No importa por qué hayas decidido visitar Praga, olvidarte de sus lugares más emblemáticos sería un gran error. Praga es una de las ciudades más antiguas y románticas de Europa, y recibe a cientos de miles de turistas cada año. Así que, echemos un vistazo a los sitios que no puedes perderte durante tu visita.
Castillo de Praga
El Castillo de Praga, que domina la ciudad, es un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y con razón. Según el Libro Guinness de los Récords, es el complejo de castillos más grande del mundo, extendiéndose por unos impresionantes 70.000 m². En el siglo IX sirvió como la residencia principal de príncipes y reyes checos, y desde 1918 ha sido la sede del presidente de la República Checa. A lo largo de la historia, en dos ocasiones, incluso fue la residencia principal del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Además, parte del castillo es la famosa Calle Dorada, donde encontrarás pequeñas casas pintorescas muy populares entre los turistas por su aspecto de cuento de hadas.
Reloj Astronómico de Praga
¿Estás en Praga y no has visto el famoso Reloj Astronómico? ¡Eso no sería completo! Es un reloj medieval, probablemente uno de los mejor conservados del mundo. En el pasado, el Ayuntamiento de la ciudad consideró desmontarlo y vender sus piezas porque estaba muy deteriorado, pero afortunadamente se reparó en lugar de desmantelarlo. Hoy en día, puedes visitarlo y admirarlo junto a turistas de todo el mundo. Y un dato curioso adicional: también hay una copia del reloj en Seúl, Corea del Sur.
Jardín Vrtba
El Jardín Vrtba lleva el nombre del Palacio Vrtba al que pertenecía. Es un jardín barroco de estilo italiano. Su singularidad radica en el lugar donde fue creado, ya que está situado en una pendiente en forma de flecha. También es muy visitado porque ofrece una vista espectacular de todo el centro de Praga.
Galería Nacional en Praga
En la Galería Nacional encontrarás la mayor colección de obras de arte en la República Checa. Aquí se albergan diversas colecciones, algunas en depósitos y otras en exposiciones abiertas al público. Podrás ver desde obras de la Edad Media hasta contemporáneas, además de relicarios de la antigua Grecia y Roma.
Mirador de Petřín
Cuando los miembros del Club de Turistas Checos visitaron París en la Exposición Universal de 1889, vieron la famosa Torre Eiffel y decidieron construir una similar en Praga. Reunieron fondos, obtuvieron un terreno en la colina de Petřín y hoy podemos disfrutar de un hermoso paseo hasta la cima para admirar la vista que ofrece el mirador. Un dato interesante es que durante la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler quiso destruirla, pero esto afortunadamente no ocurrió. Si decides visitarla, tendrás que subir 299 escalones para llegar al mirador de 55 metros de altura. La torre en total mide 65,5 metros y pesa aproximadamente 175 toneladas.
Palacio Wallenstein
El Palacio Wallenstein fue construido entre 1623 y 1630 por Albrecht Wenzel Eusebius von Wallenstein, uno de los nobles más poderosos y ricos de su época. Hoy en día, el palacio es uno de los monumentos culturales más importantes del país y funciona como sede del Senado checo. Curiosamente, las estatuas del Jardín Wallenstein fueron robadas por tropas suecas en 1648, y no fue hasta los años 1912-1918 que se colocaron réplicas fieles en el jardín. Además, destaca por su tamaño: mide 340 metros de largo y 172 metros de ancho, e incluye el Palacio Wallenstein, el Jardín Wallenstein y la Pista de Equitación Wallenstein.