En 2015 se implementó el Estándar Común de Reporte (ECR), conocido en español como intercambio automático de información. Los tiempos del secreto bancario quedaron en el pasado, pero ahora se da un paso más en la transparencia financiera.
El intercambio automático de información implica un control global y pone a cada ciudadano bajo sospecha general. Si por alguna razón no confías en que tu patrimonio esté seguro en el país donde resides, formarás parte de este intercambio. Además, si vives en España, estarás obligado a rellenar el modelo 720 e informar sobre tus bienes en el extranjero si superan los 50.000 euros.
Sea como sea, las ventajas de la banca offshore siguen presentes, no solo para evadir impuestos, sino también para proteger mejor tu dinero.
Respecto al ECR, poco después de su entrada en vigor se descubrieron más de 40 formas de evitarlo, las cuales abordaremos en un próximo artículo. Como ves, tampoco es motivo para entrar en pánico. Pero antes, profundicemos en lo que significa el intercambio automático de información para los ciudadanos y nuestras empresas.
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¿Qué países participan en el Estándar Común de Reporte (ECR)?
El 29 de octubre de 2014, cincuenta países ratificaron en Berlín, por iniciativa de la OCDE, un acuerdo internacional para poner en marcha el intercambio automático mundial de datos de cuentas y combatir la evasión fiscal. Los documentos relacionados se pueden consultar aquí.
Este acuerdo ataca principalmente a los paraísos fiscales. Los destinos offshore más tradicionales y los centros financieros internacionales ya están incluidos. El único país importante que no participa es EE.UU., que cuenta con el FATCA, su propio mecanismo de control fiscal, y además se beneficia mucho de su sector offshore.
Fuera del estándar de intercambio de información, solo quedan unas pocas jurisdicciones offshore menos conocidas, como Bahréin, Nauru y Vanuatu. También están otros países menos tradicionales como Líbano, Gambia y Liberia. Aquí y aquí puedes consultar listas actualizadas de los países que han adoptado o no el CRS.
Aunque la mayoría de los países han entrado en este acuerdo, el mundo cuenta con 206 jurisdicciones autónomas. Por tanto, aún existen opciones para mantener el dinero en países que no participan en el intercambio automático de información, o que todavía no lo hacen.
Otra opción es dejar el dinero en países como Siria, Líbano, Cuba, Irak o Liberia, aunque también hay alternativas más estables como Georgia, Paraguay o Botsuana.
¿Cómo funciona el CRS en teoría?
El CRS es un contrato marco entre Estados soberanos. Sus disposiciones están establecidas en las leyes de cada país firmante. Sin embargo, no existe un acuerdo universal que garantice un intercambio automático de datos entre todos los países, independientemente de su infraestructura técnica.
La normativa de la OCDE prevé que los países firmantes deben celebrar acuerdos bilaterales de CRS. Esto recuerda a los acuerdos de doble imposición. Ningún país está obligado a intercambiar datos con todos los demás. Por ejemplo, Suiza anunció que solo intercambiaría información con sus socios comerciales más importantes.
Por otro lado, los países con mayor presión fiscal, como Alemania o Francia, buscan establecer acuerdos con todos los participantes para eliminar el secreto bancario. Los países con economías más débiles recibirían ayuda para implementar estos mecanismos.
Ahora, un panorama general sobre los tipos de cuentas e inversiones afectadas por el intercambio automático de información:
- Cuentas corrientes
- Cuentas de ahorro
- Depósitos
- Cuentas de fundaciones y trusts
- Cuentas de sociedades con ingresos pasivos
- Títulos de deuda y obligaciones
- Inversiones camufladas en seguros
No se ven afectadas las cuentas que, según la OCDE, representan menor riesgo de fraude fiscal, como:
- Seguros de pensiones privados
- Seguros de vida
- Inversiones para la jubilación con ventajas fiscales
- Cuentas de sociedades con ingresos activos
Las cuentas existentes hasta el 31 de diciembre de 2015, así como las nuevas abiertas desde el 1 de enero de 2016, están sujetas al intercambio automático de información. Casi todas, al menos…
El legislador local puede excluir del intercambio las cuentas de empresas existentes con un valor máximo de 250.000 dólares.
