hoy vamos a analizar lo que Hungría, este país situado en el centro de Europa, puede aportarte tanto a nivel de residencia personal como de lugar en el que montar tu empresa o invertir en inmuebles.
No todos los lectores de nuestro blog son o quieren convertirse en turistas permanentes que se desplazan constantemente y quieren recorrer el mundo entero mientras ahorran impuestos. Muchos buscan sencillamente un cambio de vida, ya sea por algún acontecimiento trascendental, por el deseo de hacer «algo nuevo» o porque simplemente ya no son felices en sus países de origen, y piensan que les iría mejor en otro lugar del mundo.
Si esto resuena contigo, debes saber que es posible hacerlo realidad: tan solo debes escoger la residencia de tus sueños, emigrar de tu país y comenzar una nueva vida en un nuevo país con nuevos desafíos. Además, si puedes y quieres poner en práctica parte de nuestra querida Teoría de las Banderas —de la que tanto hemos hablado ya—, las ventajas serán incalculables. Si tu meta es vivir en un país estable que ofrezca una gran calidad de vida, seguridad para ti y tus seres queridos y menor carga fiscal, lo más probable es que el estilo de vida de viajes constantes no sea lo más adecuado para ti.
No siempre hace falta viajar a la otra punta del mundo para conseguir la vida que uno desea: a veces con moverte uno o dos países más allá puedes acercarte mucho a tus metas.
Como decíamos al principio de este artículo, hoy os hablaremos de las ventajas y opciones que nos facilita Hungría. Este pequeño país de Europa Central ofrece muchas de las características que uno podría pedir a su nueva residencia: es un país pacífico, muy abierto a la inmigración, y que además ofrece una buena infraestructura y bajos impuestos personales y de sociedades. Para muchos también es de ventaja saber que Hungría no se deja arrastrar fácilmente por la corriente ideológica/política imperante en Europa.
Sistema fiscal para personas físicas
Hungría es un país en el que, en general, se pagan muchos menos impuestos que en otros países europeos. A continuación, te explicamos cómo funcionan allí los impuestos a nivel personal.
Residencia fiscal
Cuando vives en Hungría, tienes que pagar el impuesto sobre la renta por todos los ingresos, sin importar que sean de origen nacional o extranjero. El año fiscal en Hungría coincide con el año natural.
Se te considerará residente fiscal y, por lo tanto, estás obligado a pagar impuestos si tienes la nacionalidad húngara (y no puedes demostrar tener otra residencia fiscal), si has pasado al menos 183 días al año en Hungría como residente del país o si te has establecido permanentemente. De hecho, si tu única residencia oficial (domicilio) está en Hungría, también estarías obligado a pagar impuestos, independientemente de la duración de tu estancia en el país.
Aunque no tengas residencia formal en Hungría o incluso teniendo varias residencias, puedes acabar siendo considerado residente fiscal allí. Esto es el caso si tu centro de intereses vitales está en Hungría. Siendo así, estarías sujeto a tributación —aunque no siempre queda claro cómo lo demuestra el Estado, ni con qué parámetros mide la cuestión del centro de intereses vitales—.
En general, si no tienes residencia en Hungría o si vives en varios países, puedes mantenerte libre de impuestos mientras permanezcas en Hungría menos de 183 días al año. Ten en cuenta que Hungría solo puede considerarse como residencia fiscal si puedes demostrar que también dispones de un piso o residencia equivalente o de mayor categoría en otro país.
Impuesto sobre la renta
Hungría aplica un impuesto fijo del 15 % que grava todos los ingresos, ya sean ingresos del trabajo o sobre ingresos del capital (dividendos, intereses, beneficios en bolsa, etc.). No existe allí ningún impuesto al patrimonio.
Tienes la opción de donar el 1 % de tus impuestos netos a una organización benéfica húngara reconocida en lugar de entregárselo a los presupuestos del Estado. Las congregaciones religiosas registradas pueden beneficiarse de estas donaciones.
