1. Esperar demasiado para comenzar el proceso de planificación de sucesión
Los estudios muestran consistentemente que los líderes empresariales subestiman el tiempo necesario para diseñar e implementar una planificación de sucesión completa. Esto no se puede hacer en los últimos seis meses en el cargo; seis años es una estimación más realista, y aún así puede ser insuficiente. Es mejor tener tu plan de sucesión listo antes de que estés listo para retirarte, en lugar de apresurarte o dejar aspectos importantes sin terminar.
2. Intentar hacerlo todo tú mismo
Delegas muchas tareas, ¿por qué intentar asumir toda la responsabilidad de la planificación de sucesión por tu cuenta? Contar con una firma especializada en servicios financieros puede asegurar que tu plan se desarrolle según lo planeado, no según las circunstancias imprevistas.
3. No asignar a los stakeholders adecuados a los puestos correctos
Identificar un reemplazo ideal para cada empleado clave es fundamental en la planificación de sucesión y uno de los procesos más largos. Muchas veces, los responsables simplemente se rinden y colocan empleados mediocres en roles para los que no están completamente preparados.
Evita esta mentalidad a toda costa. El futuro de tu organización puede depender de ello.
4. Crear un equipo de rivales en lugar de un equipo de colaboradores
Quienes conocen la serie de televisión Succession saben bien el potencial destructivo de un proceso de planificación de sucesión demasiado competitivo. Sin dejar de poner a prueba a tus sucesores, evita la crueldad o manipulación excesiva que pueda perjudicar su percepción de la empresa.
5. No plasmar tu plan de sucesión por escrito con cronogramas
Tu plan de sucesión solo será efectivo si tiene un cronograma claro. Cuando los plazos se retrasan o se olvidan, el plan corre el riesgo de fracasar. Por eso, es fundamental documentar tu plan y mantenerte firme en los tiempos establecidos, pase lo que pase.
6. Limitar tu plan de sucesión solo a la alta dirección
Tu plan de sucesión debe abarcar todos los aspectos de tu operación, no solo la alta dirección. Por eso, es tan importante comenzar con anticipación y tener una visión integral.
Asegura tu futuro hoy
No hay mejor momento que el presente. Por muy saludable, enérgico o comprometido que te sientas, llegará el día en que estés listo para dar un paso atrás y dejar que otros tomen las riendas.
Cuando ese día llegue, es crucial estar preparado. Nunca es demasiado pronto para asegurar tu futuro.