¿Qué está pasando?
No hay duda de que hay muchas cosas que no van bien en nuestro planeta. Desde hace aproximadamente un siglo, los científicos comenzaron a notar un aumento en la temperatura global de la Tierra y a especular sobre sus causas. La segunda mitad del siglo XX permitió identificar con mayor claridad el cambio climático, también conocido como calentamiento global, como un problema que requiere una solución urgente. ¿Y cómo está la Madre Tierra hoy en día? Lamentablemente, no muy bien. Según el informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el planeta se está calentando más de lo previsto; los niveles del mar están subiendo, diversos biomas están cambiando y volviéndose inhabitable para sus especies actuales. Hay sequías más severas, inundaciones, incendios forestales y, lo que es peor, todo esto podría volverse irreversible debido al llamado efecto «Hothouse», donde un cambio en el clima agrava otro, haciendo que la crisis climática se descontrole.
¿Qué deberíamos hacer?
Quizá tengas la sensación de que esta crisis, aunque es muy grave y afecta a toda la humanidad, se resolvería rápidamente. Sin embargo, la realidad parece ser otra. No nos malinterpretes; ha habido avances positivos. Uno de los logros más importantes fue la creación del Acuerdo de París, en el que todos los países del mundo intentaron establecer un objetivo común para frenar el cambio climático. Pero dado que el acuerdo no es legalmente vinculante, muchos países no han cumplido sus metas o incluso han aumentado su contaminación.
Por cómo se habla del cambio climático, parecería que basta con dejar de conducir autos y quizás reducir un poco el consumo de carne, y listo. Pero lamentablemente, reducir las emisiones por sí solo no será suficiente. La forma en que vivimos, la cantidad de cosas que producimos, cómo enviamos productos de un país a otro y nuestra manera de pensar sobre el planeta hacen que el cambio climático sea un problema complejo, sin una solución única. Si queremos seguir viviendo en este planeta, debemos aprender a vivir de manera sostenible. Eso implica cambiar nuestras rutinas diarias, nuestras vidas y las políticas de nuestros países para ser responsables no solo con las personas y la economía, sino también con la naturaleza. La mejor acción que puedes tomar ahora mismo para hacer del mundo un lugar más sostenible es tomarte en serio la crisis, hablar con otras personas sobre ella y buscar maneras de generar un cambio positivo.