Cómo Ser Valiente y Evitar el Mayor Arrepentimiento
Si estás leyendo esto, probablemente tengas el poder de tomar decisiones en tu vida diaria. Es raro que nos obliguen a vivir de una forma que no queremos, pero aún así, muchas personas terminan deseando haber vivido de manera más auténtica.
¿Por qué sucede esto? Aquí te comparto mi opinión:
Cuando me siento estancado, generalmente es porque no tengo un objetivo claro. Trabajo sin definir qué quiero lograr realmente o espero un cambio sin identificar las acciones que me llevarían allí. En otras palabras, no tengo claridad sobre qué me importa y cómo puedo llegar a ello. Más adelante, profundizaré en esto.
El resultado es simple:
Si nunca trazas una línea en la arena y clarificas qué es realmente importante para ti, terminarás haciendo lo que se espera de ti. Cuando no tienes un propósito definido que te impulse, por defecto haces lo que otros aprueban. No estamos seguros de lo que realmente queremos, así que hacemos lo que creemos que los demás desean.
Las áreas grises en la vida suelen surgir cuando no hemos decidido en qué creemos.
Este es un estado en el que todos podemos encontrarnos en algún momento. Y por eso, creo que muchos terminamos viviendo la vida que otros esperan en lugar de la que realmente queremos.
Pensando en ello, me esfuerzo por vivir con propósito y por tener una vida significativa en lugar de una vida urgente. Para ser claro sobre qué hago y por qué lo hago, uso una técnica que llamo el Método del Objetivo Central.
El Método del Objetivo Central
«Un arquero hábil primero debe conocer el objetivo al que apunta y luego aplicar su mano, su arco, su cuerda, su flecha y su movimiento en consecuencia. Nuestros consejos fallan porque no están bien dirigidos y no tienen un fin fijo. Ningún viento ayuda a quien no tiene un destino claro hacia el cual navegar.» — Michel de Montaigne
La idea principal es: «Si no supieras dónde está el objetivo, nunca lanzarías una flecha esperando dar en el blanco».
Y sin embargo, muchas veces vivimos así. Nos levantamos cada día y enfrentamos el mundo (seguimos lanzando flechas), pero estamos enfocados en todo menos en el objetivo central.
Por ejemplo, si quieres ponerte en forma, el objetivo sería convertirte en la persona que nunca falta a un entrenamiento. Eso está en línea con tu meta. Pero, en lugar de ello, muchos buscamos mejorar nuestro arco (un mejor programa de entrenamiento), la flecha (una dieta más efectiva) o la cuerda (zapatos adecuados). Esas cosas importan, pero no sirven si no estamos lanzando las flechas en la dirección correcta.
El Método del Objetivo Central se enfoca en la identidad y en la ubicación del objetivo, no solo en las tácticas, recursos o herramientas. Nos obliga a ser claros sobre lo que realmente queremos en la vida.
En otras palabras, olvídate de cómo quieres actuar o cómo quieres lucir. El objetivo central no es «ganar 10 kilos de músculo» o «tener un negocio exitoso». El objetivo central es vivir una vida en línea con ese propósito. Tener un propósito y una dirección clara para las acciones que tomarás.
¿Qué tipo de persona quieres convertirte? ¿Qué valores deseas defender? ¿Qué acciones quieres que se vuelvan tus hábitos?
La única forma de vivir una vida auténtica es tener un propósito que organice tu existencia. ¿Dónde está tu objetivo central?
¿Qué Siempre Has Querido para Ti Mismo?
Nada es tan importante como saber exactamente dónde está tu objetivo.
Si sabes qué buscas, encontrarás la manera de alcanzarlo. ¿No tienes un arco y flechas? Puedes lanzar una piedra, correr y empujar, o incluso comprar una pistola. Hay muchas formas de llegar a un destino, pero solo hay un objetivo central.
Muchas veces, lanzamos flechas en la dirección general de nuestros deseos en lugar de dedicar tiempo a descubrir cómo vivir una vida que esté en línea con ese objetivo. Deja de disparar sin saber hacia dónde deben ir las flechas.
¿Eres de los que dispara en la dirección general? ¿O sabes — hasta en el más mínimo detalle — hacia dónde te diriges y por qué?
No es fácil, pero si te tomas el tiempo para ser claro sobre en qué crees y hacia dónde quieres ir, los pasos valientes parecerán sencillos. La claridad de propósito lo es todo.