1. Fumar
Fumar es un hábito — por eso cuesta tanto dejarlo. El problema con los fumadores es que los no fumadores no quieren estar cerca. El humo de segunda mano no solo huele mal, sino que también es dañino para quienes no fuman. Los lugares de trabajo pueden ser responsables de complicaciones derivadas del humo de segunda mano si lo permiten, lo que hace que sea una responsabilidad económica prohibirlo en la empresa.
Además, fumar no es higiénico. El humo se pega a todo, y por más que intentes lavar o usar mentas durante el día, no eliminarás completamente el olor. Lo llevarás a reuniones, presentaciones y actualizaciones importantes con clientes. ¿No crees que eso no da una buena impresión?
La mayoría de los empleadores prefieren contratar a no fumadores para reducir riesgos y costos. Los fumadores suelen tomar más descansos, más largos, y ausentarse más tiempo, además de tener costos de salud más altos.
2. Evitar la responsabilidad
Si eres de los que evita asumir responsabilidades y las pasa a otros, probablemente no mantendrás un trabajo por mucho tiempo. Esto genera rechazo entre tus compañeros y te hace quedar mal ante la dirección. Cuando algo es tu culpa, lo mejor es reconocerlo. Siempre traerá más problemas si mientes o evades el asunto.
Todos hemos tenido ese compañero que nunca asume su parte en los problemas del equipo o sus propios errores. Es agotador esperar que alguien asuma la responsabilidad y que luego la ignore una y otra vez. Esa actitud no encaja en un equipo feliz, saludable y productivo.
3. Llegar tarde
¿Por qué importa tanto llegar a tiempo? Cuando llegas tarde al trabajo, o a cualquier compromiso, estás creando una reputación de ser poco confiable. Esto puede generar fricciones con tu equipo o supervisores. Te contrataron para llegar a las 6 a.m.; entrar a las 6:15 da la impresión de que no te importa tu puesto.
Ser puntual demuestra responsabilidad. La gente sabe que puede confiar en ti, y quienes llegan a tiempo suelen ser más productivos. Si siempre llegas tarde, es hora de ponerle remedio y empezar a ser puntual siempre.
4. No dormir lo suficiente
¿Sabías que la falta de sueño puede afectar seriamente tu rendimiento laboral? Casi la mitad de los adultos en el país reportan no dormir lo suficiente o no dormir bien por la noche, lo que significa que una gran parte de la fuerza laboral puede estar sufriendo de privación de sueño. Cuando no duermes lo necesario, te quedas dormido durante el día, no puedes concentrarte y la productividad cae en picada, intentando mantenerte despierto con una avalancha de cafeína.
Es importante mantener un horario de sueño saludable. Acuéstate y despiértate a la misma hora todos los días, y asegúrate de dormir al menos 6-8 horas de calidad cada noche. Tal vez tengas que apagar todos los dispositivos electrónicos antes de dormir.
5. Negatividad
En las últimas décadas, se ha puesto mucho énfasis en la cultura laboral, y esto ha hecho que los lugares de trabajo sean espacios más positivos, motivadores, inclusivos y en equipo (al menos en empresas progresistas). Todos hemos lidiado con alguien que siempre está negativo, pero tener a alguien así puede contagiar a todos.
Imagina trabajar toda la semana, y que el compañero de al lado solo se queje todo el tiempo. Todo es malo: el trabajo, el proyecto, el clima, su pareja, su perro… Después de un tiempo, empiezas a pensar que todo está mal. Los estados de ánimo son contagiosos. No seas tú quien traiga esa mala energía a la oficina.
6. No ser un jugador en equipo
Ser un buen jugador en equipo suele ser uno de los requisitos principales en cualquier trabajo. Trabajar con otras personas requiere colaboración; si no puedes integrarte, no prosperarás y podrías perder tu empleo. Quienes no colaboran a menudo intentan hacer las cosas por su cuenta, lo que los aísla aún más del resto del grupo.
Formar parte de un equipo es una excelente oportunidad para aprender y crecer con quienes te rodean. Si tienes dificultades para trabajar en equipo, prueba inscribirte en algún deporte comunitario para fortalecer tus habilidades de colaboración.