Asociaciones: una forma jurídica común con ventajas poco conocidas en 2026

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Historia de las asociaciones

Las primeras agrupaciones similares a las asociaciones surgieron en la Edad Media con las cofradías de comerciantes y gremios de mercaderes. Estas organizaciones no solo defendían los intereses de su profesión, sino que en algunos casos también buscaban mejorar la convivencia y la sociabilidad entre sus miembros, como los gremios de músicos y maestros cantores.

El club más antiguo conocido, que podría asemejarse a una asociación moderna, fue fundado en 1413 en Londres con fines benéficos. En aquel entonces, aún no existía el término “asociación”.

Más cercanas a las asociaciones actuales estaban las sociedades de la lengua del siglo XVII, las uniones de la nobleza inglesa en esa época (los clubs de caballeros), las logias masónicas, las sociedades literarias de la Ilustración y los clubs políticos durante la Revolución Francesa. Además, en el siglo XVIII surgieron las llamadas “sociedades de lectura”.

Las sociedades creadas en los siglos XVII y XVIII son consideradas precursoras de las asociaciones modernas. Su principal objetivo era promover la educación y la cultura. En estas sociedades, la aristocracia discutía sobre temas políticos, sociales y filosóficos de la época.

A principios del siglo XIX, surgieron muchas asociaciones relacionadas con la industrialización, en un momento en que la sociedad comenzaba a reflexionar sobre el sistema de clases sociales. Lo revolucionario de estas asociaciones, también llamadas “sociedades”, era que reunían a personas de diferentes estratos sociales. La nobleza, los intelectuales y los altos funcionarios debatían en las “sociedades de lectura” o “sociedades de la lengua” sobre temas actuales y problemas políticos y filosóficos.

Estas asociaciones permitieron a la burguesía ilustrada poner en práctica sus ideas políticas y ayudaron a que la nobleza adoptara los valores de la burguesía. Desde el siglo XIX, se empezó a hablar de “asociaciones”. Estas instituciones eran fundamentales para cubrir diversos aspectos de la vida social y constituían una base para el desarrollo de intereses colectivos y comunes.

Con el tiempo, las asociaciones adquirieron influencia social y política, ocupándose de tareas que el Estado no podía cumplir. Esto fue especialmente importante con la industrialización y la urbanización crecientes. Así surgieron asociaciones de beneficencia, como Cáritas o la Cruz Roja, además de muchas asociaciones culturales y de ocio, que servían como puntos de encuentro para personas con intereses similares, especialmente en ámbitos donde la participación política era limitada. Un ejemplo de ello eran las asociaciones de trabajadores.

También fueron muy populares las asociaciones conservadoras y nacionalistas. El crecimiento de estas organizaciones llevó a que la política reaccionara, y en 1848 la Asamblea Nacional alemana reconoció el derecho de asociación como un derecho fundamental. En Austria, la Constitución de 1867 garantizaba también este derecho, permitiendo la creación de asociaciones.

Tras la Segunda Guerra Mundial, surgió una nueva era para las asociaciones, reflejando la sociedad del ocio y el consumo que comenzaba a consolidarse. En los años 50 y 60, las asociaciones se centraron en el tiempo libre y las aficiones, como clubes de baile, asociaciones de canto, de conductores de Vespa y clubes de fans. Se crearon muchas organizaciones que ofrecían oportunidades para reunirse con personas afines durante el tiempo libre.

Las asociaciones en el presente

En Alemania, hay más de 630.000 asociaciones, y aproximadamente uno de cada dos ciudadanos forma parte de alguna de ellas. En Austria, existen más de 120.000 asociaciones, lo que equivale a una mayor proporción en comparación con Alemania. Suiza cuenta con más de 80.000 asociaciones.

No es correcto decir que Alemania tenga el mayor número de asociaciones por habitante. En realidad, en Europa, solo está en la media junto con Inglaterra. Los países escandinavos y Holanda tienen una proporción mayor de asociaciones por persona, mientras que en el sur de Europa, el número es menor.

