¿Cómo puedes viajar sin presupuesto?
Si te preguntas cómo viajar sin gastar mucho dinero, aquí te comparto algunos consejos de un viajero con muchas ganas de conocer, pero con un presupuesto ajustado, para que puedas gastar menos y disfrutar más de cada destino.
¿Es posible viajar sin presupuesto? Antes que nada, debo decir que he recorrido Sudamérica de muchas formas y con distintos presupuestos y tiempos de viaje. Pero la constante en mis aventuras siempre ha sido la misma: cada vez menos dinero, más lugares por visitar y, por ende, más ganas de dedicarle tiempo a cada viaje.
Y cuando en tu itinerario crecen la cantidad de lugares que quieres conocer y el tiempo que quieres dedicar para disfrutarlos, el factor dinero siempre será un dilema con el que hay que lidiar. Porque, a menos que seas millonario o tengas recursos ilimitados, el dinero siempre se acaba.
Pero también, con la experiencia de tantos viajes, me he dado cuenta que el fin de tu dinero en la cuenta bancaria no significa el fin de tu travesía. Hoy en día creo firmemente que puedes viajar y conocer sin grandes fortunas en los bolsillos, e incluso en algunos casos, sin tener ni 3 dólares en el bolsillo.
¿Cómo se hace para viajar sin presupuesto?
Antes que nada, hay que entender que existen muchas formas de viajar, pero la más común para ahorrar bastante dinero es el mochileo.
Y entre los mochileros, también hay diferentes estilos. No viene al caso hacer una clasificación divertida en este artículo, pero sí compartir algunos consejos y nociones básicas para que tu bolsillo no toque fondo y puedas viajar el tiempo que quieras, a los lugares que desees, sin morir en el intento.
Cómo ahorrar en los tres principales gastos de un viajero:
Para empezar, hay que saber que los tres grandes costos de todo viajero son: la alimentación, que es esencial para mantener la energía durante el viaje.
El alojamiento, ya que después de un día de aventuras, llega la noche y necesitamos descansar para recargar fuerzas y seguir explorando.
Y, por último, pero no menos importante, el transporte. Sin importar qué medio utilices para desplazarte, siempre tendrá un costo y hay que considerarlo.
Comida, alojamiento y transporte. Ese es el ABC del viajero. Todo lo demás puede prescindirse, pero sin estos tres elementos, el viaje no sería posible.
Cómo ahorrar en la comida cuando viajas sin presupuesto
Para mí, la alimentación es el elemento más importante. Como diría mi abuela: “Con la comida no se juega” (sabiduría de abuela). Personalmente, suelo reservar la mayor parte de mis recursos para comer bien.
Viajar en un asiento cómodo o dormir en una buena cama es agradable, pero nada supera el placer de comer algo delicioso y nutritivo que te dé energías para seguir con tu aventura. Además, una cama es una cama, en cualquier parte del mundo, y el transporte suele ser similar en todos lados. Pero la comida… la comida cambia mucho dependiendo del país, la región, la ciudad o incluso el barrio.
Muchas veces, lo que más recuerdo de mis viajes no son los paisajes o los lugares visitados, sino los sabores y olores de sus calles o casas durante el almuerzo o la cena.
Por eso, si algún lujo me doy cuando tengo un presupuesto ajustado, es a la hora de comer. Sin embargo, esto no significa que tenga que comer en los mejores restaurantes. Buscar las mejores ofertas, comer en plazas o mercados locales, es una excelente forma de reducir costos. Y si además tienes la habilidad de cocinar, puedes comprar insumos económicos y sencillos, pero de buena calidad, para nutrir esa alma viajera.
Cómo ahorrar en alojamiento
En cuanto al alojamiento, hay varias opciones. Desde hoteles que te consienten y te llenan de mimos, pero que pueden ser caros, hasta hostels pequeños o posadas sencillas, donde una cama puede costar desde 5 a 10 dólares, dependiendo del país.
Pero tanto en alojamiento como en transporte, en mi experiencia, lo fundamental es que el costo de estos dos elementos sea de 0 dólares la mayor cantidad de tiempo posible.
¿Cómo lograrlo?
Por ejemplo, si disfrutas acampando y planeas visitar lugares alejados y llenos de naturaleza, una buena carpa y un sleeping son tu mejor opción. El único costo es cargar con el peso de tu refugio por la noche, pero es un precio que vale la pena pagar. Dormir bajo un cielo estrellado, en medio de la naturaleza, es una experiencia que ni los hoteles más lujosos pueden ofrecer.
- Dormir en casa de un local:
Si prefieres la vida urbana y no te gusta demasiado la naturaleza, también hay opciones. Plataformas como Couchsurfing son muy útiles cuando llegas a una ciudad sin conocer a nadie. Estas páginas conectan a viajeros con anfitriones dispuestos a ofrecer alojamiento gratuito por unos días. La mayoría de los anfitriones también son viajeros que han pasado por la misma situación o desean hacerlo en el futuro. Es una comunidad de personas apasionadas por viajar y conocerse mutuamente.
- Intercambiar trabajo por alojamiento:
Otra opción que me encanta es buscar voluntariados, intercambiando horas de trabajo por alojamiento y, en algunos casos, comida. Esta opción requiere que dispongas de algo de tiempo, ya que muchas iniciativas piden un mínimo de dos o tres semanas para participar.
Plataformas como Voluntariado en todo el mundo ofrecen una variedad de programas. Si tu viaje no tiene prisa, te recomiendo explorar estas opciones. Aquí puedes aprender más sobre cómo funciona este sistema y aprovecharlo al máximo.
Cómo ahorrar en transporte
Luego de la comida y el alojamiento, el transporte es otro de los gastos que puede variar mucho según el país o la ciudad a visitar.
Lo más caro y rápido suele ser un vuelo. Aunque hay viajeros que saben buscar buenas ofertas y logran pagar casi lo mismo que en un bus, que es otra opción económica y más lenta.
Mi consejo principal para viajar en bus es siempre tratar de conseguir boletos nocturnos. Así, si el trayecto es largo, puedes dormir durante el viaje y ahorrar una noche de hospedaje.
También están tus propios vehículos, como coche, moto o bicicleta, cada uno con sus ventajas y desafíos.
En las grandes ciudades, aplicaciones como Compartir coche facilitan viajes con gastos compartidos. Contactas a alguien que vaya en la misma dirección y, por un precio módico, hacen el viaje juntos. Es ideal para circuitos urbanos y cercanos.
Y, por último, pero no menos importante, hacer dedo, autostop, pedir aventón, pedir cola, jalón, botella, bola, carona… Llámalo como prefieras, pero es una de las formas más populares y románticas de viajar entre mochileros.
Es una experiencia desafiante, pero que todo viajero debería probar al menos una vez, incluso si tiene recursos económicos, solo por el placer de conocer la humanidad en su forma más pura, compartiendo una sonrisa y un “por favor” al pedir un aventón.
¿Cómo hacerlo? Este tema merece un post aparte, pero solo quiero decir que es una excelente opción para viajar sin presupuesto y seguir en la ruta. También puedes buscar historias de viajeros que cruzaron continentes a dedo y en solitario para inspirarte.