El sistema fiscal húngaro es sencillo y tiene claras ventajas con respecto a otros países de la zona, especialmente por sus bajos tipos impositivos. Sin embargo, si trabajas como autónomo o por cuenta propia, deberás tener en cuenta las cotizaciones a la Seguridad Social. En caso de trabajadores por cuenta ajena, estas ascienden al 13 % para el empresario y al 18,5 % para el trabajador.
Fiscalidad de las empresas
También en lo que toca a las empresas, Hungría nos ofrece una fiscalidad muy interesante que vamos a ver a continuación.
Impuesto de sociedades en Hungría
Hungría aplica un tipo fijo del 9 %, uno de los más bajos de Europa. El pago del impuesto de sociedades debe efectuarse cinco meses después del final del último ejercicio fiscal. Como el ejercicio fiscal coincide con el año natural, esto quiere decir que se debe pagar antes del 31 de mayo. Sin embargo, también aceptan pagos trimestrales o mensuales por adelantado para facilitar el pago de los impuestos.
Para los pequeños empresarios, existe un sistema especial denominado KATA. Desde los cambios introducidos en 2022, los empresarios individuales y los autónomos con una facturación inferior a los 48 mil euros anuales, solo tendrán que pagar 50 mil HUF (unos 130 €) al mes. Este pago cubre todos los gastos estatales obligatorios: impuestos, seguridad social y pensión.
Impuesto sobre actividades económicas
El impuesto sobre actividades económicas se fija a nivel local, y puede ascender a un máximo del 2 %. No obstante, se aplica un tope del 1 % a las microempresas y a las pequeñas y medianas empresas.
IVA en Hungría
Hungría tiene una de las tasas de IVA más altas en Europa. Existen tres tipos diferentes para el IVA. El primero es el tipo general, del 27 % —uno de los más altos de la UE—. El siguiente es el tipo reducido, del 18 %, al que están sujetos los siguientes productos y servicios:
- Leche y determinados productos lácteos
- Cereales y harina
- Productos a base de almidón
- Entradas a espectáculos de música y/o danza
El último tipo de IVA, del 5 %, se aplica a los siguientes productos y servicios:
- Un gran número de productos alimenticios
- Prensa
- Audiolibros
- Alquiler de locales comerciales
- Restaurantes y bares
- Determinados eventos en directo
- Productos farmacéuticos
- Nuevas propiedades residenciales
En la práctica, a nivel de empresa, el elevado IVA tiene poca importancia mientras uno no venda en el mercado húngaro. Al final, los bienes físicos y productos digitales automatizados se gravan al tipo del país del cliente, y para el B2B se aplica el procedimiento de inversión del sujeto pasivo.
Entrada al país, permiso de trabajo y nacionalidad
La entrada en Hungría es sencilla para los ciudadanos del espacio Schengen, ya que no hay controles fronterizos. Además de a los Estados miembros de la UE, el espacio Schengen incluye también a Suiza, Liechtenstein, Noruega e Islandia.
La duración máxima de la estancia es de 90 días dentro de un período de 180 días. Si deseas permanecer más tiempo en Hungría, deberás registrarte en el país. Para ello, debes acudir a la oficina regional correspondiente de la Oficina de Inmigración y Ciudadanía, como muy tarde el día 93. Las autoridades lo tienen difícil para comprobar la duración de tu estancia, ya que no hay controles fronterizos cuando se entra en Hungría desde otro país de la UE.
La oficina te expedirá un certificado de registro si tienes un empleo remunerado en Hungría, si tu estancia se debe a tu intención de cursar estudios o formación profesional o si cuentas con un seguro médico, de forma que puedas demostrar que, en el peor de los casos, no vas a constituir una carga adicional para el Estado húngaro.
Permiso de trabajo en Hungría
Los ciudadanos de la UE no necesitan permiso oficial para trabajar en Hungría. Los ciudadanos de fuera de la UE pueden solicitar un visado de trabajo a través de su empleador, siempre que la empresa haya intentado previamente y sin éxito encontrar un trabajador húngaro. Normalmente, el permiso de trabajo tiene una validez de dos años.