En la práctica, muchos legisladores aprovechan esta opción para proteger sus fondos. Quien abra una cuenta de negocios a través de una empresa tendrá un plazo de un mes para poner su dinero a salvo del intercambio de información.
Esta regla es uno de los mayores coladeros del acuerdo. Desde que se implementó el intercambio automático, los defraudadores fiscales han tenido más de 15 meses para blindar su dinero mediante estructuras societarias, una oportunidad que pocos han dejado pasar.
Desde el 1 de enero de 2016, entraron en vigor disposiciones adicionales para registrar datos al abrir cuentas en países que adoptaron el acuerdo tempranamente. Otros países han seguido o seguirán en 2026. Pero aún existen formas legales de evitar sus efectos…
[Por cierto, la regla de los 250 mil dólares para cuentas de empresas existentes se repite con cada nuevo país que entra en el CRS]
¿Cómo funciona el intercambio de información en la práctica?
Quizá te preguntes, ¿pero cómo funciona técnicamente?
Los bancos deben implementar las disposiciones una vez que se ha establecido el marco legal. Gracias al programa estadounidense FATCA, ya existen experiencias en este sentido. Desde hace años, los bancos registran los datos del beneficiario al abrir una cuenta.
En el caso de una sociedad, el beneficiario no siempre es el socio (puede ser un fiduciario). Los beneficiarios son todas las personas físicas que reciben beneficios de la sociedad. Con el CRS, también se debe registrar a todos los socios con un 25% o más de participación. Esto puede ser un coladero, pues si una empresa tiene cinco socios, el estándar pierde fuerza.
¿Qué información se transmite realmente? El banco remite automáticamente, al final del año, los siguientes datos a las autoridades fiscales del país de residencia del beneficiario:
- Nombre
- Dirección
- Número de identificación fiscal
- Fecha de nacimiento
- Nombre del titular de la cuenta (por ejemplo, la sociedad)
- Número de cuenta
- Estado de la cuenta
- Sumas abonadas en el año
- Sumas abonadas desde la apertura
Hasta ahora, los bancos no solicitaban todos estos datos. En particular, no se requería el NIF o número de identificación fiscal. Esto podría cambiar en el futuro.
Por tanto, todas las cuentas sujetas a informe deben tener sus datos actualizados en el banco, incluyendo la identidad y domicilio del beneficiario.
La transmisión de datos a las autoridades depende del país de residencia del titular. En países miembros del acuerdo, los datos se envían a las autoridades correspondientes.
En algunos pequeños paraísos fiscales, la transmisión puede ser unilateral, ya que no tienen medios ni motivos para rastrear a sus ciudadanos. Solo envían información, no la reciben.
Un cambio de domicilio puede ser suficiente para dejar de estar afectado por el intercambio automático. Considerando las restricciones y controles en países con altos impuestos, puede ser una opción válida.
Por supuesto, se puede dar una dirección falsa o cambiar de domicilio y abrir cuentas desde otra dirección. Pero lidiar con el intercambio de información no es tan sencillo. Si los datos no coinciden o están desactualizados, el banco buscará electrónicamente algunos indicios:
- Ciudadanía en un país determinado
- Dirección o apartado postal en un país
- Dirección c/o en un país
- Fiduciario
- Número de teléfono
- Encargos permanentes en un país
Normalmente, los bancos solo informan si se les consulta por escrito. No advierten automáticamente a los clientes.
Para los clientes con patrimonios superiores a un millón de dólares, el asesor debe supervisar manualmente las cuentas, buscando completar datos faltantes para la transmisión de información.
Así, quienes tengan cuentas antiguas con poco capital y datos personales, permanecen en cierta medida protegidos si no pueden ser identificados electrónicamente. Pero con cuentas nuevas, esto será más difícil. Solo podrán abrirse con procedimientos de identificación más estrictos (KYC).
Y esto es todo. Con esta información, puedes reflexionar sobre cómo te afecta el CRS. Como ves, el secreto bancario quedó en el pasado.
En otro artículo, abordamos formas de evitar el intercambio automático de datos. Puedes suscribirte a nuestra lista para mantenerte informado o solicitar una consulta si necesitas ayuda para entender tus opciones.