En los últimos años, las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España han enfrentado un entorno cada vez más desafiante debido al aumento significativo de los costes laborales. Según el Indicador CEPYME sobre la Situación de las Pymes Españolas, los costes laborales han experimentado un incremento del 18,1% desde 2019, una tendencia que afecta gravemente a su rentabilidad, empleo y capacidad de crecimiento y competitividad.
Un entorno económico complicado
El segundo trimestre de 2025 dejó cifras preocupantes para las pymes españolas. Aunque la inflación se moderó y el precio de la energía bajó un 10,2% en ese período, los costes laborales continuaron creciendo, con un aumento interanual del 4,2%. Ajustado por inflación, este incremento es del 3%, el más alto desde 2022.
Estos aumentos no son aislados. Comparando con los niveles prepandemia, los costes generales de las pymes han subido un 24,1%. En cuanto a los insumos, el incremento alcanza un 36,7%, y los costes energéticos están un 68,5% por encima de los niveles de 2019. Todo esto crea un entorno especialmente difícil para las microempresas, que son las más afectadas por el aumento de los costes laborales.
Impacto desigual según el tamaño de la empresa
El tamaño de la empresa influye mucho en cómo se ven afectadas por estos costes. Desde 2019, las pequeñas empresas han visto un incremento del 19,3% en los costes laborales, mientras que las medianas han experimentado un aumento del 15,3%. Las microempresas, que representan el 85% del tejido empresarial con empleados, han mantenido estancado su empleo y reducido en un 1,9% su número desde entonces.
En cambio, las grandes empresas han logrado adaptarse mejor, incrementando su plantilla en un 10,9% desde 2022. En promedio, han creado unos 130 empleos por empresa, mientras que las medianas han añadido 6 trabajadores y las pequeñas 1,2 empleados. Para las microempresas, se necesitan 39 firmas para generar un solo empleo asalariado, lo que evidencia su limitada capacidad para absorber estos aumentos de costes.
Un problema de productividad y ventas
La productividad de las pymes lleva ya siete trimestres consecutivos de caídas interanuales. Esta tendencia limita su recuperación y afecta directamente a su rentabilidad, que se sitúa un 12% por debajo de los niveles de 2019.
En cuanto a las ventas, las cifras también muestran un panorama desigual. Las pymes lograron un aumento nominal del 5% en el segundo trimestre de 2025, pero al ajustarlo por inflación, ese crecimiento se reduce al 3,9%. Lo más preocupante es que las pequeñas empresas apenas superan en un 0,6% sus cifras de ventas de 2019, muy por debajo del crecimiento del 14,5% de las medianas compañías.
Medidas necesarias para reducir el impacto de los costes laborales
Frente a esta situación, CEPYME ha destacado la importancia de moderar los costes laborales, especialmente en las microempresas. Políticas como el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) o las cotizaciones sociales deben planificarse con cautela para evitar agravar aún más la situación.
Además, se recomienda promover medidas que impulsen la productividad y la competitividad de las pymes, tales como:
- Fomentar la digitalización: Facilitar el acceso a herramientas tecnológicas que mejoren la eficiencia operativa.
- Facilitar el acceso al crédito: Garantizar que las pymes puedan financiar inversiones que potencien su crecimiento.
- Impulsar la formación: Mejorar las competencias de los trabajadores para aumentar la productividad general.
- Promover el crecimiento empresarial: Reducir las barreras que impiden a las pymes crecer y alcanzar economías de escala.