Probablemente te des cuenta de que la consistencia es clave para avanzar, mejorar tu trabajo, ponerte en forma y lograr cierto nivel de éxito en la mayoría de las áreas de la vida.
Escribo con frecuencia sobre el poder de la consistencia: por qué la repetición es más importante que la perfección (aquí), cómo las pequeñas ganancias se suman a grandes resultados (aquí), y por qué enamorarse del aburrimiento es esencial para alcanzar la maestría (aquí).
Pero una vez que comprendes el poder de la consistencia, existe un riesgo que viene con este conocimiento. Y ese riesgo es caer en una mentalidad de todo o nada.
Como siempre, no tengo esto completamente resuelto, pero hablemos de cómo ser consistente y cómo podemos usar la ciencia y la investigación para evitar errores y trampas comunes.
La Mentalidad de Todo o Nada
Cuando entiendes que la consistencia es esencial para el éxito, puede ser fácil obsesionarse con lograr una consistencia perfecta.
Por ejemplo…
- ¿Quieres ponerte en forma? Es fácil convencerte de que si no sigues tu dieta a la perfección, has fallado.
- ¿Quieres meditar cada día? Ten cuidado de no enfocarte tanto en no faltar ningún día que te estreses por mantener tu rutina de meditación.
- ¿Aspiras a ser un escritor exitoso? Puedes rápidamente convencerte de que los autores exitosos escriben todos los días sin falta. (Lo mismo aplica para artistas y deportistas de todo tipo.)
En otras palabras, es muy fácil confundir ser consistente con ser perfecto. Y eso es un problema porque no hay margen de error para fallos, errores o emergencias. (Esas cosas que hacen que seas una persona normal.)
Ser indulgente contigo mismo se vuelve aún más importante cuando consideramos la ciencia detrás de la formación de hábitos y la mejora continua. La investigación muestra que, independientemente del hábito que estés intentando construir, faltar un solo día no tiene un impacto medible en tu éxito a largo plazo. (Más sobre eso aquí.)
En otras palabras, todo se trata de la velocidad promedio, no de la velocidad máxima. Los fallos diarios son como luces rojas durante un viaje en coche. Cuando conduces, te encontrarás con una luz roja de vez en cuando. Pero si mantienes una buena velocidad promedio, siempre llegarás a tu destino a pesar de las paradas y retrasos en el camino.
La Idea en la Práctica
Un entrenador especializado en pérdida de grasa trabaja con sus clientes sin siquiera preocuparse por registrar sus calorías diarias. Solo revisa el total de calorías al final de cada semana y hace ajustes en base a eso.
Piensa en lo diferente que es esta estrategia respecto al enfoque nutricional típico. No le importa qué comes en cada comida individual. No le preocupa si cometes un error o comes en exceso una o dos veces. Se da cuenta de que las comidas individuales no importan si mantienes la “velocidad promedio” correcta durante la semana.
Encuentro que esta forma de pensar sobre la consistencia y el progreso en casi cualquier área es muy empoderadora. Nunca busco cometer errores, pero si los cometo, me doy permiso para ver mi progreso en un plazo más largo que un solo día o evento aislado.
Cómo ser Consistente: Planifica para Fallar
La consistencia es fundamental para el éxito en cualquier ámbito. No hay forma de evitar que la maestría requiera volumen de trabajo.
Pero si quieres mantener la cordura, reducir el estrés y aumentar tus probabilidades de éxito a largo plazo, necesitas planear para fallar además de enfocarte en la consistencia. Como mencioné en mi Seminario sobre Fuerza de Voluntad, la investigación del profesor de Stanford, Kelly McGonigal, ha demostrado que la principal razón por la que la fuerza de voluntad se desgasta y las personas dejan de ser consistentes con sus hábitos y metas, es que no tienen un plan para fallar.
Planear para fallar no significa que esperes fallar, sino que sabes qué harás y cómo volverás a encaminarte cuando las cosas no salgan como esperabas. Si te enfocas en ser perfecto, estarás atrapado en una trampa de todo o nada.
Por otro lado, si comprendes que los fallos individuales tienen poco impacto en tu éxito a largo plazo, podrás recuperarte más fácilmente de los errores y contratiempos. Ser consistente no es lo mismo que ser perfecto.