Durante mucho tiempo, las asociaciones tuvieron una imagen tradicional y provinciana. Sin embargo, en los últimos años, se han redescubierto y valorado como espacios de iniciativa ciudadana. Más del 90% de las acciones sociales se realizan en el entorno de las asociaciones, que a menudo ofrecen servicios a precios accesibles, como clases de deportes, música o actividades recreativas. En promedio, uno de cada tres alemanes es socio de alguna asociación deportiva.

También se suele pensar que las asociaciones están desfasadas y que los jóvenes participan poco en ellas. Este prejuicio solo es parcialmente correcto. Algunas asociaciones tradicionales, como las de canto para hombres o clubes de tiro, tienen dificultades para renovar sus miembros. Sin embargo, cada vez más jóvenes participan en asociaciones relacionadas con la protección del medio ambiente, derechos humanos o análisis crítico de la sociedad de la información. La competencia por captar nuevos miembros es alta, y las asociaciones son uno de los pilares de la sociedad civil. Sin su compromiso voluntario, el Estado no podría afrontar todos los problemas sociales.

Por ello, no se prevén cambios legislativos que compliquen la organización y gestión de las asociaciones. El Ministerio Federal de Finanzas encargó un estudio a un instituto de investigación económica para analizar las ventajas y desventajas de las legislaciones sobre asociaciones en los países de la Unión Europea. El objetivo es que las regulaciones fiscales fomenten el compromiso social y no pongan obstáculos a las asociaciones.

La creación de asociaciones sigue en aumento, siendo cinco veces mayor que en los años 70. Es muy probable que esta tendencia continúe. Además de las asociaciones sin fines de lucro, existen también asociaciones con fines lucrativos, que no abordaremos en este artículo.

En este texto nos centraremos únicamente en las asociaciones sin fines de lucro.

Las asociaciones representan una de las formas jurídicas más sencillas y manejables. Solo con su existencia, transmiten un compromiso noble y de utilidad pública, sin intereses económicos o de enriquecimiento personal.

Son estructuras populares y generalmente no están en el foco de las haciendas públicas. Si se utilizan correctamente, como explicamos en este artículo, pueden ofrecer muchas ventajas.

Resumen de conceptos en torno a las asociaciones

Estatutos

Los estatutos regulan la estructura interna y funcionamiento de la asociación desde el punto de vista del derecho privado.

Patrocinio

El patrocinio consiste en aportar dinero o bienes a organizaciones benéficas. Aunque en realidad se realiza por motivos altruistas, también puede tener beneficios empresariales, como publicidad y mejora de la imagen de marca. Es un intercambio de prestaciones que no implica una compra directa.

Donación

Donar significa entregar patrimonio de forma voluntaria y definitiva para una causa considerada buena o digna de apoyo.

Dotación fundacional

La “dotación fundacional” implica que el patrimonio no se entrega para las actividades corrientes de una organización existente, sino que se destina a formar un capital permanente para una nueva fundación o, en el caso de una subfundación, como base para una fundación ya establecida.

Actividades mercantiles

Se distinguen tres tipos de actividades comerciales:

  • Servicios auxiliares imprescindibles
  • Servicios auxiliares prescindibles
  • Otras actividades comerciales

Servicios auxiliares imprescindibles

Se consideran servicios auxiliares imprescindibles cuando:

  • la organización busca cumplir sus fines principales,
  • los fines no pueden alcanzarse sin estos servicios,
  • y estos servicios no compiten con otras organizaciones similares más allá de lo necesario para cumplir sus objetivos.

Ejemplos típicos son:

  • Eventos deportivos en asociaciones deportivas,
  • Conciertos en asociaciones musicales o de canto,
  • Representaciones teatrales en asociaciones culturales,
  • Conferencias en asociaciones científicas,
  • Residencias para personas con discapacidad en asociaciones especializadas.

Servicios auxiliares prescindibles

Los beneficios derivados de servicios auxiliares prescindibles están exentos del impuesto de sociedades hasta un límite de 10.000€ anuales. Se consideran beneficios de actividades que, por su naturaleza, no tienen carácter empresarial, como pasatiempos o actividades recreativas.

Respecto al IVA, en estos casos, generalmente, se asume que las actividades son por afición, por lo que no se aplica el impuesto de sociedades a la organización en sí. Hasta ese límite de 10.000€, los beneficios están exentos de impuestos.

