Más mujeres alcanzan puestos de liderazgo, ¿pueden liderar auténticamente como ellas mismas?

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Reflexiones sobre Mujeres en Liderazgo

Recientemente asistí a una reunión con ejecutivas y líderes femeninas del sector salud, donde la conversación giraba en torno a la mentoría de mujeres emergentes en puestos de liderazgo.

Una de las ejecutivas mencionó que, en su opinión, existen dos desafíos principales:

  • Las mujeres en puestos de liderazgo ya son muy fuertes y duras, lo que dificulta que puedan ser empáticas y pacientes al mentorizar.
  • Su dureza, o mejor dicho, su exterior rígido, hace que las jóvenes líderes tengan miedo de acercarse a ellas.

En un momento, alguien comentó que “algunas de nosotras incluso nos han llamado hombres”.

Que te llamen hombre puede ser incómodo para cualquier mujer. Personalmente, varias veces me han dicho que mi forma de actuar es como la de un hombre. Aunque trato de no darle importancia, en el fondo me afecta. Incluso, en un momento, llegué a internalizar esa idea como parte de mi identidad. Pero, ¿realmente es así?

El miedo de los colegas y subordinados a acercarse a ti no fomenta un ambiente laboral saludable. Además, esa dureza no solo se queda en la oficina, sino que también se lleva a casa, creando un entorno poco saludable en el hogar. ¿Puede el discordia y la falta de armonía en tu vida afectar tu bienestar? Yo creo que sí.

La discusión en esa reunión dejó en mí una pregunta que no puedo dejar de hacer:

Si las mujeres en liderazgo progresivamente “se parecen a los hombres”, ¿para qué sirve ser mujer en el trabajo entonces?

Diversidad en DEI implica incluir grupos de personas con diferencias reales o percibidas en factores demográficos, incluyendo el género. Equidad se refiere a la justicia en el acceso a oportunidades y resultados. Inclusión significa integrar a grupos que han sido discriminados y subrepresentados en ciertos espacios.

En términos de liderazgo, las mujeres son un grupo claramente destacado en estos tres aspectos.

Es alentador ver que las iniciativas de DEI para aumentar el liderazgo femenino comienzan a avanzar, aunque lentamente. La proporción de mujeres en cargos directivos ha aumentado en promedio un 1% anual. En 2025, se encontró que las directoras generales lideran un récord del 10% de las empresas del Fortune 500.

La inclusión y el acceso a oportunidades de liderazgo para las mujeres se reflejan en estos números en aumento. Sin embargo, más allá de la representación numérica, la verdadera diversidad implica reconocer y valorar lo que una mujer aporta, en su esencia natural, y empoderarla para que pueda operar desde esa autenticidad.

¿Qué Aporta una Mujer en el Liderazgo?

Además de los talentos y habilidades individuales relacionadas con su propósito, una mujer aporta una alta dosis de feminidad tangible y valiosa.

Todos tenemos rasgos masculinos y femeninos. La esencia de una mujer radica en su expresión de alta feminidad, respaldada y protegida por su masculinidad. La feminidad ha sido severamente reprimida en el mundo, debido a traumas, políticas y patriarcado.

Algunos argumentan que los rasgos femeninos son más una cuestión de crianza que de naturaleza, pero yo creo que son inherentes. Estudios muestran que los bebés varones y mujeres expresan preferencias estereotipadas por juguetes desde los 9 a 17 meses, sin exposición previa.

Rasgos Femeninos

Basándonos en perspectivas cristianas, neurociencia, psicología y expertos en coaching de feminidad, estos rasgos incluyen:

  1. Receptividad y acogida
  2. Flexibilidad
  3. Intuición
  4. Sensibilidad e inteligencia emocional
  5. Aversion al riesgo
  6. Compasión
  7. Sensualidad
  8. Empatía
  9. Conexión y colaboración
  10. Confianza
  11. Gentileza y amabilidad
  12. Creatividad
  13. Embellecimiento
  14. Relajación
  15. Cuidado y crianza

Una mujer aporta su capacidad de construir comunidad y su “suavidad” en un entorno laboral que a menudo puede ser duro. Las directoras ejecutivas femeninas fomentan la colaboración, empatía e inclusión, creando un ambiente donde los empleados se sienten valorados y escuchados.

Se ha reconocido cada vez más la importancia de las habilidades “blandas”, muchas de las cuales son rasgos femeninos enfocados en fortalecer vínculos con otros. Algunas de estas habilidades son:

Aunque puede parecer difícil cuantificar la contribución de acciones específicas de DEI, la evidencia creciente muestra que las mujeres aportan significativamente a la rentabilidad de una organización. Las empresas con al menos un 30% de mujeres en liderazgo tienen 12 veces más probabilidades de tener un rendimiento financiero excelente. Estudios en liderazgo indican que las mujeres superan a los hombres en efectividad, destacando en áreas como la conexión y la relación, y en el interés por el bien común. La efectividad femenina ha sido denominada la “ventaja del liderazgo femenino”.

Si las habilidades femeninas (blandas) son tan beneficiosas para el liderazgo empresarial, y si las mujeres son excelentes en liderazgo, entonces la feminidad no es una debilidad (como algunos hombres, como un coach de relaciones, han mencionado). Las mujeres líderes deben ser empoderadas para aprovechar y operar desde su feminidad auténtica.

