Presentado por Performance Lab:
Trabajar desde casa tiene muchas ventajas: no hay charlas incómodas en la máquina de agua, no hay interrupciones de los jefes intermedios, se ahorra tiempo en el tráfico y hay más tiempo para estar con tus seres queridos. Pero si algo nos ha enseñado el último año, es que trabajar desde casa también puede ser muy confuso.
Sin la estructura de una oficina, el trabajo remoto puede hacernos sentir somnolientos, desmotivados y desorganizados, especialmente por las mañanas. Ser madrugador ya era difícil antes, y ahora, cuando el tiempo parece no importar y no sabemos cómo será el mundo la próxima semana, aún más.
Si sientes que las mañanas no son la mejor parte del día, aquí tienes algunos consejos para mejorar tu rutina matutina y comenzar el día con buen pie.
1. Pónte en movimiento
Si todavía te levantas y en cuanto abres los ojos te conectas a tu portátil, tu humor y productividad se verán afectados durante todo el día. Tu cerebro no está listo para una actividad intensa todavía, así que tómate unos minutos para hacer ejercicio. Ya sea correr en el parque cercano, hacer Pilates, ciclismo en interiores o yoga, elevar tu ritmo cardíaco te dará energía y te preparará para el día.
Según un estudio de 2024 publicado en el British Journal of Sports Medicine, hacer ejercicio por la mañana mejora la atención, aumenta la memoria y ayuda a tomar mejores decisiones. Además, la vida de trabajar desde casa puede ser bastante sedentaria, así que necesitas actividad física para mantenerte en buena forma.
2. No te saltes el desayuno
Incluso si tu rutina matutina con ejercicio te pone de buen humor, debes intentar comer un desayuno completo, rico en fibras, vitaminas y grasas saludables. Esto te ayudará a concentrarte mejor en tus tareas y a nutrir tu cuerpo con nutrientes esenciales. Aunque sea tentador esperar hasta las 11 para comer unas galletas de chocolate, trata de darle estructura a la comida más importante del día.
Avena, frutas, yogur griego, huevos y batidos, acompañados de una taza de café negro o té verde, harán maravillas por tu estado de ánimo y salud intestinal. Y hablando de salud intestinal — si te preguntas cuándo tomar prebióticos, ¡ahora es un momento perfecto!
3. Quítate esas pijamas
Sabemos, sabemos. Es genial no tener que ponerte el uniforme de oficina por una vez, pero trabajar en pijama todo el día no es buena idea. Nuestro cerebro asocia las pijamas con dormir y relajarse, así que si sigues usándolas incluso después de despertar (y trabajando desde la cama también), le costará entrar en ese modo productivo.
No estamos diciendo que debas vestirte con traje en casa, porque ¿dónde estaría la diversión? Sin embargo, peinarte y cambiarte a ropa cómoda te hará sentir menos perezoso y le indicará a tu cerebro que es hora de trabajar.
4. Establece metas
Si de repente pasaste de trabajar solo en la oficina a hacerlo desde casa, puede que te cueste planificar tu día. Tu jefe ya no está para decirte cuándo hacer cada cosa, tus días no tienen los mismos hitos (como la hora del almuerzo) y la presencia de tu familia puede complicar aún más las cosas.
Para darle más estructura a tu día, establece metas antes de empezar a trabajar — y no olvides incluir descansos. Trabajar desde casa puede hacer que muchos se sientan culpables, así que tendemos a compensar haciendo más de lo necesario o trabajando horas extras.
5. Tómate unos minutos lejos de las pantallas
Antes de la pandemia, la mayoría empezaba el día revisando las redes sociales en el teléfono. No era un mal hábito, porque después nos vestíamos, íbamos al trabajo, conversábamos con los colegas y solo entonces comenzábamos a trabajar.
Desde casa, las cosas son diferentes. Ya no hay esa “ventana” entre pantallas, y no es saludable pasar de mirar el teléfono a la laptop, así que prueba distintas formas de desconectar. Juega con tus hijos, pasea a tu perro, haz tareas ligeras, mira por la ventana, escucha un podcast o medita. Es mejor para tus ojos, tu estado de ánimo y tu productividad.