Otras actividades comerciales

Si los volúmenes de venta superan los 40.000€ anuales en estas actividades, es necesario solicitar una autorización especial a la autoridad fiscal. De lo contrario, la asociación perdería su condición de entidad sin ánimo de lucro. Las regulaciones varían según el país.

Posibles motivos para la creación de una asociación

Si aún no tienes claro para qué sirven las asociaciones o en qué casos pueden ser útiles, aquí tienes algunos motivos comunes para crear una asociación:

Protección del patrimonio

El patrimonio de la asociación no puede ser accedido por el Estado ni por acreedores. Los activos no pertenecen a ninguna persona física, sino que los mantiene una persona jurídica que se administra a sí misma o en beneficio de sus miembros. A diferencia de una sociedad, contra la asociación no se puede proceder directamente sobre las participaciones de sus miembros.

Evitar obligaciones de información

Para evitar la obligación de reportar participaciones o bienes en el extranjero, se puede usar una asociación como socia o propietaria. Con una estructura adecuada en los estatutos, el control puede mantenerse en manos del fundador. El patrimonio de la asociación pertenece a la misma, sin derechos económicos para los fundadores o miembros del consejo.

Anonimato

El Registro de Asociaciones solo proporciona información sobre los nombres de los representantes. En asociaciones suizas, no existe una inscripción públicamente visible. Los fundadores pueden ser personas físicas o jurídicas, y la información requerida es limitada, sin verificaciones de identidad o domicilio.

Cualquier cambio en los órganos de representación puede hacerse sin complicaciones, enviando documentos firmados en PDF. Además, las asociaciones no están obligadas a indicar una dirección exacta de sede social; basta con indicar un municipio, como “la sede de la asociación es Viena”.

Forma jurídica y gestión sencilla

La asociación es una persona jurídica que puede fundarse y gestionarse con facilidad, sin necesidad de capital social. Los gastos administrativos y de gestión son mínimos. En Austria, por ejemplo, basta con celebrar una asamblea general cada cinco años y presentar un informe de actividades anual. La contabilidad puede limitarse a un registro simple de ingresos y gastos.

Evitar impuestos en países como España y Alemania

Transferir participaciones sociales a una asociación con beneficios fiscales puede reducir o eliminar el impuesto de salida. La asociación puede crear una sociedad de capital o vender las participaciones, dependiendo de la legislación local. También es posible aprovechar deducciones fiscales en asociaciones sin ánimo de lucro.

Limitación de responsabilidad

Salvo disposiciones legales o estatutarias en contrario, la responsabilidad recae solo sobre la asociación. Como persona jurídica, responde ante sus obligaciones con su patrimonio, sin afectar el patrimonio personal de los fundadores o miembros.

Ventajas fiscales

Con una estructura adecuada y un objetivo de interés público, las asociaciones pueden beneficiarse de ventajas fiscales, incluyendo exenciones de impuestos de sociedades, IVA y otros. En algunos casos, las donaciones a la asociación son deducibles en la declaración de impuestos.

Recibir subvenciones

En el ámbito social, las asociaciones de autoayuda y apoyo ofrecen servicios para diferentes colectivos, como personas con discapacidad, mayores, inmigrantes o jóvenes con antecedentes delictivos. Muchas de estas asociaciones gestionadas por afectados o voluntarios pueden solicitar subvenciones, donaciones y financiación pública para sus proyectos.

Eludir ciertas leyes

Las asociaciones pueden usarse para evitar ciertas regulaciones, como horarios comerciales o restricciones en la venta de alcohol, siempre que no contravengan la ley. Por ejemplo, pueden vender solo a miembros o en eventos privados, evitando restricciones de horarios o licencias específicas.

Insolvencia personal

Una asociación puede permitir continuar con actividades comerciales en caso de insolvencia personal, ya que no es propiedad de una persona física, sino que pertenece a la organización misma o a sus miembros. La gestión a través de una asociación puede proteger a los individuos en situaciones de dificultades financieras.

Más información sobre asociaciones

Si deseas profundizar en el uso de asociaciones, puedes solicitar asesoramiento o contratar servicios de registro. Nuestros asociados pueden ayudarte a constituir y gestionar tu asociación de forma sencilla y eficiente.

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