Conseguir la nacionalidad húngara
Para obtener la nacionalidad húngara es necesario que al menos uno de los progenitores tenga la nacionalidad húngara. La nacionalidad húngara no se concede automáticamente por nacimiento. Por otra parte, Hungría permite la doble nacionalidad.
Las personas que hayan vivido en Hungría durante al menos 8 años pueden solicitar un pasaporte húngaro. Para ello necesitarás los siguientes documentos:
- Una tarjeta de residencia o inmigración en vigor
- Una prueba de residencia
- Un certificado de antecedentes penales
- Una prueba de conocimientos lingüísticos suficientes
- Un juramento a la constitución húngara
La nacionalidad húngara se puede adquirir de varias formas. Si estás casado con un ciudadano húngaro, puedes solicitar la nacionalidad tras solo tres años de residencia en Hungría. En cambio, las personas nacidas en Hungría tienen que esperar cinco años antes de poder solicitar la naturalización.
Otra forma de adquirir la nacionalidad húngara es demostrar que se tienen antepasados húngaros. En este caso, la nacionalidad puede solicitarse inmediatamente después de recibir la tarjeta de inmigración. Además, la nacionalidad puede concederse por recomendación del Presidente de la República.
Entonces, ¿merece la pena Hungría como país de residencia?
Hungría ofrece estabilidad política y económica, así como una oferta de abastecimiento comparable con la de Alemania o Austria.
Bajo costo de vida
El costo de vida en Hungría es aproximadamente un 30 % inferior a la media de la UE. Gracias a la fortaleza del euro frente al forinto en los últimos años, los inmigrantes disfrutan de precios más bajos en comparación con otros países europeos que utilizan el euro. Desde 2018, el forinto ha perdido un 25 % de su valor frente al euro.
Esta evolución permite que los extranjeros puedan permitirse más cosas en Hungría, pues su dinero vale más. La población local es extremadamente hospitalaria y valora a las personas que gozan de una buena posición económica.
Sistema sanitario
Hungría cuenta con un sistema sanitario privado bien desarrollado, eficiente y, en comparación con otros países, barato para los extranjeros. Esto ha impulsado un floreciente turismo sanitario en Budapest y el lago Balatón. Sin embargo, la población local a menudo no puede permitirse los hospitales privados y depende del sistema sanitario estatal. La sanidad pública ofrece una asistencia limitada, lo que resulta en una sanidad de dos niveles.
En Hungría hay hospitales públicos y privados, y estos últimos suelen ser más caros. Antes de visitar a un médico, conviene consultar qué servicios cubre tu seguro. En Hungría hay muchos médicos muy bien formados, pero puede haber tiempos de espera antes de ser atendido. Pedir cita previa suele ser recomendable.
Es importante tener en cuenta que los pacientes con seguro médico básico no tienen libre elección de médico. Además, no todos los médicos hablan inglés, lo que puede dificultar la comunicación. Los medicamentos con sustancias anestésicas solo pueden adquirirse en farmacias con cruz verde o distintivo Aesculap. Los farmacéuticos suelen estar bien formados y pueden ayudarte con dolencias menores.
El Estado húngaro invierte aproximadamente un 6,4 % de sus ingresos fiscales en sanidad. Con 6,06 médicos cada 1000 habitantes, la densidad de médicos en Hungría es bastante elevada, aunque aún puede haber tiempos de espera. En Hungría, todos los ciudadanos tienen acceso a instalaciones sanitarias dignas y adecuadas.
Adquirir propiedades inmobiliarias en Hungría
Los ciudadanos de la UE y del EEE pueden comprar inmuebles en Hungría sin restricciones, incluidos locales comerciales. Las únicas restricciones afectan a terrenos agrícolas, edificios protegidos y zonas paisajísticas protegidas.
Aunque no es obligatorio, se recomienda consultar a un abogado húngaro. Es importante revisar el registro de la propiedad antes de firmar el contrato: si hay otros propietarios registrados, tienen derecho de tanteo. El contrato de compra debe estar en húngaro y, si es necesario, traducido. La redacción en húngaro del contrato es jurídicamente vinculante, ya que la compra se realiza según la legislación húngara.