Viajar sola no significa estar realmente sola

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Viajar sola… ¿Es estar realmente sola?

Desde que emprendí mi primer viaje sola, soy una persona diferente. Aunque al principio tenía muchos miedos, descubrí que viajar sola no significa estar realmente sola.

Viajar sola me hizo una mujer más fuerte e independiente. Si me ayudó a mí, estoy segura de que la fórmula de viajar puede ayudar a muchas otras personas. Hoy escribo para quienes aún necesitan ese empujón para ser más valientes y querer conquistar el mundo, como yo ahora.

Cuando digo que ahora soy independiente, no quiero decir que ya no necesite ayuda de nadie más. Al contrario, valoro mucho la ayuda de otros viajeros que están en las mismas condiciones y que te tienden una mano cuando lo necesitas. Simplemente, redescubrí que muchas cosas las haces mejor en tu propia compañía.

Aprender a disfrutar de tu propia compañía, en lugar de temer a la soledad, ha sido uno de los aprendizajes más hermosos que he tenido desde que viajo. Me encanta haber aprendido esto, porque ahora camino con seguridad, con paso firme, sabiendo que todo está bien aunque viaje sola, y además, ¡soy feliz así!

Viajar sola… ¿Es estar realmente sola?

Decir que viajas sola en realidad es un adjetivo sin peso. Es como decir que saliste de casa sin compañía conocida. La verdad es que, desde el primer momento en que emprendes el viaje, conocerás a muchas personas en tu misma situación. Ellos se vuelven tus compañeros y tu complemento, sin planearlo ni pedirlo. La vida te regala esa oportunidad para que sientas que la mejor decisión fue salir de tu zona de confort y comenzar tu aventura.

Es normal sentir incertidumbre si nunca has viajado sola: dudas sobre si serás capaz, si será fácil y seguro, o si podrás mantenerte fuerte ante la soledad. Pero puedo asegurarte que esas inquietudes desaparecen en el camino, cuando te das cuenta de lo fácil y ligero que es dejarse llevar por la vida hacia los lugares que deseas visitar.

Si te preocupa estar completamente sola, ya te aseguro que eso no sucederá. Lo que sí puedo garantizarte es que harás amigos de sobra y, con el tiempo, comenzarás a crear una especie de familia en tu viaje.

Es increíble cómo todo siempre se alinea para que tus viajes sean maravillosos. No solo lo digo yo; la mayoría de las personas que conozco tienen excelentes referencias de sus experiencias y miles de historias buenas que contar y compartir.

Muchas personas piensan que viajar sola es peligroso, porque parece que estás a la deriva, en un lugar que no te da seguridad. Pero la realidad es que, incluso en tu ciudad, no siempre estás completamente segura. La diferencia está en descubrir otros lugares donde puedas sentirte segura por ti misma y aprender a estar bien en diferentes entornos.

Enfrentando mis miedos a viajar sola

La primera vez que viajé sola tuve miedo. No lo voy a negar. Pero con el tiempo, el viaje se volvió más tranquilo porque me brindaba la seguridad que necesitaba. Así, en la vida, también aprendí que todo tiene sentido, aunque no siempre viaje, porque me siento segura al hablar con personas, al compartir con gente nueva, al expresarme. Todo esto gracias a mis experiencias fuera de casa. Viajar abre la mente, tanto que puede cambiar incluso tu forma de ser en tu día a día.

Soy de las que creen que viajar es una escuela, a veces mucho más enriquecedora que la escuela tradicional a la que asistimos por años. En medio de tus travesías aprendes a conocerte mejor, a entender a los demás, a manejar tus finanzas, a ubicarte en el espacio, a tomar buenas fotos, a vivir la vida plenamente y feliz. La lista es larga si me pongo a hablar de lo positivo que es salir de tu hogar para aprender de verdad con la práctica.

Viajar te hace una persona más culta, y eso es una de las cosas más lindas que me ha dejado esta experiencia. Siento que aún me falta mucho por aprender del mundo, pero cada vez que viajo a un lugar nuevo, entiendo un poco más el mundo, las realidades de otras personas, tanto cultural como económicamente, y cómo ven ellos el mundo y cómo me ven a mí.

Me siento muy afortunada de poder aprender así, de una forma en la que la información realmente se queda conmigo porque la vivo en primera persona.

Sin duda, viajar es el antídoto contra muchos problemas: las inseguridades que nos abruman, los desamores, las mentes bloqueadas, todo aquello que creemos que necesita un cambio o que queremos revelar.

Viajar te ayuda a manifestar una nueva vida, en la que te creas y recrees como persona, las veces que quieras y con diferentes personas, en cualquier parte del mundo. Viajar es esa elección del alma para ser más fuerte y vivir plenamente.

Te invito a hacer voluntariados para enfrentar tus miedos a viajar sola

Descubrir los voluntariados y los intercambios de trabajo fue algo muy importante en mi vida. En cierto modo, me hicieron sentir libre. Libre de escoger a dónde ir sin temores, libre de decidir en qué quiero aportar a la sociedad, libre de trabajar en lo que me gusta, libre de prejuicios y tabúes.

Además, me siento tranquila porque sé que siempre encontraré personas que harán que mis días sean cálidos y fáciles, que me acompañarán en el proceso y que me enseñarán, tanto o más que el voluntariado mismo.

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