1. Escucha tu intuición
Tu intuición, tu instinto, tu conocimiento interior — es una herramienta poderosa. ¡Úsala! Sabes si algo se siente bien o no. Conecta con tu intuición prestando atención a ti misma. ¿Cómo te hacen sentir ciertas situaciones, conversaciones o personas? ¿Estás en piloto automático o en sintonía con el mundo que te rodea?
Confiar en la información que tu cuerpo te transmite es una forma de autoconfianza. Tu cuerpo sabe qué es lo mejor para ti. Escúchala.
2. Mantén tu propia verdad
Parte de ser tu propia embajadora es saber quién eres y qué representas. Eres única y, aunque quizás no te sientas segura con esa responsabilidad, las experiencias, perspectivas e ideas que tienes son valiosas y dignas de ser compartidas.
Cuando sabes quién eres y qué defiendes, puedes mantenerte firme en tus creencias y en los límites que estableces para ti misma. Este tipo de autocuidado es fundamental para mantener alejadas las energías negativas y para rodearte de aquello que te inspira, desafía a crecer y te brinda oportunidades.
Tu autenticidad generará respeto y confianza entre tus colegas y superiores. Además, te ayudará a cuidar tu bienestar mental y emocional, reduciendo el estrés que genera intentar ser alguien que no eres.
3. Evita el juego de la ‘chica mala’
Independientemente de si quieres o no, las políticas en el trabajo pueden parecer tentadoras para participar, ya sea para alimentar tu ego o para encajar en el grupo. Pero jugar a la ‘chica mala’ — intentando gustarle a todos o actuando de manera negativa para avanzar — no ayuda en nada.
Busca ganar respeto en lugar de popularidad. Enfócate en construir relaciones genuinas y saludables con tus colegas y contactos profesionales. Y, aunque sea difícil de aceptar, no a todos les caerás bien — y eso está bien. En lugar de preocuparte por ser querida, trabaja en construir una reputación de competencia, integridad y buen trabajo.
4. Comunícate con claridad
Una comunicación clara y segura es clave para defenderte a ti misma. Esto implica expresar tus pensamientos, necesidades y límites de manera directa y respetuosa. En el mundo profesional, aunque muchas personas te apoyarán y respaldarán, también debes hacerlo tú misma. Si no hablas, tus líderes y colegas no sabrán dónde estás.
Consejo: Practica las conversaciones importantes con anticipación. Esboza los puntos clave que quieres comunicar y ensaya en voz alta. Puede parecer raro, pero ayuda mucho.
5. Busca aliados y mentores
Contar con un sistema de apoyo profesional puede facilitar que puedas defenderte y abogar por ti misma. Las personas con las que te alíes pueden ofrecerte consejos, apoyo y ayudarte a amplificar tu voz. Además, pueden conectarte con sus redes, abriéndote puertas y oportunidades que de otra forma serían difíciles de alcanzar.
Al construir tu red de apoyo, busca personas que compartan tus valores y metas, y que quieran verte triunfar. Trata de rodearte también de quienes tengan diferentes perspectivas y antecedentes para ayudarte a convertirte en una persona más reflexiva y completa.
La importancia de defenderte en el trabajo
Abogar por ti misma en el entorno laboral es fundamental para tu crecimiento personal y profesional. Comienza por conocerte bien y entender qué te hace sentir alineada, y usa eso como base para cómo te presentas en el mundo.
Está bien hablar y expresar tus ideas. Está bien hacer preguntas. No siempre serás del agrado de todos — y, siendo honestas, también está bien que no te caiga bien alguien más. Confiando en ti misma y manteniéndote fiel a quién eres y a lo que buscas, desarrollarás la confianza necesaria para defenderte. Tú lo mereces.