Esto implica un llamado a aquellas mujeres que han tenido que adoptar una fachada dura y parecerse a los hombres a liberarse y ser quienes realmente son.

También es una invitación a las organizaciones a permitir que las mujeres sean ellas mismas y hagan lo que mejor saben hacer. Aunque muchas empresas aún no tienen programas específicos, sería ideal que en el futuro puedan ofrecer coaching ejecutivo y programas de DEI enfocados en potenciar la feminidad, establecer metas claras, y promover la responsabilidad desde la alta dirección.

El mecanismo más efectivo en estos programas sería aquel que empodere a las mujeres líderes para ganar confianza en su autenticidad femenina. Esto requiere trabajo interno, facilitado por coaches, abordando creencias limitantes sobre su liderazgo y feminidad.

En su libro “Vente al frente”, una reconocida líder aboga por que las mujeres defiendan sus derechos y no minimicen sus capacidades. La clave está en conocerse, entender por qué están aquí y valorar su propia dignidad, para así tener la confianza necesaria para defenderse y tomar los riesgos que el liderazgo requiere.

La confianza es la clave, pues, a pesar de que las mujeres son más efectivas en liderazgo, muchas subestiman sus habilidades, comunicación e influencia, lo que las lleva a:

  • Temer hablar en reuniones
  • Temer parecer demasiado ruidosas o agresivas
  • Sentirse inseguras por no hablar con una voz autoritaria, como se espera de los líderes
  • Sobrecomprometerse, buscando validación, como yo también lo hice

Este fenómeno, conocido como el “doble vínculo”, nos hace dudar de nuestra capacidad de liderazgo, generando síndrome de impostora y mayor agotamiento en comparación con los hombres.

Por otro lado, algunas mujeres pueden desarrollar tendencias de “reina abeja”, donde ejercen su poder sobre otras mujeres, manteniéndolas en un lugar inferior. Esto puede deberse a la necesidad de demostrar su fuerza en un entorno que estereotípicamente considera a la feminidad como débil. En consecuencia, además de una fachada masculina y dura, pueden rechazar a las nuevas líderes femeninas emergentes.

Por lo tanto, NO, las mujeres en liderazgo no están empoderadas para ser ellas mismas. Se les permite estar en la sala, pero no se les fomenta a sentarse y descansar en su autenticidad femenina.

No corresponde a las empresas lograr que las mujeres tengan confianza en su feminidad; esa tarea es nuestra. Sin embargo, sería positivo que ofrezcan apoyo mediante coaching ejecutivo y programas de DEI enfocados en potenciar la feminidad, establecer metas y promover la responsabilidad.

Cómo abrazar tu autenticidad femenina y femenina

Para concluir, aquí tienes algunos consejos para comenzar a aceptar tu naturaleza femenina y el poder que llevas en tu feminidad como líder.

Comprende y acepta tu naturaleza como mujer

Es importante dedicar tiempo a reflexionar, escribir y clarificar quién eres, cómo estás formada y por qué estás aquí, como ser humano y mujer. Para mí, como cristiana, mi identidad empieza con mi Creador, de quien soy, y se refleja en mis roles.

El psicólogo Dr. Jay Barnett dijo en una entrevista que, si no sabes quién eres, andas por la vida con un papel en blanco y dejas que otros escriban en él, formando así tu identidad. Es fundamental escribirlo, leerlo en voz alta y visualizarlo con frecuencia.

Acepta radicalmente tu valor y dignidad inherentes como mujer

No viniste a este mundo solo para ocupar espacio y respirar, tienes un propósito. Tu valor y dignidad son automáticos. Reconoce que tienes algo que solo tú puedes aportar, decir o hacer.

Lo que tienes que decir importa. Busca un espejo y repítelo en voz alta. Libérate de creencias limitantes sobre la feminidad y el liderazgo, como que no eres suficiente o que no tienes la fuerza o autoridad para influir.

Desarrolla hábitos que apoyen tu feminidad

  • Mejora tu inteligencia emocional mediante terapia o coaching, para responder con sabiduría y sensibilidad.
  • Fomenta la cercanía: reduce el estrés, sonríe más, felicita, visita los espacios de trabajo de tus colegas en lugar de llamarlos, etc.
  • Cuida tu bienestar físico: ejercicio regular, alimentación saludable, hidratación y buen descanso.
  • Considera cambiar tu vestimenta: opta por colores y prendas que reflejen tu feminidad. Cuando empecé a aceptar mi feminidad, dejé los trajes oscuros y opté por vestidos y faldas en colores alegres. Me siento más relajada y segura. En mis años como testigo en tribunales, solo usaba conjuntos oscuros, pero un día usé un vestido y recibí muchos cumplidos del juez. No los necesitaba, pero fue una experiencia reveladora.

Sobre la Coach Dr. Shibu Selatole

La Dra. Shibu Selatole es coach de mentalidad y estilo de vida enfocado en feminidad, certificada en coaching de transformación de vida con PNL. Ayuda a mujeres líderes a aceptar su feminidad y alcanzar éxito armonioso en el trabajo y en casa. Cree firmemente que no es natural ni saludable que las mujeres sigan triunfando en formas hiper-masculinas y patriarcales, ya que esto genera mayor agotamiento.

Con 20 años en práctica forense, posee un MBA con honores y ha sido reconocida como jefa de unidad, supervisando gobernanza clínica y formación de residentes. En sus sueños, su autobiografía se titula “Renovación, Descafeinado y Vestidos”.

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